“No queremos que pase como en otros lados, que los fiscales son amedrentados, amenazados y violentados”

 

“Nosotros no vamos a participar de esa dinámica, ni nos interesa abonar en esta discusión, siempre vamos a preferir poner el foco en las situaciones que son urgentes y necesarias para la institución” subrayó William Rosa.

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William Rosa es Fiscal en la fiscalía general de la Nación. Desde diciembre 2020 preside la Asociación de Magistrados Fiscales del Uruguay

El país vive un crecimiento de los homicidios y un crecimiento del estado de la inseguridad pública ¿cómo se vive desde el trabajo de los fiscales? 

 

Sí, tiene un doble enfoque en lo que tiene que ver con el trabajo de los fiscales, obviamente en términos sociológicos y criminológicos tiene más enfoques. Lo que refiere al trabajo de los fiscales, tiene una doble preocupación, una preocupación que es funcional y otra que es personal.  Este tipo de criminalidad con características mafiosas, cuestiones muy jodidas que no estábamos acostumbrados a vivir, nos genera preocupación ver cómo se resuelven estas investigaciones ¿cuáles son las líneas investigativas que se tienen para llegar a dilucidar quiénes son los responsables de estos delitos?, y además lograr la condena.

Es harto difícil por los contextos en que se dan, por los mecanismos de investigación que se pueden tener, por las líneas de investigación que se pueden trazar. Es difícil, y hay que afinar el lápiz en cuanto a pergeñar líneas de investigación, para lograr dar con los responsables de todos estos hechos atroces.  Por otro lado, el fiscal que está trabajando en estos delitos, se ve expuesto cuando empiezan a criminalizarse y los responsables de esos delitos ponen el foco en el trabajo de los fiscales. Esta situación nos hace preocuparnos, porque no queremos que pase como en otros lados que los fiscales son amedrentados, amenazados y muchas veces violentados, porque este tipo de delincuentes, cuando digo este tipo de delincuentes refiero a una delincuencia más organizada, no es el delincuente individual que comete delitos. Entonces tenemos este doble aspecto de preocupación, funcional y personal. 

La Fiscalía está lejos de tener la infraestructura y los recursos adecuados para afrontar todos los delitos en las investigaciones complejas que tienen que realizar, sobre todo en el interior del país.

¿Cómo es el trabajo de ustedes hoy día? ¿Se puede hablar de una situación de desborde por la cantidad de situaciones que tiene que atender cada fiscalía? 

Hay una falta de pienso respecto de la infraestructura adecuada que debe tener cada fiscalía para llevar adelante todas estas situaciones y a la vez tener éxito en las investigaciones de la persecución penal.  Tal vez es menor, a las situaciones que nosotros veníamos reclamando, dando paliativos a las situaciones urgentes que estábamos viviendo, pero lo cierto es que la Fiscalía está lejos de tener la infraestructura y los recursos adecuados para afrontar todos los delitos en las investigaciones complejas que tienen que realizar, sobre todo en el interior del país.  Por ejemplo, en la Fiscalía de Rivera, se atiende esta criminalidad que actúa de forma similar a la que vemos en Montevideo. Sin embargo, la infraestructura de la Fiscalía de Rivera, no quiero comentar mucho para no alentar a los que puedan estar observando esta entrevista, pero es una situación sumamente deficitaria en todos los aspectos y requiere que las autoridades y el sistema político en su globalidad, ponga atención en esta situación y propongan soluciones para la fiscalía. 

Venimos exigiendo la creación de 15 unidades fiscales para el interior del país. Estos números que nos ofrecen, son una tercera parte de lo que nosotros estábamos requiriendo y eso tiene su impacto en el trabajo que hace la Fiscalía.

¿Cómo los está tratando la Rendición de Cuentas?

