Lorena Quintana sigue peleando contra el derecho al aborto, la ESI y la ley contra la violencia de género

Lorena Quintana, la candidata a vicepresidenta por el partido Cabildo Abierto (CA), se ha consolidado como una figura clave dentro del espacio político liderado por Guido Manini Ríos.

Con un discurso abiertamente conservador, Quintana no rehúye de las posiciones controversiales, como su férrea oposición al aborto en cualquier circunstancia, incluso en casos de violación. En una entrevista reciente, la médica de profesión explicó las razones detrás de sus convicciones y cómo estas moldean sus propuestas políticas para el futuro de Uruguay.

En contra del derecho al aborto: la posición de Quintana es la de Cabildo Abierto

Uno de los puntos más destacados del pensamiento de Quintana es su postura sobre el aborto, un tema que sigue siendo objeto de debate en Uruguay. Quintana ha sido explícita en su rechazo total a la Ley 18.987, que legalizó el aborto en el país en 2012.

En sus propias palabras, la candidata considera que “el primer derecho que tiene una persona, inalienable al ser humano, es a vivir”, un principio que guía su rechazo a la interrupción del embarazo, sin importar las circunstancias. Esto incluye su oposición a la legalización del aborto en casos de violación, argumentando que “el niño no tiene la culpa de lo que sucedió”.

El derecho al aborto es “alarmante”, dice Quintana

Para Quintana, los datos actuales sobre la cantidad de abortos practicados legalmente en Uruguay, alrededor de 11.000 anuales, son alarmantes. En sus redes sociales, llegó a afirmar que desde la legalización se han realizado más de 100.000 abortos, lo que representa,

en su visión, 100.000 niños que “no tuvieron derecho a vivir”. Esta postura ha generado reacciones fuertes, pero ella se mantiene firme, diciendo que “nada me hace correrme de mi principio”. En su opinión, la legislación actual ha abierto la puerta a decisiones que, según su visión cristiana, deberían ser impensables.

Contra las políticas con perspectiva de género y la igualdad real

Quintana también se ha posicionado en contra de las políticas de género y la educación sexual con perspectiva de género. Para la candidata, estas políticas carecen de fundamento científico, y critica duramente la noción de que el género es una construcción social. “La ciencia dice que desde que estás en el vientre de tu madre, eres hombre o mujer, no es una cuestión de lo que sientes”, afirmó en la entrevista.

Este enfoque la ha llevado a cuestionar las políticas educativas actuales y a promover una educación sexual que, según su criterio, esté basada en “ciencia y no en ideología”.

Desde su rol en el Ministerio de Salud Pública, Quintana propuso la creación de la Secretaría de la Familia dentro de Cabildo Abierto, una iniciativa que busca fortalecer “los valores de las familiares tradicionales”, entendiendo es modelo como un padre proveedor y patriarca, una madre en posición de crianza de los hijos y el hogar, e hijos heteronormativos, como forma de prevenir problemas sociales.

Para ella, ese modelo clásico y conservador de familia es la base de una sociedad sana, y cree que muchas de las dificultades que enfrentan los adolescentes en Uruguay podrían abordarse fortaleciendo los núcleos familiares.

La influencia de su formación cristiana que define su postura política

Quintana proviene de una familia profundamente conservadora, influenciada por el legado político del expresidente Jorge Pacheco Areco. Aunque reconoce que los partidos conservadores tradicionales han cambiado con el tiempo, ella encuentra en Cabildo Abierto una plataforma que respalda sus creencias más firmes, nostálgicas de antaño.

Desde su niñez, los valores cristianos han sido un pilar en su vida, y estos mismos valores son los que, asegura, guían su vida personal y política. Su agrupación dentro de CA, Encuentro Nacional Cristiano, refleja esta visión, enfocada en la defensa de los principios cristianos, como la protección de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Uno de los puntos más polémicos de su discurso es su rechazo tanto al aborto como a la eutanasia, que ella ve como dos caras de la misma moneda: “el desprecio por la vida”, cree ella.

En su visión, los países que han legalizado la eutanasia lo han hecho inicialmente bajo el pretexto de situaciones extremas, como enfermedades terminales, pero luego han ampliado la ley a casos menos graves, como la depresión. Esto, advierte Quintana, podría ser especialmente peligroso en un país como Uruguay, con altas tasas de suicidio.

Un ataque directo a la Ley de Violencia de Género

Otro de los caballos de batalla de Quintana es la Ley 19.580 sobre violencia de género, a la que califica de “injusta y discriminatoria”. Según su análisis, esta normativa coloca a los hombres en una situación de desventaja, donde se les presume culpables desde el primer momento, sin importar las pruebas que presenten en su defensa.

Para ella, esta ley facilita las denuncias falsas, que, según afirma, son mucho más comunes de lo que se cree. “Me he reunido con abogados que me dicen que no son para nada mínimas, son muchas más de las que nos imaginamos”, dijo durante la entrevista.

Quintana sostiene que la violencia doméstica es un problema grave en Uruguay, pero que la Ley de Violencia de Género no es la solución adecuada. En su opinión, la normativa actual no aborda la raíz del problema y, en cambio, perpetúa una visión distorsionada de las relaciones de poder entre hombres y mujeres.