Fernando Pereira respondió a ataques de Umpiérrez, Bianchi, Da Silva, Mieres y un columnista de El País
Fernando Pereira responde a una serie de afirmaciones y ataques sistemáticos por parte del oficialismo. Esto dijo sobre algunos de los líderes de la derecha uruguaya.
Nunca había asistido a un conjunto de ataques sistemáticos inexplicables como he recibido en enero de 2023. El motivo de los mismos fueron estas dos frases:
“Se habla de una temporada récord en turismo. ¿En base a qué? Van nueve días de enero. En base a qué se puede tener esa certeza de temporada récord” y “El problema es que medir el turismo requiere de estadísticas más que estados de ánimo”.
Esto motivó una serie de respuestas de políticos y editorialistas inspiradas por la pasión del debate en unos casos y en otros motivados por la más simple y usual violencia verbal. Es lamentable que la discrepancia, esencial para la vida democrática de un país como el nuestro, que la diversidad de opiniones, lugar donde se nutre la riqueza intelectual del país , lleve a consideraciones como las que voy a detallar. Nada de esto cambiará mi rumbo que es el de la seriedad en los cuestionamientos y el de la sensibilidad en los aportes aún, cuando haya quienes consideren que pongo palos en la rueda o que quiero que al país le vaya mal como si la ciudadanía fuera un botín de rédito político con el que se festeja el éxito o se desea el fracaso.
Intendente Alejo Umpiérrez
“Caranchos: ese es el nuevo estilo de acción política que desarrolla el FA. Los abanderados del trabajo sucio son Pereira, Sánchez y Bergara; mientras se cuidan sus precandidatos. La miseria política siempre permite subir un escalón más. Enchastrá que algo quedará”.
Nos trata de caranchos. Ahí está la verdadera violencia verbal, el insulto como una respuesta que no invita al intercambio en la discrepancia sino que busca, simplemente, la descalificación. ¿Cuál es el aporte a la vida democrática del país? ¿Dónde se coloca el debate sobre un tema tan trascendente como es el turismo? ¿En el agravio?
Senadora Graciela Bianchi
“El objetivo del Frente Amplio en este momento es desestabilizar el país. Obviamente que nosotros tenemos el problema de lo que pasó con Astesiano, vuelvo a insistir, un perejil custodio del presidente. Y la otra cosa que tenemos, y que le pido a la población que reflexione, que este nuevo Código Procesal Penal, que no en vano vino de las manos de la misma ultraizquierda radical, permite que se conozcan y publiquen -por operadores que tienen forma de periodistas, o aparentemente son periodistas-, declaraciones de indagados que tienen el derecho a mentir, a los efectos de defenderse. Declaraciones de testigos, chats que no se saben de dónde vienen porque se está en proceso de investigación… y se da como algo seguro. Acá nadie va a quedar impune, y las operaciones con las que viven y se alimentan estos personajes que, muchos de ellos están el Parlamento, van a ser desmitificados por la realidad, y por la Justicia como corresponde”.
La Senadora, una vez más, recurre a sus pronunciamientos extremos y nos acusa de desestabilizar el país. Bueno, si esta vez su virulencia no formara parte de esta aparente cruzada conservadora que me preocupa destacar, la obviaría ya que sus extremismos están más a tono con el folklore parlamentario que con la necesidad de expresar un argumento.
Senador Sebastián Da Silva
“Dejó el pañuelo palestino por un saquito cuadrillé, pero todos sabemos que por más que la mona se vista de seda, mona queda”, con estos detalles de vestuario comenzó el senador porque si, porque se le ocurrió que al definir con frivolidad la indumentaria, estaba definiendo mi pensamiento o , en sus palabras, mi ser mono. Viejo recurso conservador: la estigamtización. Sólo que nunca jamás tuve un pañuelo palestino ni ahora tengo un saco cuadillé. Como si esto no fuera suficiente, el senador dijo que las críticas a mi persona, “tienen que ver con que no tiene cultura de trabajo. No sabría cuánto costaría montar un negocio en temporada turística, empezar a vender helados, abrir un restaurante, abrir un chiringuito, preparar un hotel” Y agregó que por eso el líder de la izquierda tiene esa “reacción patológica de ver todo negativo”.
No voy a responder al tema de la cultura del trabajo porque ya no es de recibo esa pierotecnia descalificadora caída en el vacío de las mentiras, pero sí me llamó la atención por su agresividad, y en el marco de lo que debería ser un análisis de la realidad o un intercambio de tenor democrático, el superficial diagnóstico psicológico llamando patología a la discrepancia. Es grave, como cualquier pensamiento autoritario.
Ministro Pablo Mieres
El ministro de Trabajo y Seguridad social, Pablo Mieres, apuntó directamente: “Lamentable Fernando Pereira cuestionando las cifras del turismo. ¡Nada le viene bien! Parece que está deseando que todo esté mal. Sin embargo, la realidad turística, como en tantos otros temas del país, muestra cosas muy positivas”.
Puedo tomar esto como parte de diferentes miradas sobre la realidad, sin embargo, si se profundiza, más allá de definir mi postura como lamentable, la consideración que hace respecto a cómo quiero yo que le vaya al país es, por decirlo de un modo suave, desafortunada. No, Pablo, como decía al principio, ni para mí ni para el Frente Amplio, la situación de los ciudadanos es un botín para rédito político. De todos modos y yendo al tema que motivó nuestras diferencias: hasta el propio Remo Monzeglio dice que no se va a llegar a las temporadas prepandemia.
Rodrigo Caballero, columnista de El País
“O quizá sea que estemos presenciando el nacimiento de una nueva forma de sindicalismo chic, a la manera kirchnerista, con dirigentes que residen en mansiones al pie de un cerro, con colección de autos de alta gama y zoológico privado. Vaya uno a saber”.
Es interesante observar cómo se cruzan las opiniones de unos y de otros siempre en un mismo sentido, pero liberando cada quien su creatividad como un laboratorio del mal. Las ocurrencias más viles y la comprometida convicción de una verdad única e intocable, se acumulan buscando sembrar la desconfianza política y moral sobre la oposición. Poco mérito para una sociedad que ha demostrado a lo largo de su historia la necesaria complementariedad de las distintas posturas políticas.
Los políticos y editorialistas, a los que se suman Delgado, Sangunetti, Fisher, Martín Aguirre y varios más, respondieron pocas veces a mis dos frases y lo que hicieron, si, fue desatar su furia verbal sobre mi persona, sobre el Frente Amplio y sobre todo aquello que les resultara incómodo,al punto que terminaron por convencerme que todo era ornamental, que estaban haciendo un ruido atronador para que no se escuchara más la banda sonora de la película de terror que seguía sonando con Astesiano y Marset como ejecutantes invitados. El turismo había dejado de ser el tema.
Tengo el cuero duro como todos los frenteamplistas porque los templamos con distintos fuegos. Así que pueden seguir golpeando porque vamos a seguir diciendo lo que nos parezca mal, lo que no nos gusta o lo que vemos como equivocado. Y tendremos suficiente sensibilidad y decencia para pronunciarnos sobre aquellas cosas que nuestra fuerza política consideren positivas. Eso sí, lo que sea, pero siempre en el marco del respeto a las personas y a las instituciones. Y discutiendo con seriedad todos los temas que se presenten, pero invitando a nuestros adversarios a controlar el espíritu circense que tanto daño le hace a la gran política. Esa que el país necesita.
Fernando Pereira
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