La Luna habría tenido su propia atmósfera, según sugiere estudio de la NASA
Procesos volcánicos de hace unos 3.000 a 4.000 millones de años le permitieron a la Luna tener su propia atmósfera, afirma la NASA en una reciente investigación.
La Luna habría tenido su propia atmósfera hace algunos años -entre 3.000 y 4.000, para ser exactos- gracias a procesos volcánicos que propiciaron su formación. Así se desprende de una reciente investigación de la NASA, publicada en la revista Earth and Planetary Science Letters.
En dicho paper, Debra H. Needham, investigadora en el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA, y David Kring, del Instituto Lunar y Planetario (EE. UU.) calcularon la cantidad de gas que pudo haber salido de los flijos de lava en la superficie lunar. En un inicio, los especialistas calcularon el volumen aproximado de los mares basálticos, incluyendo el Mar de la Llivia (5.2 millones de km2), Mar de Tranquilidad (1,4 millones de kilómetros cúbicos), Océano de Tormentas (571,000 kilómetros cúbicos) y el Mar de las Crisis (459.000 kilómetros cúbicos).
Además, estudiaron los resultados del escrutinio a las rocas lunares recogidas durante misiones como Apolo 15 y Apolo 17. Estas denotaron la presencia de lava fundida y trazas de monóxido de carbono (CO), hidrógeno (H2), agua (H2O) u OH y azufre. Partiendo del volumen de los mares, así como de la cantidad de sustancias encontradas, los científicos calcularon cuánto gas debió ingresar a la atmósfera de la Luna.
La atmósfera lunar
El pico de actividad volcánica ocurrió hace 3.500 a 3.800 millones de años. Más o menos por ese tiempo se formó el Mar de la Tranquilidad y la Mar de la Lluvia y la densidad de gas de la superficie de la Luna era suficientemente grande para crear una capa temporal, una especie de atmósfera.
Dicha atmósfera permaneció envolviendo al satélite natural por unos 70 millones de años, antes de evaporarse en el espacio.
«La cantidad total de H2O liberada durante la formación de los mares es el doble del volumen del lago Tahoe (EE. UU.). A pesar de que una parte significativa del vapor fue al espacio, otra buena porción pudo establecerse en los polos lunares. Esto significa que algunas de las sustancias volátiles que encontramos allí podrían haber aparecido dentro de la Luna «, asegura Needham.
En futuras misiones se corroborarán y se comprobarán las hipótesis desprendidas de este estudio.
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