Así fue el escrache a casa de Manini Ríos y Sanguinetti. El expresidente los trató de “fascistas”

«No hubo errores, no hubo excesos. Son todos asesinos los milicos del proceso». Así fue la consigna con que marcharon por Punta Carretas para escrachar al legislador ultraconservador de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, y al expresidente Julio María Sanguinetti, quien además representa el ala más dura del conservadurismo del Partido Coloradol

“Este escrache es a los dos. Al milico y al patrón. Al padrino de la impunidad y al jefe del partido militar”, aseguró la organización Plenaria, Memoria y Justicia, en un video en el que convocaba a la gente a participar de la manifestación.

Irma Leites, líder de la organización, enfatiza que estos actos no solo son una forma de recordar a quienes han sufrido injusticias, sino también una manera de exigir responsabilidad y rendición de cuentas por parte de aquellos que han ostentado posiciones de poder.

La marcha comenzó en el simbólico memorial de la ex prisión de Punta Carretas, donde las paredes aún susurran los ecos de un pasado doloroso. Los participantes, portando pancartas y fotografías que evocaban a víctimas de represión y violencia, se congregaron para reafirmar su compromiso con los valores de justicia y derechos humanos.

Con determinación, la manifestación se encaminó hacia la residencia de Guido Manini Ríos. La elección de este destino no fue aleatoria: el senador ha sido objeto de críticas y cuestionamientos en relación con su postura ante ciertos eventos de la historia reciente. Desde allí, la masa se movilizó hasta la casa de Sanguinetti.

El exmandatario no estaba muy contento con la situación. Más temprano, consultado en una entrevista de radio en Azul FM, expresó: El escrache es fascista, digámoslo con todas las letras. “Todo lo que sea escrache es fascismo. De izquierda o derecha, no interesa. Es lo que llamamos fascismo en Occidente”.