Cosas que debes saber sobre el sarampión

Debido a la gran controversia que están creando los antivacunas, y el consiguiente riesgo a la salud pública, es importante tener en cuenta factores importantes de esta enfermedad potencialmente peligrosa.

Foto: aboutkidshealth.ca
Foto: aboutkidshealth.ca

Algunas personas piensan que el sarampión es una enfermedad infantil simple que causa una erupción que pica. Pero el sarampión es una enfermedad muy contagiosa que puede resultar en algunas complicaciones graves, incluso en personas adultas.

El sarampión está en los titulares de todo el mundo debido a brotes ocasionados por personas que se oponen a las vacunas, con la falsa idea de que son perjudiciales para la salud de los niños, e incluso algunos aseguran que causa autismo. Los funcionarios de salud de varios estados de EE.UU. y de algunos países más han declarado estados de emergencia con docenas de casos confirmados reportados.

El sarampión también se conoce como rubéola, por lo que vale la pena señalar un malentendido común: la rubeola y la rubéola (una con tilde y otra sin tilde), se escriben de manera similar pero no son la misma enfermedad. Como explica la Clínica Mayo, son causadas por diferentes virus y ambas implican una erupción, pero ahí es donde la similitud termina.

El sarampión es causado por un virus que se esconde en el sistema de un adulto o niño infectado. Cuando tosen, estornudan o incluso hablan, esparcen gotitas microscópicas de saliva con el  virus al aire. Otras personas inhalan esas gotas o las recogen de la superficie donde estas aterrizaron. El virus puede permanecer activo durante horas y alrededor del 90% de las personas susceptibles que están expuestas a una persona infectada se infectarán casi indudablemente.

Silenciosa y altamente contagiosa

Durante los primeros 10 a 14 días de contagio, el virus se incuba y no muestra ningún síntoma, por lo que la persona no sabe que tiene la enfermedad.

Aproximadamente 10 días después de haber estado expuesto al virus, es posible que note una fiebre alta, tos, secreción nasal y ojos llorosos y enrojecidos. Dos o tres días después de que comiencen los síntomas, es probable que se noten pequeñas manchas blancas dentro de la boca. Unos pocos más tarde, irritantes erupciones se propagarán por todo el cuerpo, generalmente comenzando en la cara y la línea del cabello y extendiéndose hacia el cuello, torso, brazos, piernas y pies.

Puede comenzar como manchas planas, rojas y luego convertirse en protuberancias elevadas. Los síntomas generalmente duran unos pocos días, pero puede tomar algunas semanas recuperarse de la fatiga que provoca que el cuerpo luche contra las altas fiebres y las erupciones generalizadas.

Según el Centro para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) los menores de 5 años y los mayores de 20 años tienen probabilidades de sufrir complicaciones por el sarampión. Uno de cada 20 niños contraerá neumonía, que es la muerte más común relacionada con el sarampión, y un de cada 1.000 desarrollará encefalitis. También puede causar infecciones de oído, diarrea severa, bronquitis, laringitis y otros.

¿Cómo se trata el sarampión?

No existe un tratamiento específico para el sarampión, lo único posible es tratar de aliviar los síntomas. Se recomienda descansar mucho y bebe muchos líquidos. Tome un medicamento de venta libre como paracetamol o ibuprofeno para reducir la fiebre. Nunca se debe dar aspirina a un niño o adolescente con síntomas similares a los de la gripe porque la aspirina se ha relacionado con el raro síndrome de Reye, un daño cerebral súbito agudo y un cuadro de problemas con la actividad hepática, que no tiene causa conocida pero que se ha presentado en niños personas que han consumido este medicamento mientras tienen varicela o sarampión.

La vacuna contra el sarampión es muy efectiva, según los CDC. Una dosis de la vacuna es aproximadamente 93% efectiva en la prevención del sarampión si está expuesta al virus y dos dosis son aproximadamente 97% efectivas. Solo tres de cada 100 personas contraen el sarampión después de haberse vacunado debidamente, y según los expertos esto se da porque sus sistemas inmunológicos no han reaccionado de la forma esperada a la dosis.

Solo en Estados Unidos, en 1912 el número de muertes por sarampión era de 6.000 por año, todo esto antes de que se generalizaran las vacunaciones en todo el país, que se logró hasta 1968. En el año 2000 se declaró erradicada la enfermedad, lo que significa que en ese año no se reportaron transmisiones por 12 meses consecutivos.

Ahora, los antivacunas han propiciado la reaparición de la enfermedad ya que han dejado de vacunar a sus hijos, exponiéndolos a ellos y a otros a la enfermedad.

 

 

 

 

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