La lipoproteína (a): un factor de riesgo para la salud poco conocido que debemos controlar
La salud cardiovascular es un tema crucial en la actualidad, y muchas personas están familiarizadas con los conceptos de colesterol y triglicéridos. Sin embargo, existe un factor de riesgo poco conocido que los expertos están instando a controlar: la lipoproteína (a), o Lp(a). Esta alteración genética puede aumentar significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero a menudo pasa desapercibida en los análisis de sangre rutinarios.
¿Qué es la lipoproteína (a)?
La lipoproteína (a) es una variante de lipoproteínas de baja densidad que se encuentra en la sangre. Su nivel está determinado principalmente por factores genéticos y no se ve influenciado por el estilo de vida, como la dieta o el ejercicio. A diferencia del colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) y HDL (lipoproteína de alta densidad), que son comúnmente medidos en los análisis de colesterol, la Lp(a) no se incluye en estas pruebas estándar.
Los niveles elevados de Lp(a) son un factor de riesgo independiente para diversas enfermedades cardiovasculares. Según la Sociedad Argentina de Lípidos, cuando los niveles de esta lipoproteína están alterados, hay un mayor riesgo de infarto, accidente cerebrovascular (ACV) y estenosis de la válvula aórtica del corazón. Este último es un proceso de calcificación de la válvula que puede tener graves consecuencias para la salud.
Además, un nivel elevado de Lp(a) se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades de las arterias periféricas, que pueden provocar bloqueos en las extremidades. A menudo, las personas que tienen niveles altos de Lp(a) no presentan síntomas, lo que dificulta la identificación de su riesgo cardiovascular.
Importancia de realizarse un análisis de Lp(a)
A pesar de la gravedad de los riesgos asociados, la mayoría de las personas no conocen sus niveles de Lp(a). Se estima que uno de cada cinco personas en el mundo tiene niveles altos de esta lipoproteína, según la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA). Dado que la Lp(a) no se mide en los análisis de sangre rutinarios, los expertos recomiendan que las personas se realicen al menos una prueba en su vida para conocer su nivel de riesgo.
Cómo se realiza la prueba
La prueba para medir los niveles de lipoproteína (a) es sencilla y rápida. Se toma una muestra de sangre de una vena del brazo, un procedimiento que suele durar menos de cinco minutos. La medición se expresa en miligramos por decilitros mg/dl o nanomoles por litro (nmol/l), y valores superiores a 30 mg/dl o 100 nmol/l se asocian con un aumento significativo en la incidencia de eventos cardiovasculares.
Intervenciones y tratamientos
Si un paciente presenta niveles elevados de Lp(a), es crucial que un profesional de la salud evalúe su riesgo cardiovascular en conjunto con otros factores de riesgo. Aunque actualmente no existe un tratamiento específico aprobado para reducir los niveles de Lp(a), se están realizando investigaciones sobre varias terapias.
Estrategias en evaluación
Una de las terapias más prometedoras en investigación es el pelacarsen, un oligonucleótido antisentido que ha demostrado reducir los niveles de Lp(a) hasta en un 80%. Este fármaco se está evaluando en el estudio HORIZON, que busca disminuir los eventos cardiovasculares en pacientes con un alto riesgo. Además, se están investigando otras opciones como el olpasiran, que ha mostrado reducciones en Lp(a) del 70% al 95% en ensayos clínicos.
La relevancia del contexto familiar
Es importante considerar el contexto familiar al evaluar los niveles de Lp(a). En muchas familias, varios miembros pueden presentar alteraciones en los niveles de esta lipoproteína. Esto subraya la importancia de realizar pruebas en personas que tengan antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
La lipoproteína (a) es un factor de riesgo poco conocido, pero potencialmente devastador para la salud cardiovascular. Dado que la mayoría de las personas no son conscientes de su nivel de Lp(a), es esencial que se considere su evaluación en los chequeos de salud rutinarios. La falta de síntomas y la influencia genética de la Lp(a) hacen que la detección temprana sea vital.
A medida que la investigación avanza y se desarrollan nuevos tratamientos, y es fundamental que tanto médicos como pacientes estén informados sobre este factor de riesgo. Con un diagnóstico adecuado y un seguimiento continuo, se puede tomar el control de la salud cardiovascular y reducir el riesgo de eventos graves. En última instancia, la educación y la conciencia sobre la lipoproteína (a) podrían salvar vidas.
Por lo tanto, si no te has realizado una prueba de Lp(a), considera hacerlo. Tu corazón te lo agradecerá.
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