Antisemitismo, nazismo y racismo: el repunte del odio gracias a la llegada de Elon Musk

A solo minutos de que el multimillonario Elon Musk comprara la red social Twitter, la plataforma se llenó de los discursos de odio que habían ido erradicándose poco a poco en los últimos años, lo mismo que se había tratado de hacer con las fake news.

Las primeras horas de la gestión de Musk como CEO (chief executive officer, o director ejecutivo) la red se llenó de miles de cuentas llenos de comentarios antisemitas, racistas, homófobos y xenófobos, así como contra determinados grupos religiosos.

“Desde que Elon Muks hizo de Twitter un refugio para la libertad de expresión, diré esto: que se j**an los negros”, escribió una cuenta anónima. “Que se j**an los negros y los judíos”, escribió otra cuenta que tenía la foto de Pepe the Frog, un símbolo de la extrema derecha en redes sociales, según relevó el portal Vice. 

“Por fin puedo expresar cuánto odio a los negros. Gracias Elon”, escribió la cuenta @ParisDaKitten, una cuenta que ya fue suspendida debido a las denuncias por discursos de odio. 

La cuenta @PacheGroyp tuiteó: “Estoy matando negros, estoy matando negros”, repitiendo la frase hasta llenar los 240 caracteres que permite un tuit. 

Estos son solo unos pocos de la nueva horda de cuentas de personas que se esconden en el anonimato para poder insultar a diversas poblaciones que, por lo general, también son víctimas de odio en la vía pública en sus vidas diarias.

Pasando la guadaña y liberando todo

Lo primero que hizo Musk al entrar en las oficinas de Twitter en San Francisco fue despedir a sus principales ejecutivos, como el ahora exdirector ejecutivo Parag Agrawal y el director de asuntos legales, policiales, de confianza y de seguridad, Vijaya Gadde.

Llevando su hiperpresidencialismo al nivel máximo, disolvió la unta directiva y se consolidó como director único. Adicionalmente, el Washington Post reportó que estaría planeando despedir al 25% del total de la planilla de la empresa.

Muchos interpretan esto como una señal de que Musk adoptará un enfoque mucho más laissez-faire con respecto al tipo de contenido permitido en la plataforma.

Pero el odio ha vuelto y, mientras Musk esté, parece que llegó para quedarse a pesar de que varias cuentas de las que están difundiendo mensajes de odio fueron eliminadas o suspendidas.

Una de las cuentas que se espera sea restablecida en breve es la del expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que fue expulsado durante su campaña por la reelección por difundir una gran cantidad de noticias falsas, mentiras y bulos sobre supuesto fraude en la victoria de Joe Biden.

Una nueva investigación del Centro de Comunicación Estratégica Joetta Di Bella y Fred C. Sautter III de la Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey, mostró que en las horas posteriores a la llegada de Musk el uso de términos de incitación al odio aumentó inmediatamente en la plataforma social.

Al observar los datos de Twitter entre el 22 y el 28 de octubre, utilizando el programa de análisis Tweetbinder, el estudio examinó una variedad de términos vulgares y hostiles para las personas según su origen, religión, etnia y orientación sexual.

El promedio de siete días de Tweets que usaban los términos de odio estudiados antes de la adquisición de Musk nunca superó las 84 veces por hora. Sin embargo, el 28 de octubre, desde la medianoche hasta el mediodía (inmediatamente después de la adquisición de Musk), los mismos términos se tuitearon unas 4.778 veces.

El estudio, disponible para leer en su totalidad, sugiere que ciertos usuarios estaban celebrando una reducción en las restricciones de voz percibidas en la plataforma. Los datos muestran de manera concluyente que existe una correlación entre la llegada de Musk y una aceptabilidad percibida más amplia para publicar contenido hostil en Twitter.

“La idea de reducir la moderación en las redes sociales siempre ha llevado a la propagación del odio y las conspiraciones. Esto es particularmente peligroso para los jóvenes en las plataformas”, dijo Bond Benton, profesor de Montclair que contribuyó a este estudio e investiga el extremismo en línea.