Lo que vemos en Rendición de Cuentas, es que hay por primera vez en muchísimo tiempo, una disposición de determinados rubros para la Fiscalía y tiene que ver con creaciones de fiscalías, fiscalías en cada ciudad donde hayan juzgado de violencia de género para hacer un tratamiento integral. Está la creación de 12 fiscalías para el interior del país y 12 para Montevideo. Lo cierto es que venimos exigiendo la creación de 15 unidades fiscales para el interior del país. Estos números que nos ofrecen, son una tercera parte de lo que nosotros estábamos requiriendo y eso tiene su impacto en el trabajo que hace la Fiscalía. Por otro lado, lo que vemos con muchísima sorpresa, es que en esta instancia presupuestal, aparecen normas que modifican el trabajo de la Fiscalía y de los fiscales, con cuestiones que no tienen una raíz presupuestal, sino que tienen otra consecuencia. Entendemos que si el sistema político, tiene pensado modificar estas situaciones, debería hacerlo a través de una ley especial, y no a través de la Rendición de Cuentas, con los ritmos y los tiempos que se dan en las rendiciones de cuentas.  

En el caso de presiones indebidas desde el punto de vista político, hay que exponerlas y procurar que eso no se siga dando, porque es pernicioso para el desarrollo del sistema de Justicia.

Cuándo de forma mediática desde el sistema político y en particular desde el gobierno se critica el trabajo de los fiscales ¿cómo se vive esto? 

 Hay que distinguir dos situaciones, la crítica que los actores políticos, los gobernantes, como cualquier ciudadano pueden realizar al desempeño de una tarea que se desarrolla en la república, como es la que se da en el sistema de Justicia, en particular en los fiscales. Esta crítica se toma como parte de la vida cotidiana. Y otro aspecto que hay que tener mucho cuidado, cuando ese machacar permanente respecto de la Fiscalía, tiene como finalidad otras cuestiones que no son la mera crítica, sino  sembrar en el imaginario colectivo, una idea falsa de que la Fiscalía funciona horrible, que necesita cambiarse, que necesita modificar sus estructuras, que los fiscales tienen un poder desmedido y usan ese poder en contra de la población. Entonces, esas críticas que van más allá del accionar puntual del organismo y de los fiscales, hay que tomarlas con cuidado, porque pueden determinar presiones indebidas de parte del sistema político. En Latinoamérica se da, es lamentable, pero es bastante corriente y más en estos tiempos.  En el caso de presiones indebidas desde el punto de vista político, hay que exponerlas y procurar que eso no se siga dando, por qué es pernicioso para el desarrollo del sistema de Justicia 

Hoy los recursos y la cantidad de funcionarios administrativos no es el adecuado, hay una enorme cantidad de vacantes que no ha sido cubierta.

Cuándo ustedes dicen “faltan recursos” ¿se pueden poner ejemplos de cuánto trabajo tiene un fiscal y con qué recursos cuenta? 

La Fiscalía cuando recibe las novedades y sobre todo en el caso del interior del país, el fiscal cuenta con un equipo bastante reducido, un equipo de administrativos que es muy reducido. Una oficina administrativa con el personal adecuado, es fundamental para que el trabajo funcione como una cadena de producción. Hoy los recursos y la cantidad de funcionarios administrativos no es el adecuado, hay una enorme cantidad de vacantes que no ha sido cubierta. También está el aspecto de los coordinadores técnicos, abogados que no son fiscales, pero contribuyen a la tarea de los fiscales, los técnicos de la unidad de víctimas, que son fundamentales en la preparación de los juicios, cuando digo preparación no es preparación de una víctima o un testigo para ir a declarar determinada cosa, sino la preparación para que esa víctima y ese testigo sepa que va a ir a un juicio a declarar, que se va a dar determinada situación, y para atender también todo el proceso que viven las víctimas y testigos, sobre todo de casos complicados en la dinámica procesal. La cantidad de recursos para la unidad de víctimas, tampoco es el ideal. Se da en el interior del país, que hay lugares que no tienen la posibilidad de contar con un técnico de unidad de víctimas que asista a los fiscales. Por otro lado, está la insuficiencia de la cantidad de fiscalías.

