La soledad no deseada puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de demencia
"La influencia de la soledad no deseada sobre el riesgo de desarrollar demencia parece ser estadisticamente comparable al efecto que tienen otros reconocidos factores de riesgo como la diabetes o la inactividad física", explicaron los autores de una nueva investigación.
La soledad, cuando no es deseada, perjudica la salud y es considerado un factor de riesgo para desarrollar demencia, según un nuevo trabajo realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid.
El trabajo, publicado en la revista Ageing Research Reviews, revisa más de 2.500 artículos relacionados con la temática y evalúa los resultados y calidad metodológica de ocho estudios.
Los investigadores analizaron los datos de más de 20.000 personas, todas mayores de 65 años y procedentes de América, Asia y Europa, de las cuales ninguna padecia demencia cuando comenzaron los estudios, y subrayaron la importancia de conocer los efectos nocivos de la soledad no deseada para diseñar intervenciones psicológicas o sociales que podrían servir para prevenir o retrasar la aparición de la demencia.
Las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de padecer demencia. Ésta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado por investigadores de la #UAM tras analizar los datos de más de 20.000 personas. pic.twitter.com/XG257H1Sr3
— UAM Autónoma Madrid (@UAM_Madrid) 28 de mayo de 2019
El estudio se centró en identificar factores de riesgo que pudieran ser modificables y que pudieran ayudar a prevenir o a retrasar la aparición de la demencia. Uno de esos factores, señalan los expertos, podría ser la soledad no deseada, la cual se ha relacionado previamente con peor estado de salud, depresión e incluso mortalidad prematura.
Elvira Lara pertenece al Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, un centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud e integrante del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber) de Salud Mental y destacó la trascendencia de estas conclusiones ante el progresivo envejecimiento de la población mundial y el previsible aumento de los casos de demencia, una enfermedad para la que no existe en la actualidad ningún tratamiento efectivo.
Lara advirtió de los riesgos de salud que están asociados a esa «desconexión social» y explicó que con su trabajo observaron que el riesgo de desarrollar una demencia entre las personas que se sienten solas contra su voluntad es comparable a otros factores, como la inactividad física o la diabetes.
Los investigadores comprobaron que la asociación entre la soledad no deseada y la demencia es independiente de la presencia de otros factores, como la depresión. De todas maneras Lara explicó que los resultados deben interpretarse con cautela debido al limitado número de estudios incluidos.
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