La lucha contra la violencia de género requiere una transformación cultural profunda
El prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, expresó -tras la declaración del estado de emergencia nacional en materia de violencia basada en género- que existe la necesidad de insistir en el planteo de que la lucha por una vida libre de violencia de género implica “un cambio en las matrices culturales en el que se apoyan los vínculos autoritarios y de dominación hacia niñas, niños, adolescentes y mujeres de todas las edades”.
Este lunes 30 de diciembre, el presidente de la República, Tabaré Vázquez, dictó una resolución por la cual declara el estado de emergencia nacional en materia de violencia basada en género.
Entre otros aspectos, se establece la implementación inmediata de algunas medidas, tales como: ampliar el programa de tobilleras electrónicas mediante la adquisición de 200 unidades más, que incrementarán el stock a 1.200 para todo el país, fortaleciendo el equipo de monitoreo, y difundir medidas de protección dirigidas a las mujeres y la comunidad frente al riesgo inminente de vida, mediante campañas de bien público.
En dicho marco, el prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, manifestó que “se venía trabajando en un plan y analizando la declaración desde antes de los lamentables femicidios de estos días”.
Se diseñó un plan con el fin de “presentárselo a las autoridades que asumirán el Gobierno nacional el 1º de marzo de 2020, para darle continuidad a esta política pública”.
Roballo resaltó que al mismo tiempo se están disponiendo medidas concretas para incidir en esta grave situación.
En ese marco, se refirió a la ampliación del programa de tobilleras electrónicas mediante la adquisición de 200 unidades más que incrementarán el stock a 1.200 para todo el país, y el fortalecimiento del equipo de monitoreo.
“Todo este trabajo es en el marco de la aplicación de la Ley Integral de Género, con la que se ha avanzado mucho, pero requiere un despliegue permanente de todo su campo de acción”, dijo.
Transformación cultural profunda
De todos modos, el jerarca se refirió a la necesidad de insistir en el planteo de una transformación cultural profunda.
“El Estado, las organizaciones sociales, todos y cada uno de los integrantes de la comunidad y particularmente los varones, tenemos la obligación de revisar las conductas cotidianas, la forma de valorar o desvalorizar, en la manera de expresar las emociones y los afectos”, dijo.
Roballo remarcó que se debe hacer especial hincapié en “la lucha por una vida libre de violencia de género, lo que implica un cambio en las matrices culturales en la que se apoyan los vínculos autoritarios y de dominación hacia niñas, niños, adolescentes y mujeres de todas las edades”.
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