Todo lo que debo conocer sobre el esguince lateral de tobillo
Cuando se habla de esguince, se hace referencia a la distención o desgarro de los ligamentos -es decir, los encargados de estabilizar una articulación-.
Los ligamentos del tobillo se podrían dividir en laterales (externos), mediales (internos) y sindesmales (estabilizan la articulación entre la tibia y el peroné). Los laterales son los que se suelen comprometer y, por lo general, es el peroneo-astragalino anterior: se lesiona tras una torsión en la cual se produce una inversión forzada de tobillo con flexión plantar. En otras palabras, la planta del pie se dirige abruptamente hacia abajo y adentro.
Cuando se genera un esguince de tobillo, los ligamentos externos se distienden y muchas veces se rompen de manera parcial o completa. Al lesionarse, sangran, por lo que se genera edema o hinchazón, hematoma y dolor, y estos síntomas varían según la gravedad.
Se trata de una lesión sumamente común que afecta a las personas durante una amplia gama de actividades. En el contexto de la actividad deportiva, representa una de las lesiones más habituales. Además, existen algunos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir este tipo de esguince:
- Hacer deporte sobre superficies rígidas
- El uso de calzado inadecuado
- Actividades que impliquen saltos
- Antecedente de esguince previo
- Padecer inestabilidad de tobillo
- Sobrepeso
- Anatomía del pie: pie cavo y retropié varo o talón hacia adentro
En cuanto a los síntomas, luego de la lesión se registra dolor intenso en la cara externa del tobillo, además del edema o la hinchazón y muchas veces también aparece la formación de un hematoma. En ciertos casos, la persona es incapaz de cargar peso sobre el miembro afectado. Igualmente, los síntomas serán de mayor o menor magnitud en función de la gravedad del cuadro.
Un dato muy importante: es primordial la consulta médica una vez que sucede el episodio traumático. A través del interrogatorio, junto al examen físico y los estudios complementarios, será posible hacer el diagnóstico. Como estudio complementario, la radiografiía será suficiente para excluir patologías asociadas.
Tratamiento
No se requiere cirugía. Si la gravedad del episodio lo amerita, será necesario inmovilizar el tobillo y restringir la carga de peso sobre el miembro afectado. Actualmente, el protocolo de tratamiento kinesiológico funcional es el más aceptado y éste consiste en un plan de rehabilitación que podría dividirse en las siguientes cinco etapas que se deben desarrollar con el kinesiólogo:
- Su finalidad será principalmente la de desinflamar el tobillo y tratar el dolor. Se utilizarán vendas elásticas, inmovilización transitoria con bota Walker (en ciertos casos), aplicación de frío local, la elevación del miembro afectado y la toma de antiinflamatorios. Es esencial que el movimiento de la articulación se realice lo antes posible, lo cual permitirá mantener el rango de movilidad y ayudará a desinflamar la zona lesionada.
- La finalidad en esta etapa será la de ganar rango de movilidad articular. Mediante la ejecución de un plan de ejercicios indicado y supervisado por el kinesiólogo, se irá recuperando la movilidad normal de la articulación del tobillo.
- En esta etapa, el principal objetivo será el de fortalecer el tobillo.
- Inicialmente, a través de ejercicios isométricos y después contra resistencia dinámica se irán fortaleciendo los músculos del tobillo.
- Será primordial en esta etapa recuperar la propiocepción (capacidad de sentir la posición relativa de las partes corporales) mediante una serie de ejercicios específicos; el más conocido es el trabajo de equilibrio y balanceo sobre una media esfera.
- En este momento, la persona comienza con actividades de campo similares a las que efectúa en la práctica deportiva habitual. El regreso a la actividad deportiva es progresiva y bajo un estricto control profesional.
Si bien el tratamiento funcional se encuentra dividido con fines didácticos en cinco etapas, en la realidad éstas se superponen.
Complicaciones del esguince lateral de tobillo
Si bien no suelen suscitarse, las complicaciones en este tipo de esguince son las que se mencionan a continuación:
- El dolor residual por inflamación o cicatrización exagerada de algunos ligamentos o estructuras intraarticulares.
- La lesión del cartílago articular del tobillo.
- La inestabilidad de tobillo -mal llamada «inestabilidad crónica de tobillo»- en la cual hay una tendencia a sufrir esguinces a repetición, debido a la incompetencia de los ligamentos.
Por lo tanto, la consulta médica permitirá un diagnóstico y tratamiento adecuados, los que serán elementales para lograr una buena recuperación y un pronto regreso a las actividades habituales.
Fuente: Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de Pie y Pierna
Dr. Gerardo Bulla
Traumatólogo de SUAT
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