INVESTIGACION. POR PRIMERA VEZ UN ACADÉMICO REVELA COMO FUE LA CAIDA DE EUGENIO GOMEZ

"Golpe genial" de Arismendi en 1955 sacó al PCU del aislamiento

¿Qué lo llevó a investigar la historia de los comunistas uruguayos en la etapa 1941 a 1973?

El tema en sí me resultó apasionante al ver el peso que tuvo el PCU en la conformación de la cultura política de la izquierda uruguaya; su gravitación en la vida sindical, en el movimiento estudiantil, en el desarrollo de la cultura. En lo biográfico-personal, le diré que vengo de una familia comunista. Mi padre era militante desde los años 40; en noviembre de 1975 se refugió en Buenos Aires y después en Israel. Se da cuenta de que yo era un niño cuando todo eso.

Por lo que veo, un punto central de su estudio es esa transición iniciada el 14 de julio de 1955, cuando cayó Eugenio Gómez de la secretaría general y asumió una conducción encabezada por Rodney Arismendi, primer secretario por Montevideo y además, diputado.

Sí. Creo que era necesaria una investigación profunda de ese momento, para tratar de entender la transformación de ese partido aislado de la sociedad, con dinámica de secta, en un partido que creció, paso a ser de cuadros y de masas, incidiendo de otra forma en la sociedad.

¿La caída de Gómez, y su hijo Eugenio Gómez Chiribao, que era el todopoderoso secretario nacional de Organización del PCU, fue en realidad un golpe interno en la cima del poder, liderado por Arismendi y acompañado por dirigentes desplazados por Gómez, como Enrique Rodríguez, Julia Arévalo y Alberto Suárez?

Fue un golpe interno, sin duda, que fue posible principalmente por una revuelta moral, porque Gómez y su hijo, Gómez Chiribao ­a los que muchos consideraban un playboy­, violaron sensibilidades éticas. Entre 1950 y 1955 no solo se marginó a figuras como Julia Arévalo, que había sido senadora en 1946, a líderes sindicales como Rodríguez y muchos otros, sino que muchísimas personas fueron expulsadas en las famosas depuraciones. Se decía que el partido crecía a través de esas depuraciones. Existió prepotencia, abuso personal de los Gómez; culto a la personalidad. Eso llevo a que Arismendi, Massera y Suárez, entre otros, conversaran, empezaran a actuar como fracción, en contra de los principios de organización leninista, para salvar al PCU de aquella situación.

¿Y empezó el tiempo final para la familia Gómez?

El 14 de julio de 1955, a la que con dosis de humor se le suele llamar «la toma de la Bastilla», se produjo esa operación política genial, porque fue muy cuidada y no generó traumas.

Los Gómez, depuestos de la conducción y distanciados del PCU, ¿no lograron el respaldo de algunos de los que usted estima eran unos 300 militantes y alrededor de un millar de afiliados?

No, se fueron muy pocos. Los Gómez estaban aislados. La indignación ética era grande. Entonces se abrió una discusión tormentosa en el partido, entre julio y el Congreso de setiembre de 1955. Porque muchos de los que depusieron a Gómez habían sido cómplices de las conductas anteriores. Pero Arismendi y Massera actuaron muy astutamente. Se hicieron autocríticas, se hablo de responsabilidades, se sancionó a alguna gente, pero no fueron depuestos algunos dirigentes que habían sido muy cercanos a ellos.

¿E n qué casos está pensando?

Y, por ejemplo, Enrique Pastorino, un muy importante sindicalista promovido por Gómez, empezó a trabajar con Enrique Rodríguez, que había sido desplazado. En la nueva dirección no se bajó a los dirigentes que estuvieron en la anterior etapa y habían contado con el fuerte apoyo de Eugenio Gómez y su hijo. Fue todo muy cuidado. Se pensó en la reconstrucción.

En lo ideológico, usted afirma que algunas concepciones atribuidas a la etapa arismendiana en realidad venían del ciclo Gómez, como la creación de un Frente Democrático para la Liberación Nacional. ¿Cómo es eso?

Le explico. En 1952, en el último Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), en el que intervino José Stalin, concurrió Arismendi por Uruguay. Stalin, que hizo lo que hizo, pero que nadie duda que era un animal político muy astuto, dijo que vislumbraba que en medio de aquella Guerra Fría la imposición de Estados Unidos, el sometimiento de las burguesías locales, hacía que arrojaran dos banderas: la nacional y la democrática. Stalin decía que los comunistas tenían que tomar esas banderas.

De ahí la idea de crear frentes de liberación nacional. Hubo partidos comunistas en América Latina que quisieron ensayar esa formula, con muchos fracasos. Gómez tomó la consigna, pero no sabía qué hacer con ella. Arismendi sí supo cómo hacerlo.

Aquella conducción surgida en 1955 transformó al PCU, lo hizo importante, con otra incidencia en la sociedad. Creció en organización, en afiliados, tuvo en 1957 un diario («El Popular»), impulsó la unidad sindical, desarrolló la rama juvenil, promovió la creación de los frentes.

En su investigación afirma que la historia oficial del PCU se refiere a 1955, pero pone mucho énfasis en 1958. ¿Cómo explica este hecho?

Las invocaciones a Stalin en el 55 evidentemente que resultaban incómodas. En las recopilaciones del PCU de los 70 y de los 80 no se incluye el XVI Congreso de 1955; se arranca en el XVII, de 1958.

No hay que olvidar que entre 1955 y 1958 se hizo una labor interna de reelaboración y muchas de las caracterizaciones de 1955 fueron corregidas; además, en el discurso de 1955 había muchas referencias a los Gómez, a sus prácticas, y a todo aquello que era visto como una vergüenza, y prefirieron dejarlo atrás.

No eran útiles para la creación de una mística partidaria.

 

PERFIL

* Gerardo Leibner nació en Montevideo hace 46 años. Hoy vive en Israel, donde está casado y tiene 3 hijos. Es docente e investigador en el Departamento de Historia y en el Instituto Sverdin de Historia y Cultura de América Latina, en la Universidad de Tel Aviv. «Camaradas y Compañeros. Una historia política y social de los comunistas uruguayos» (Trilce, 632 páginas), le demandó 11 años de estudios. Se presentará el martes 18, a la hora 19, en la Facultad de Arte, 18 de Julio 1772, Montevideo.

 

LA EVOLUCIÓN ELECTORAL DEL PCU

* Etapa de Eugenio Gómez (1941-1955)

 

1942 ­ 2,5% de la votación general (2 diputados)

 

1946 ­ 4,9%

(1 senador y 5 diputados)

 

1950 ­ 2,3% (2 diputados)

 

1954 ­ 2,2% (2 diputados)

 

* Etapa de Rodney Arismendi (desde 1955)

 

1958 – 2,6% (2 diputados)

 

1962(*)- 3,5%

(1 senador y 3 diputados)

 

1966(*)- 5,7%

(1 senador y 5 diputados)

 

1971(**)- 6%

(2 senadores y 4 diputados)

 

Nota:

*) Dentro del Frente izquierda de Liberación, Fidel; (**), dentro del Frente Amplio, que llegó al 18,28% (5 senadores y 18 diputados)

 

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