El Hospital Británico refuerza su estrategia contra el cáncer cervical con acciones preventivas
El Hospital Británico integra nuevas prácticas en su estrategia contra el cáncer de cuello uterino, reemplazando el PAP por el test de VPH, anticipándose a las exigencias del Ministerio de Salud Pública.
En un esfuerzo por ampliar sus iniciativas preventivas en salud, el Hospital Británico está introduciendo un nuevo enfoque para la prevención del cáncer de cuello uterino.
Además de fomentar la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), ahora implementará pruebas de detección específicas que reemplazarán el tradicional examen de Papanicolau (PAP). Este cambio alinea al hospital con las guías internacionales vigentes y anticipa los próximos requerimientos del Ministerio de Salud Pública.
El cáncer de cuello uterino es una preocupación significativa de salud pública a nivel mundial. Es el segundo cáncer ginecológico más común en nuestro país, después del cáncer de mama. La estrategia preventiva del Hospital Británico está diseñada para casi erradicar esta enfermedad a través de una adecuada implementación de medidas de prevención.
Vacunación VPH y nueva prueba: Hospital Británico se adelanta
Ya pionero en la promoción de la vacunación contra el VPH, el Hospital Británico ha enfocado sus esfuerzos en adolescentes, así como en mujeres y hombres de hasta 26 años. La vacunación comienza idealmente antes de los 15 años para optimizar su efectividad, aunque hay beneficios demostrables también para aquellos entre 16 y 26 años que aún no han sido vacunados, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
En paralelo, el Hospital Británico está implementando el test de VPH como método de prevención secundaria, un cambio que pronto será exigido por el Ministerio de Salud Pública para todas las instituciones de salud. Este enfoque está destinado a ofrecer ventajas significativas en la detección y prevención para los pacientes, según la doctora Luciana Bertolino, una experta en la materia y voz autorizada del Hospital Británico.
La doctora Bertolino enfatiza la necesidad de que las mujeres sean “adecuadamente informadas con respecto a la alta frecuencia de este virus”, incluso si sus pruebas anteriores han sido negativas, aclarando que la presencia del virus no significa automáticamente la existencia de lesiones o un diagnóstico de cáncer.
En busca de la prevención: Estrategia avanzada en el Hospital Británico
El seguimiento cercano para quienes dan positivo en el test de VPH permite detectar a tiempo cualquier lesión potencial, reduciendo el riesgo de desarrollo del cáncer. Mientras que un 15% de las examinadas pueden arrojar resultados positivos, “la mayoría va a eliminar el virus en forma espontánea”, asegura Bertolino.
Un test negativo de VPH implica que la repetición del examen no será necesaria hasta dentro de cinco años. Sin embargo, esto no sustituye el control ginecológico anual, durante el cual se evaluará la necesidad de realizar cualquier otro estudio.
La doctora Bertolino subraya que el cáncer de cuello uterino es prevenible y recalca que el test de VPH es un procedimiento “rápido, simple e indoloro”. El cambio refleja el compromiso del Hospital Británico con una cultura de prevención y educación en salud, cuyo objetivo es adoptar prácticas que beneficien a los pacientes.
“Desde el Hospital promovemos una cultura de prevención y educación en salud”, declaró Bertolino, explicando que la transición de PAP a test de VPH se fundamenta en la necesidad de detección temprana para prevenir el cáncer de cuello uterino.
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