Todos estos aspectos, todos estos cargos que necesitan su soporte adecuado, hoy están faltando y la provisión de esos cargos es fundamental. Es  importante que la gente lo tenga en cuenta. La Fiscalía va a seguir funcionando aunque no estén los recursos, sobre todo en  aquello que es urgente, hurto, rapiña, esos delitos que son bastante lineales en cuanto a la investigación y la condena. Por algo tenemos los números de prisionización que tenemos, apuntan a eso. Pero cuando le pedimos a la Fiscalía eficiencia en delitos que tal vez incluso son de mayor daño, delitos contra la libertad sexual, delitos de corrupción, lavado de activos, narcotráfico, homicidios, delitos económicos sumamente complicados, lo cierto es que si los recursos no están, impactan en esas investigaciones, porque esas investigaciones necesitan un mayor aliento para desarrollarse. Ocurre que los recursos que faltan, se concentran en lo urgente y es urgente porque hay personas detenidas, y eso que también es preponderante criminalizar a las personas que cometen esa clase de delitos complejos, los recursos no están para abordar esa investigación, ese es el impacto fundamental. Fiscalía va a seguir funcionando y tal vez los números sigan apareciendo. Podemos decir, la Fiscalía de tal lugar tuvo tantas formalizaciones, tantas condenas, número de prisioneros o de personas encarceladas, y reconocer que ha aumentado considerablemente, pero hay que ver de qué se compone ese número, para ver si estamos satisfechos como sociedad, respecto a cómo se criminaliza a las personas que cometen delitos. 

Lo que hace el fiscal y el juez es aplicar la norma, no es que la Fiscalía por su antojo decide tener una perspectiva de género en las investigaciones, es porque lo mandata la ley, esta es una puntualización importante.

¿Desde el trabajo de los fiscales se aplica una perspectiva género en la consideración de los delitos? 

Debe haberla, es un mandato legal, hay normas legales aprobadas hace no mucho tiempo, como la Ley de Violencia de Género, como la Ley sobre Trata de Personas, que refieren a la perspectiva de género como un principio orientador en la valoración de las situaciones, en donde una mujer está como víctima en un proceso, una mujer o consideraciones de género. Lo que hace el fiscal y el juez es aplicar la norma, no es que la Fiscalía por su antojo decide tener una perspectiva de género en las investigaciones, es porque lo mandata la ley, esta es una puntualización importante. Cuando hay una crítica, y se dice lo que hace la Fiscalía es aplicar ideología de género, en realidad lo que hacen los fiscales es aplicar una norma, es más, los fiscales no podrían no aplicar esa norma. Lo que hace el funcionario es cumplir un mandato legal y por ese mandato legal se le endilgan determinadas intencionalidades que no son tales, creo que falta que quienes a veces hacen una crítica, observen un poco más la legislación que nos rige, para ver que en realidad, lo que los funcionarios hacen simplemente, es aplicar la normativa. 

 

¿Se podría decir que hay cierta desinformación, ignorancia o deslealtad con el trabajo del sistema judicial? 

Imagino que es porque es más fácil criticar a la Fiscalía y a un fiscal, que propugnar por una reforma legislativa, y sobre todo porque estas cuestiones, que tienen que ver con los principios como perspectiva de género, son normativas que están consideradas en el marco internacional y aprobadas en otros organismos internacionales de los cuales el Estado uruguayo es parte. Es mucho más lineal decir que el juez o el fiscal están aplicando ideología de género, porque nadie se refiere a la terminología que refiere la norma que es perspectiva de género, sino que lo cambian y dicen que es ideología de género, dicen que es una Fiscalía ideologizada, se ha dicho que son fiscalías que están inyectadas o infiltradas, se hacen consideraciones que no tienen nada que ver con la realidad y que no responden a lo que en realidad sucede dentro de la Fiscalía. 

