"A Villa lo mató un Comando especializado y contratado para simular un suicidio"
La muerte del ex intendente Villanueva Saravia sigue encendiendo pasiones y renueva las interrogantes sobre los motivos que llevaron al malogrado jefe comunal a la tumba.
Recientemente un libro escrito por uno de los asesores legales e integrante de los círculos más cercanos a Villanueva Saravia, revive las enigmáticas circunstancias que rodearon la muerte del polémico intendente que con sólo 33 años de edad, tenía en jaque no sólo al poder judicial sino también a sus adversarios políticos dentro de su propio Partido Nacional.
Consciente de sus acusatorias expresiones el Dr. Mario Burgos Pintos sigue afirmando que a «Villita» lo asesinaron.
«Estoy convencido que a «Villa» lo mató un Comando especializado y contratado para simular un suicidio».
La tajante apreciación es tan sólo un concepto de la extensa entrevista que gentilmente el Dr. Mario Burgos, concedió a este periodista.
El letrado trajo a colación el impactante título de «LA REPUBLICA» al conocerse la muerte de Villanueva Saravia, aquel miércoles 12 de agosto de 1998. «A Villanueva Saravia lo suicidaron»
Dr. Burgos, luego de pasados tantos años de aquel insuceso, ¿qué pretende con la publicación de este libro que no hace otra cosa de denunciar públicamente que a Villanueva Saravia lo mataron y que no fue suicidio como lo determinó la Justicia?
Por primera vez, este libro documenta a partir de lo que se llamó investigación y que de eso no tuvo nada lo que todo el mundo viene escuchando y diciendo hace más de doce años. Es decir, acá hay una versión oficial que fue decretada desde las alturas del poder, concretamente y supongo que no debe ser muy ajeno a esto el ex ministro del Interior, profesor Luis Hierro López que aparentemente ordenó la redacción de un comunicado diciendo que Villanueva se había suicidado, cuando recién estaban saliendo los investigadores policiales para el lugar del hecho y esa misma versión oficial después fue sustentada por esta parodia de investigación llevada adelante por la propia Justicia.
¿En que sustenta sus incriminaciones y con qué objetivo?
Mire, hay una verdad que la conoce el pueblo ya que durante diez años en este país, donde se pregunte que pasó con Villanueva Saravia, la gente responde «lo mataron».
Sin embargo la posibilidad de un homicidio ha sido descartada prácticamente de plano por la Justicia, donde se sostiene que no existió el hallazgo de elementos que llevaran a tal dictamen…
La resolución judicial ordenó el archivo del expediente, sin perjuicio que en algún siglo de estos, aparezca algún juez o fiscal que se honre de ser tal y decida la reapertura del caso. O sea que la resolución se funda en diez renglones del fiscal subrogante en ese caso el Dr. Reyes que dice simplemente que después de la exhaustiva investigación no se encontraron elementos que apunten a pensar en otra cosa que no sea el suicidio y el juez teniendo en cuenta esa vista fiscal manda archivar el caso. Aquí no hubo una resolución basada en el análisis, valoración de pruebas u otro elemento y verdaderamente aquí no se investigó nada y eso no se dice.
En el caso de Villanueva tenemos el descubrimiento de un cadáver con una herida de bala en la cabeza, es decir una muerte violenta por herida de bala. Una autopsia que se termina sobre la medianoche del 12 de agosto de 1998 y cuando quedaban pendientes exámenes de balística sobre el arma y proyectil, exámenes de laboratorio vinculados a la autopsia, el juez de la causa autoriza a la una de la madrugada del 13 de agosto que los peritos actuantes le informaran a la población que había un 100 % de certeza que se trataba de un suicidio.
Dr. Burgos, siguiendo su tesis, obviamente que detrás de todo esto habría un móvil. Eran tan tensas las circunstancias principalmente políticas de aquel momento para que a alguien le interesara eliminar a Villanueva Saravia?
Yo sostengo que del análisis contextual de toda la documentación, de todos los informes policiales, de las pericias y exámenes realizados y del propio levantamiento del cuerpo y de la documentación que está agregada al expediente, es absolutamente imposible que el disparo Villa lo hubiera recibido estando en la posición en la que se lo encontró.
Por lo tanto para mí no se suicidó sino que lo mataron.
En cuanto a la otra parte de su pregunta, obviamente que Villanueva generaba odios y rencores. Yo creo que aquí aparecen muchos elementos. Si aquí los políticos escucharan la voz del pueblo la respuesta saltaría en forma inmediata. Ud. habla con diez personas y la mayoría de ellas le van a decir que a Villa lo mataron y quiénes están detrás de todo esto, quién es el gran responsable o quién es el más interesado en hacer desaparecer al ex intendente.
Si a Villanueva Saravia lo mataron como Ud. sostiene, ¿había necesidad de hacerlo aparecer como un suicidio?
