Sanguinetti dijo que el FA entregó el país en manos del narcotráfico
El ex presidente de la República Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) cuestionó que los gobiernos del Frente Amplio “entregaron el país en manos del narcotráfico y con Uruguay marcado en el mapa mundial del crimen organizado”.
Este viernes 10 de junio, Sanguinetti publicó una nota de opinión en el Correo de los Viernes titulada: “Surrealismo y posverdad”, en la cual se refiere a los delitos en Uruguay.
El ex mandatario hace mención a la reciente sesión del Senado en la cual, a instancias del Frente Amplio, compareció el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, para referirse a la política de seguridad. Dijo que ello es “una expresión acabada de un manejo, bastante eficaz normalmente, de lo que suele llamarse ‘posverdad’, porque sin decir algo claramente falso, se esconde todo lo molesto y machaconamente se instala en un territorio de ficción para construir un ‘relato’ imaginario”.
Sanguinetti recordó que durante la sesión parlamentaria, el FA pidió un plan para la lucha contra el narcotráfico y “se le informó en la sesión, en forma pública y aun secreta, de las líneas de acción policial, hasta en sus mayores detalles”. Cuestionó que el FA “igualmente salió de la sesión repitiendo que no había plan”.
“Cualquiera creería que, bueno o malo, ellos tuvieron un gran plan y resulta que ex el Fiscal Jorge Díaz, en 2019 (Diario El País, 22 de agosto), rotundamente afirmó que hacía una década que no había plan alguno”, citó el ex jefe de Estado.
Dijo: “Entregaron el país en medio de una crisis de seguridad nunca vista, con 15 años en que invariablemente creció, en cada período, el número de delitos. Lo hemos dicho y repetimos: arrancaron con 7 mil rapiñas y terminaron con 30 mil. Ahora son 24 mil. Son muchas, pero incuestionablemente menos”.
“Llevamos dos años seguidos de baja, luego de 15 en crecimiento constante. Lo mismo ocurre con el hurto (19, 9% menos), el abigeato (36, 4%) y hasta los homicidios, que son naturalmente impredecibles y responden a realidades complejas. Aun allí también los hechos son claros: 393 en 2019, 300 el año pasado, o sea un 23% menos”, detalló.
Reconoció: “Desgraciadamente creció el homicidio: 92, cuando en 2019 habían sido 72. Pero si vamos para atrás, el primer trimestre de 2020, último del gobierno frentista antes de entregar, se registró la misma cifra”. Sanguinetti cuestionó que en el mes de mayo, “invocado con dramática voz ahuecada, fueron 37, un mal resultado sin duda pero igual al de mayo de 2019. ¿Dónde está la escalada entonces? La posverdad apela entonces a la emoción, ‘estamos en un momento crítico’”.
Dijo que cuando se explica que los homicidios “están referidos al mundo del delito, que de esos 101 solo 4 fueron personas sin antecedentes, se salta entonces al reproche retrospectivo: ‘es la misma explicación que daba el gobierno anterior y ahora la usa el actual’. Nada que ver: hoy se describe una realidad incuestionable, nadie se refugia en la idea de que los muertos del narcotráfico son muertos de segunda, como ocurría entonces, y por supuesto se está luchando contra un flagelo que dejaron crecer por no enfrentarlo con rigor cuando era un fenómeno incipiente”.
“Entregaron el país en manos del narcotráfico y con Uruguay marcado en el mapa mundial del crimen organizado”, sentenció Sanguinetti en su columna de opinión.
Brigadas especiales
Por otro lado, dijo que durante el debate parlamentario, los legisladores de la oposición no pudieron explicar por qué suprimieron las brigadas especiales de combate al narcotráfico de Montevideo y Canelones, donde se centra la mayoría de los homicidios.
“Esa es prueba concluyente de que enfocaron mal el tema, porque su teoría era que no había que perseguir las bocas chicas, sino los grandes distribuidores y al final resultó que no pudieron ni con unas ni con los otros”, criticó.
Para Sanguinetti, “los fracasados del régimen anterior montaron un escenario teatral para intentar exorcizar su desastre, apelando a imágenes surrealistas”.
Difícil
De todos modos, reconoció que revertir la situación es muy difícil. “La población vinculada al delito es demasiada y la mayoría no conoció nunca la vida del trabajo. Si al término de este periodo de gobierno, se logró detener el avance que año a año mostró el delito en los últimos 15, iniciándose por lo menos un proceso de reducción; y si el narcotráfico internacional se ha acotado en lo interno y desplazado en lo internacional, habrá que reconocer el mérito alcanzado. Esa es la meta razonable que calificaría un éxito”.
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