La salud mental en los jóvenes: hacia un futuro más saludable
En la actualidad, la salud mental se ha convertido en un tema central, especialmente entre los jóvenes. Este interés creciente no es casualidad. La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después, visibilizando problemas que permanecían latentes y afectando profundamente a los grupos más vulnerables, como los adolescentes. En el reciente episodio de Humana, el podcast del Hospital Británico, la psiquiatra Romina Aguerre y Delfina Valdés abordaron estos temas cruciales, explorando el impacto de la pandemia, el papel de la familia, y el desafío adicional de las redes sociales.
Un cambio de época
Romina Aguerre señala que la pandemia afectó de manera significativa a los jóvenes, interrumpiendo eventos clave como los viajes de 15 años, ceremonias escolares y los ingresos a nuevas etapas educativas. Estos hitos son fundamentales para el desarrollo social y emocional en la adolescencia. “El contacto con los pares es vital en la adolescencia,” explica la psiquiatra del Hospital Británico. La pérdida de esa conexión puede llevar a una regresión a estados más primarios de interacción social, intensificando tensiones familiares y sentimientos de soledad.
La ansiedad y la depresión: Más allá de la normalidad
El aumento de los trastornos de ansiedad y depresión es alarmante. Aguerre distingue entre la “ansiedad normal,” una respuesta fisiológica adaptativa ante el estrés, y los trastornos de ansiedad, que son crónicos y debilitantes. “Una emoción es normal, pero un trastorno de ansiedad interfiere negativamente en la vida,” aclara. Estos trastornos, que pueden ser heredados y exacerbados por el ambiente, requieren atención profesional.
Estrategias de prevención y manejo
La prevención y el manejo de la ansiedad y la depresión pasan por el autocuidado y el reconocimiento emocional. “Identificar lo que nos causa ansiedad y poner límites es crucial,” explica Aguerre. Incorporar hábitos saludables, como el ejercicio, actividades recreativas y la práctica del mindfulness, puede ayudar a estabilizar las emociones. El mindfulness, en particular, se centra en vivir plenamente el presente, reduciendo la reactividad ante el estrés.
El Impacto de las redes sociales
Las redes sociales presentan un complejo panorama para la salud mental. Si bien facilitan la comunicación y el aprendizaje, también intensifican el estrés, especialmente en adolescentes que son vulnerables al ciberacoso y la comparación social. “El uso excesivo lleva a consecuencias negativas, como ansiedad y depresión,” advierte la especialista del Hospital Británico. Encontrar un equilibrio es vital; las redes no deben reemplazar las interacciones en la vida real.
Reconociendo y actuando ante señales de alarma
Para detectar un episodio depresivo mayor, es crucial observar cambios persistentes como la tristeza mantenida o la irritabilidad en adolescentes. Los comentarios sobre la falta de valor de la vida son señales de alerta que requieren atención inmediata. La pronta intervención puede ser lifesaving, dirigiendo al individuo hacia los recursos adecuados, como psicoterapia y apoyo familiar.
La autoestima y los desafíos actuales
La autoestima es un tema recurrente vinculado a la depresión. En una cultura que prioriza el éxito, los jóvenes enfrentan una presión considerable para lograr metas a menudo inalcanzables. Este ambiente competitivo puede erosionar la autoestima, aumentando la vulnerabilidad a los trastornos mentales. Como detalla Aguerre, es esencial encontrar un balance que incluya logros personales y bienestar emocional.
La conversación en el podcast Humana destaca la importancia de una visión comprensiva y compasiva sobre la salud mental en los jóvenes. En un tiempo donde el éxito parece medir el valor, recordar la importancia del auto-cuidado y la conexión humana se vuelve vital. Con el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión, el acceso a la psicoterapia y la promoción de prácticas de bienestar mental son más importantes que nunca. Al final, los verdaderos logros a menudo residen en aceptar nuestras emociones y buscar ayuda cuando es necesario, como un paso hacia una vida más equilibrada y saludable.
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