Yo estoy convencido que en este caso actuó un Comando profesional, que preparó un proyectil que permitiera no «yabranizar» la cosa, es decir que la herida fuera perfectamente reconocible. Un comando que sabía cada paso y acto de Villanueva Saravia. Contestando su pregunta también estoy convencido que la sociedad uruguaya no estaba en aquel momento y tampoco lo está ahora preparada como para admitir la «colombianización» o la «mejicanización» de la actividad política. Es decir que a través de la muerte se pueda solucionar un problema de un adversario político peligroso mediante el homicidio. Y esto explica la conjura de silencio que vino después de la muerte de «Villa». Había que pararse en el suicidio y no admitir otra cosa, porque si no la seguridad de todos los políticos de este país quedaba entre dos grandes interrogantes.
Pero además existen otros elementos que hacen mas vil esta simulación de suicidio y situémonos en los momentos previos a la muerte del «Villa». Había enfrentamientos muy duros.
Y en ese contexto, el Herrerismo significaba uno de los mayores adversarios para el malogrado intendente?
Ah, no tengo ninguna duda… si hoy sale una grabación que involucra al ex ministro Angel Gianola, hablando con generales del Ejército, que es grabada aparentemente por uno de estos se difunde que se analizaba la posibilidad de un golpe de Estado para el caso de que el Frente Amplio ganara las elecciones siguientes y aparece Villanueva Saravia diciéndole al diario «LA REPUBLICA» que había que pensar en un golpe de Estado si Lacalle (Luis Alberto) ganaba las elecciones, porque iba a ser un gobierno bajo sospecha de corrupción… ¿cómo puede haberle caído al Dr. Lacalle?… ¿cómo puede haberle caído al Herrerismo?… El Herrerismo se reúne y pide al Directorio del Partido Nacional, que poco menos lo expulse a Villanueva Saravia del Partido y como Volonté no podía prescindir de Villanueva en ese momento, lo respalda y el Herrerismo en pleno se retira del Directorio. Entonces es muy claro que había un enfrentamiento frontal entre Villanueva Saravia y Luis Alberto Lacalle.
Aquí había gente que concretamente le interesaba que Villanueva frenara su lengua, que dejara de transgredir, que dejara de atacar.
Dr. más allá de su convencimiento de que a Villanueva Saravia lo mataron, existen posiciones contrarias por parte de mucha gente entre los que se cuentan algunos comunicadores e incluso la propia viuda del ex intendente que hoy aparece políticamente cercana a Lacalle que sostienen la tesis del suicidio…
Mire sobre María Verónica no quiero hablar y pienso que la gente a veces se cansa y busca sus propios caminos, pero en fin… sobre ella no voy a hablar. Ahora sobre otros y principalmente de algunos comunicadores de aquí, de Cerro Largo, porque a nivel nacional no he encontrado comunicadores que se traguen la pastilla de la versión oficial y más concretamente acá, quien sigue sosteniendo contra viento y marea la tesis del suicidio es el dire
ctor de la Voz de Melo Walter «Serrano» Abella, que tuvo un enfrentamiento personal en vida de Villanueva Saravia, por la independencia con la que éste manejaba las finanzas de la Intendencia con relación a los intereses económicos vinculados a la radio «La Voz de Melo», y al canje de publicidad por el pago de tributos. Eso generó un enfrentamiento de orden personal y de odios profundos, que se mantienen hasta ahora, pero que no son nuevos y son propios del mismo que mantuvo sin ningún tipo de fundamentos, sin analizar absolutamente nada y simplemente por su convicción personal, por su afán de descalificar al otro, un diálogo con Enrique Ortega Salinas, es el mismo que luego le dijo a Di Candia las mismas cosas en tres notas, porque cuando vino Di Candia mandado por el Diario El País a hacer una destrucción política de la figura de Villanueva Saravia… Di Candia entrevistó a los principales enemigos de «Villa», concretamente al economista Luis Sergio Botana que siempre estuvo decidido a derrotar a la persona con quien estaba enemistado políticamente y luego a los pocos meses necesitó de Diego Saravia que estaba en la Intendencia y fue ahí que se hizo «Villista»; el otro fue Germán Gil que era presidente de la Mesa Política del Frente Amplio; el tercero fue el abogado Miguel Angel Gamio, que fue quien redactó la denuncia por difamación contra Villanueva Saravia y el cuarto Walter «Serrano» Abella, enemigo personal de Villanueva, que hasta ahora viene sosteniendo la tesis del suicidio y lo dice en cada oportunidad… se lo dijo al Taco Larreta… Sin analizar nada de lo que pasó, sostiene la tesis de que «Villa» se mató y nadie lo va a convencer, porque en definitiva es su odio, ese odio tan propio de los pueblos del Interior y de Melo en particular, que van más allá de la muerte. Entonces acá lo que existe es un odio motivado en cuestiones personales o gestiones municipales que quisieron en su momento cambiar los códigos por el amiguismo y los códigos de la Intendencia patrimonio de determinados grupos socio-económicos de Melo y que manejan los medios de comunicación.
Finalmente, ¿qué espera con la publicación de su libro cargado de incriminaciones que pueden traerle algún dolor de cabeza?
Lo que acabo de publicar es una denuncia pública que la realizo ante la ciudadanía y no ante un Poder Judicial en el que no creo. La gente extraña a Villanueva Saravia, extraña su estilo y yo siento que sobre mi espalda y sobre mis hombros, como el Cid, el «Villa» cabalga.
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