Ojeda y Bordaberry se pelean por el poder interno en el PC y en la coalición
Crece la división entre Ojeda y Bordaberry, mientras ambos se pelean el liderazgo y pretenden cargos importantes, como en el Ministerio del Interior.
A medida que se acerca el balotaje del 24 de noviembre, la atención de la esfera política uruguaya se centra no solo en los candidatos presidenciales, sino también en la dinámica interna del Partido Colorado (PC). Una de las cuestiones más relevantes y debatidas actualmente es la próxima elección del secretario general, un cargo que quedó vacante tras la salida de Julio María Sanguinetti.
Este puesto es clave para la organización y dirección estratégica del partido, y es objeto de intensas discusiones entre los distintos sectores que lo conforman porque define no solo qué sector será el dominante, sino cuál será el discurso- Esto porque el PC tiene sectores desde el ultraconservadurismo hasta el centro ligeramente socialdemócrata, por lo que la persona que ocupe la silla es realmente trascendental.
¿Quién debe ser el líder del Partido Colorado?
El diputado Felipe Schipani, del sector Crece, no ha dudado en expresar su postura en favor de Andrés Ojeda, quien recientemente ganó la interna del partido. Schipani argumenta que “quien legítimamente ha sido ungido como líder del PC” es Ojeda, enfatizando que, debido a su victoria en la interna, “tiene que ocupar ese cargo”.
Esta declaración resuena en un contexto donde la mayoría de los políticos están enfocados en el balotaje, pero también están al tanto de la necesidad de mantener la cohesión interna en sus partidos. El PC, particularmente, lucha por no perder su esencia a la sombra insoslayable del Partido Nacional, una fuerza otrora opositora, pero que ahora es amiga íntima en el fin común de derrotar al Frente Amplio.
La elección del nuevo secretario general no será un proceso sencillo. A través de un voto secreto, los 500 convencionales nacionales electos en la interna deberán elegir un nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el cual estará compuesto por 17 miembros. Este equipo será el encargado de elegir al secretario general, quien debe provenir de entre ellos.
Según Schipani, su sector ha decidido proponer a Ojeda para este cargo, argumentando que su legitimidad está respaldada por su desempeño en la reciente elección interna, donde se convirtió en el único candidato del partido, logrando la mejor votación colorada en lo que va del siglo XXI.
El tironeo entre Ojeda y Bordaberry
La coalición interna llamada Unir para Crecer, que reúne al sector de Ojeda, el grupo del diputado y nuevo senador Gustavo Zubía, y a Crece, se muestra optimista respecto a la posibilidad de alcanzar una mayoría en la convención para respaldar la candidatura de Ojeda. Schipani ha expresado que “los números son claros”, haciendo hincapié en que, en las elecciones anteriores, su sublema logró sumar 240,000 votos, superando los 150,000 obtenidos por el sector de Pedro Bordaberry. Esta diferencia de 90,000 votos se interpreta como un indicativo del apoyo que tiene la candidatura de Ojeda.
No obstante, el sector de Bordaberry está lejos de estar de acuerdo con la propuesta de Ojeda. El diputado Walter Cervini ha manifestado que su grupo se concentra en el balotaje y no en la disputa por la secretaría general. Según él, la elección de este cargo es “clave” y debe abordarse con cautela después del balotaje, señalando que la división de los convencionales de su sector será un factor importante en la discusión. Cervini y otros dirigentes de Bordaberry han expresado que la elección de Ojeda podría generar tensiones internas dentro del partido, dado que otros candidatos que compitieron en la interna, como Tabaré Viera y Gabriel Gurméndez, pertenecen a su sector.
Un representante del grupo de Bordaberry ha criticado la falta de esfuerzo de Ojeda para unir a los diversos sectores dentro del partido durante la campaña, sugiriendo que su enfoque ha sido demasiado centrado en su propia lista. Esta crítica se basa en la percepción de que Ojeda no promovió una coordinación adecuada entre las distintas facciones, lo cual es visto como un comportamiento poco habitual en estos procesos internos.
Mientras tanto, el tema de los futuros nombramientos en el gabinete comienza a surgir en las discusiones políticas. El senador electo Pedro Bordaberry ha mencionado su deseo de que el Partido Colorado tenga “más peso” en el Ministerio del Interior, aunque aclara que esto no implica directamente que el partido tome el control de esta secretaría de Estado. Bordaberry ha argumentado que su sector cuenta con un equipo sólido en temas de seguridad y que la experiencia de Ojeda como abogado penalista lo convierte en un candidato valioso para potenciales cargos ministeriales. Sin embargo, también ha indicado que no es el momento de realizar propuestas concretas, citando la importancia de centrarse en ganar el balotaje.
El actual ministro del Interior, Nicolás Martinelli, ha expresado su disposición a continuar en su cargo por un año más, enfatizando la necesidad de aprobar el presupuesto y dejar el ministerio en un rumbo positivo. A pesar de su interés en seguir, Martinelli ha señalado que el puesto es “demasiado desgastante” y que su carga laboral tiene un impacto significativo en su vida personal y familiar. En sus esfuerzos por modernizar la cartera, Martinelli ha construido una relación profesional sólida con Diego Sanjurjo, coordinador de estrategias de seguridad, destacando la importancia del funcionario por sus esfuerzos en actualizar procedimientos y modernizar procesos que venían dados desde hace mucho tiempo dentro del organismo.
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