Manini visitó a Mujica y le insistió en liberar a militares presos: muchos son represores de la dictadura
El exmilitar y líder derechista ha insistido por años en que se deben liberar a presos adultos mayores, muchos de los cuales participaron de la dictadura y cometieron delitos de lesa humanidad.
Recientemente, el expresidente José Mujica y el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, se reunieron en la chacra del exmandatario en Rincón del Cerro. Este encuentro ha sido objeto de atención mediática, dado el trasfondo político actual y la deteriorada salud de Mujica. Ambos dirigentes analizaron diversas cuestiones de la nueva realidad política del país, reflexionando sobre la ausencia de una mayoría parlamentaria del Frente Amplio.
El Frente Amplio, el partido que llevó ahora a Yamandú Orsi a la presidencia de la República, ostenta la mayoría en la Cámara de Senadores, pero enfrenta desafíos en la Cámara de Representantes, donde posee 48 de 99 asientos. Esta situación obliga al FA a buscar apoyo adicional para aprobar leyes. Cabildo Abierto, por su parte, cuenta con dos diputados que podrían facilitar esta mayoría, lo que genera un escenario de potencial colaboración en ciertas iniciativas. Pero se sabe que esos dos votos no serán gratis, ni baratos.
¿Se acerca Cabildo Abierto al Frente Amplio?
Durante su encuentro, Mujica y Manini discutieron posibles áreas de cooperación. A pesar de las diferencias políticas, el ex comandante en jefe expresó su disposición a colaborar con el gobierno de Yamandú Orsi. Esta conversación sugiere un interés en establecer un diálogo constructivo entre los diferentes sectores políticos para el bienestar del país.
Uno de los temas destacados en la reunión fue la controvertida propuesta (ya reiterada varias veces) de liberar a los militares de edad avanzada que están encarcelados por delitos cometidos durante la última dictadura en Uruguay. Manini defendió la medida, argumentando que existe un “proceso de venganza” que ha afectado a muchos militares y que se debe poner fin a esta situación.
En una reciente entrevista, Manini enfatizó su “preocupación” ante la continua penalización de militares, citando que esta “venganza” es una “vergüenza para todos”. El líder de Cabildo Abierto argumenta que muchos de los reclusos son “inocentes” y que no se les aplica justicia de manera equitativa. Esta postura ha sido criticada y discutida en diversos foros políticos y no necesariamente es compartida por sus socios de la coalición de derechas.
En su concepto de democracia, Manini Ríos dijo en marzo pasado que él entiende que las fuerzas armadas son indispensables, porque “tutelan” la institucionalidad. Bajo esa premisa, el militar retirado cree que el PIT-CNT, la gran central sindical nacional, contiene adentro «elementos con pocas convicciones democráticas», insinuando sin pruebas que, aunque como organización no tiene pensado avasallar la Constitución y al Estado, sí habría personajes golpistas adentro.
El Frente Amplio repudió esas declaraciones con vehemencia. «Escondido atrás de los fueros se puede decir cualquier disparate, no recuerdo esos términos cuando fue a pedir reunión al PIT-CNT. Igual no ofende quien quiere, hay olor a desespero por las encuestas», dijo el senador y dirigente comunista Oscar Andrade. Tenía cierta razón el ‘Boca': Cabildo Abierto hizo una pésima elección y solamente consiguió dos diputados y ningún senador.
De vuelta a Mujica, el exmandatario no está totalmente en desacuerdo con la idea de liberar a presos de avanzada edad, pero ha sido cauteloso en apartar de esa categoría a los criminales que cometieron delitos de lesa humanidad en la dictadura. Sin embargo, la respuesta negativa de la coalición de izquierda generó descontento en el sector de Cabildo Abierto. La falta de consenso refleja las profundas divisiones que persisten en la política uruguaya en esta materia y la posición del FA en respetar el recuerdo de las víctimas de este oscuro episodio de la historia nacional.
Guido Manini Ríos, en su reciente libro biográfico, abordó su postura sobre el tema. Explicó que, aunque afirma no defiende a los torturadores ni al régimen dictatorial, se cuestiona el tiempo que se ha prolongado el debate sobre estos sucesos. Esta posición es parte de un discurso más amplio que abogan por un cierre de capítulos dolorosos en la historia del país.
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