Un Solo Uruguay califica al BPS de “yugo y castigo” y aspiran a convertirse en partido político para 2024

El movimiento Un Solo Uruguay (USU) aseguraba en sus orígenes que no eran un movimiento afín a ningún partido político, pero se posicionaron muy cerca ideológicamente de la coalición multicolor que llevó al poder a Luis Lacalle Pou, que está conformada por cinco partidos de derecha y extrema derecha y hasta celebraron su victoria.

Ahora, tras haber conseguido un lugar en el director del Banco de Previsión Social (BPS), dicen sentirse casi “obligados” a presentarse a las elecciones nacionales ya conformados como partido político con todas la letras. La Lista 26, respaldada por USU, se metió en el ente estatal con 65.968 votos, dejando por detrás a Macerla Ríos, con apoyo indefinido que apenas pudo amasar 45.595 sufragios.

“No queremos (conformar un partido político) pero cada día nos vemos más obligados porque sabemos que todo en Uruguay transcurre desde ahí. No debiera ser así. Los partidos a los que les prestamos el voto cada cinco años se deben hacer cargo de las demandas y las promesas. Con los 45 años que tengo, nunca las veo cumplir”, dijo en una entrevista con el diario El País el productor agropecuario Federico Holzmann, una de las caras visibles del movimiento que representa a los grandes terratenientes y miembros de la multimillonaria industria agraria.

Una caja chica para gastos

“¿Esto se puede transformar en un partido político? Yo no lo sé, yo no lo sé”, dijo en la misma entrevista el ingeniero agrónomo y productor Guillermo Franchi, que ha sido un notorio vocero desde el inicio. “A mí me encantaría seguir siendo productor agropecuario y dedicar una parte de mi tiempo a discutir los problemas del país. Pero es mi opinión, no la del movimiento. Con el tiempo se verá si esto se capitaliza en algo o no. Yo no lo puedo negar ni afirmar”.

El empresario agrícola afirma que el movimiento se financia con donaciones que van todas a “una caja chica”, además de haber rifado el año pasado un auto que financió la campaña política para estas elecciones. Dice que hicieron “buena guita” pero rechazó transparentar las cifras. Nadie devenga un salario excepto el community manager que mueve las redes sociales.

“El BPS es un yugo, un castigo. Usted se podrá olvidar del cumpleaños de su señora pero no de la fecha de vencimiento del BPS”, remata el empresario que ahora está representado por un directivo en dicho organismo.