 

Ha pasado este último tiempo en particular, pero por supuesto que no es la primera vez, que hay mujeres que denuncian, hacen muchas denuncias, pero finalmente mueren a manos de su victimario ¿Dónde está el problema? 

 

Es importante no achacar responsabilidades, no buscar responsables, sino trabajar de forma protocolizada y de forma adecuada, para que la respuesta que el Estado les da a las víctimas sea la adecuada. El rol de fiscalía es la de la persecución penal. Hoy estamos puestos en esta situación de que, en caso de existir presumiblemente un delito, tratar de imputar a una persona y considerar determinadas consecuencias para la comisión de ese delito. Hay otro aspecto, en caso de violencia de género, están las medidas preventivas que están en otra órbita del Poder Judicial. Hay situaciones que son limítrofes y que son muy difíciles de prever. El funcionario piensa tengo esta persona, tengo estos elementos, no sé si imputar o no, no sé si dejarlo en prisión o no, porque tal vez no se reúnen todos los elementos, porque el fiscal después se enfrenta también en el ámbito judicial, con una defensa, que le va a decir que no tiene elementos, como el juez que lo va a indagar para saber si tiene elementos para tal o cual situación, y hay situaciones límites que juega en la cabeza del fiscal, cómo me imagino que jugará en la cabeza del juez de familia especializada. Es decir, si no tomo una medida, si no solicitó algo, que en el caso del fiscal si no pongo una medida ¿no sucederá una tragedia que después tenemos que lamentar? Y del otro lado, hay una crítica porque también todo es acción y reacción del otro lado, la defensa dice, pero porque a mi cliente le han dispuesto una medida cautelar de no acercamiento simplemente porque hay tres o cuatro denuncias, que en realidad son denuncias falsas. Entonces, todo ese panorama debe ser ponderado por los funcionarios, muchas veces acertamos, algunas veces nos equivocamos, y a veces suceden tragedias que el Estado tiene la obligación de evitarlas y no las evitó. Entonces, creo que lo fundamental es compaginar más las acciones, de forma interinstitucional, para abordar más las situaciones de forma debida. Igual no se puede asegurar que no vaya a ocurrir, y ocurre porque hay un trasfondo que va mucho más allá de las acciones de los funcionarios, que es un patrón de violencia que está presente en la sociedad, y que tal vez el ámbito de intervención de los funcionarios de estas instituciones, no llega a poder prevenir ni siquiera en una primera etapa. 

Nosotros estamos planteando permanentemente que el sistema político piense la necesidad de infraestructura para la Fiscalía, para responder adecuadamente a lo que les interesa a los ciudadanos, que es que la Fiscalía sea eficiente en el cometido que desarrolla.

¿Cómo ven ustedes que la Fiscalía pase a ser dirigida por un triunvirato? 

Nosotros en el momento que discutimos esta situación, decimos que no vale la pena, ni decir, ni sí, ni no, porque cualquier manifestación respecto a esto, es sacar el foco de cuestiones que son mucho más urgentes. Me causa escozor pensar que se esté considerando qué dirección puede tener la Fiscalía, cuando nosotros estamos planteando, permanentemente, que el sistema político piense la necesidad de infraestructura para la Fiscalía, para responder adecuadamente a lo que les interesa a los ciudadanos, que es que la Fiscalía sea eficiente en el cometido que desarrolla. Si en la dirección de la Fiscalía hay 1, 2, 3 o 4, no va a ser más importante que pensar en dotar de los recursos necesarios a la Fiscalía, para que sea eficiente con lo que ya está realizando. Evidentemente creo que, en cierto sentido, “es poner la carreta delante de los bueyes”, y es invisibilizar una urgencia mucho mayor que tiene la Fiscalía como institución. Nosotros no vamos a participar de esa dinámica, ni nos interesa abonar en esta discusión, siempre vamos a preferir poner el foco en las situaciones que son urgentes y necesarias para la institución.