GMS

El glutamato monosódico podría ser clave para una alimentación saludable

Durante décadas, el aditivo alimentario glutamato monosódico (más conocido como GMS) fue demonizado en Occidente. Más recientemente se ha descubierto que es inofensivo, o al menos su componente de sodio no es peor que la sal.

La comida asiática suele tener GMS. Foto: Pixabay
La comida asiática suele tener GMS. Foto: Pixabay

A pesar de los relatos anecdóticos de personas que experimentaron reacciones después de comer comidas con glutamato monosódico (GMS), no hay pruebas contundentes de que dicho aminoácido que mejora el sabor sea inseguro o peligroso para la salud. De hecho, los historiadores han rastreado la creencia generalizada de sus daños al racismo: podría encontrarse la raíz del miedo irracional al GMS a a xenofobia de los occidentales a los inmigrantes asiáticos.

Por ejemplo, un nuevo artículo publicado en Nature Neuropsychopharmacology concluyó que aquellas personas que se dejaron influenciar por campañas de miedo xenófobo sobre los supuestos riesgos del GMS, en realidad sufrieron en su mayoría el efecto placebo.

Otro estudio, publicado por Science Direct, concluyó que aquellas personas que consumían GMS generalmente ingerían sopas y alimentos sólidos más bajos en calorías y sal; esto es porque el aditivo es un mejorador y acentuador del sabor, y provoca que las papilas gustativas sientan mejores gustos, reduciendo la necesidad de agregar más sal y grasas.

Dietas más saludables

el Dr. Miguel Alonso-Alonso del Centro Médico de Harvard realizó una prueba similar. En un grupo de sujetos observados en la investigación, el glutamato monosódico no redujo significativamente el consumo de calorías, pero condujo a elecciones más saludables, en particular al consumir menos grasas saturadas. Además, los mayores efectos se observaron entre las mujeres que se describían a sí mismas como carentes de autocontrol y propensas a comer en demasía.

También se hicieron escaneos cerebrales a las personas que consumían alimentos con GMS. Después del consumo del aditivo en comidas hubo más actividad en la corteza prefrontal izquierda, la parte del cerebro que previamente se ha relacionado con el autocontrol en lo que respecta a la elección de alimentos.

El estudio solo analizó una comida, por lo que la pregunta de si los efectos del glutamato administrado desaparecerían si se toman con demasiada frecuencia sigue sin respuesta. Además, un viejo cliché dice que una hora después de comer comidas chinas, la gente vuelve a tener hambre; eso aún no se ha investigado.

 

 

 

 

 

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje