Faltan solo 50 mil votos más para el triunfo del Frente Amplio
Faltan escasos días para la guillotina de las urnas. Solo 8640 minutos para la primera pulseada entre el proyecto neo liberal de la restauración oligárquica empeñada en asegurar las arcas de los menos y la infelicidad de los más, y el proyecto progresista que le torció la mano al darwinismo social, hegemónico en el país desde 1958 hasta el 2005, cuando nació de la mano de la izquierda un nuevo Uruguay.
El 9 de Thermidor está a nuestras puertas, parecen pronosticar todas las encuestas. Todo apunta a la reproducción en la primera vuelta de los guarismos del ya lejano 1999 cuando la izquierda conducida por Tabaré Vázquez derrotó a Jorge Batlle por un abultada diferencia del 7% alcanzando el 40% de los sufragios, siendo derrotado en el balotage por la coalición conservadora que le sacó 8% de diferencia.
La mejor de las encuestas otorga a la izquierda un 40% de votos, que sumando el porcentaje proporcional de indecisos aseguraría al FA casi un 43%, un 5% menos de su última perfomance en el 2014 donde alcanzó en primera vuelta el 47,81%, obteniendo la mayoría parlamentaria y derrotando al hijo de Lacalle en el balotage por más de un 8%.
Faltan para reproducir el 2014 con triunfo frentista y mayoría parlamentaria incluída, un 5% del electorado, unos 100 mil ciudadanos que hace 5 años votaron al Frente Amplio y hoy la duda nubla su entendimiento y acorrala sus conciencias.
Para que la izquierda triunfe en la segunda vuelta sin mayoría parlamentaria faltarían en la primera vuelta solo 50 mil voluntades más, si obtiene el 43% que personalmente vaticino. Son solo la mitad de los 100 mil que acompañaron estos 15 años al FA y hoy dudan.
También sospecho que el 24 de noviembre les temblará la mano cuando tengan que depositar en la urna la efigie de Lacalle ignorando la de Daniel Martínez. Porque aunque aún les queda, antes de elegir entre la insensibilidad de la derecha y la sensibilidad humanista de la izquierda, la opción del voto en blanco o el anulado o la abstención son opciones que nunca en Uruguay fueron relevantes. Tendrán que optar por una de las dos sensibilidades. Espero que se les estruje el alma en ese momento clave de nuestra historia y aflore la responsabilidad.
Encuestas: una persona comió 2 pollos y otra ninguno, entonces 2 personas comieron 1 pollo cada una
Sí, sí, ya sé que las estadísticas y las encuestas no son certeras, se equivocan y algunas son objetos de manipulación. He coincidido en este punto con los que afirman que la estadística es esa ciencia según la cual una persona comió 2 pollos y otra ninguno, entonces dos personas comieron un pollo cada una. Estamos hartos de interpretaciones manipuladas, pero cuando todas las encuestas exhiben lo mismo y afirman que no alcanzan los guarismos que hace 5 años le dieron el triunfo al FA, hay que ser muy necio para negar que el problema existe.
¿Qué explicación tiene esta incertidumbre irracional que pone en duda un gobierno que en menos de tres lustros transformó el país en ruinas que recibió del fundamentalismo neo liberal y produjo un milagro económico, social y político sin precedentes en la historia de nuestra Nación, desde los tiempos de José Batlle y Ordoñez?
18 organismos internacionales se asombran del milagro uruguayo
¿Cómo es posible que un gobierno que recibió un país con los más bajos índices de América Latina y de su propia historia, sea puesto en duda comicial? cuando solo en 14 años, reconocido por la Cepal, el Bid, el FMI, el Legatum de Inglaterra, la OECD, el influyente The Economist, el PNUD de la ONU, el World Justice Proyect, el International Poice Science Association, la OMS, el Institute for Economics and Peace, la OIT, la UIT, la Freedom House, el Foro Económico Mundial, y hasta el propio Banco Mundial, todos organismos insospechados de izquierdismo, lo proclaman como el país más próspero de Latinoamérica, el más igualitario, el de menor índice de pobreza, el único que eliminó la indigencia sepultándola al 0.1%, el país con el salario mínimo más alto de nuestra América alcanzando los U$S 500 mensuales, superando incluso a Chile por más del 10%, el primero según la OIT en cuanto a calidad y cantidad de trabajo, el primero en protección integral, el mejor de América Latina según la OCDE en cobertura de seguridad social, el primero en el ranking de menor cantidad de jubilados pobres, siendo según cifras del BID el país más seguro de Latinoamérica, sorprendiendo incluso al famoso Giuliani, el profeta de la tolerancia cero a la delincuencia cuando visitó recientemente Montevideo, y el primero de América Latina en seguridad ciudadana según el Indice Mundial de Seguridad Interna realizado por el International Police Science Association, ocupando en el mundo el lugar 35 del centenar y medio de países analizados, al lado inmediato de EE.UU. e Italia, mientras Chile, el segundo latinoamericano en seguridad se sitúa en el lugar 43, Argentina en el lugar 77 y Brasil en el 94, el primero en la cura del cáncer y el primero en la reducción a su mínima expresión de la mortalidad de los infantes, invirtiendo en la salud del pueblo el 6.1% del PBI, un 33% más que el promedio de América Latina que es el 4.6%, creando un sistema nacional de salud que universalizó la cobertura sanitaria y un sistema nacional de cuidados que ya lleva atendiendo a 20.000 familias, primero en la medición de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, primero en PBI destinado a Educación (4.9%), premio mundial al desarrollo digital sostenible de la ONU, primero en la igualdad de acceso a internet, siendo además el país de mayor cobertura eléctrica de A.L. y el único importador de energía que cambiando su matriz energética pasó a ser exportador, el primero en Sudamerica según el BID, junto con Chile en digitalización de trámites y en rapidez burocrática con un promedio de 3,7 horas por trámite contra las 5,4 horas promedio del resto de los países, primero en ingreso per capita con 17 mil dólares por habitante, el de mayor crecimiento económico latinoamericano de los últimos 4 años alcanzando el 11% en el período. El primero en hacer que pague más el que más tiene, abonando el 10% de los salarios más altos el 80% del IRPF, el primero en inversión en políticas sociales per capita, y pese a todo ese derrame social su carga tributaria es inferior a la de los dos grandes colosos que lo rodean, Argentina y Brasil y mucho menor que el promedio de los países de OCDE cuyo peso tributario supera el 34% mientras que Uruguay se sitúa en el 27.9%, declarando la Cepal que “la reforma tributaria uruguaya es un ejemplo de equidad en el continente”.
Dejemos por un momento de lado estas apabullantes cifras comparativas que nos ubican en el primer lugar de América Latina en infinidad de temas, cuando en el 2004 estábamos rankeados más abajo de la mitad de la tabla.
Observemos todo el planeta y también podemos afirmar que este gobierno, convirtió un pequeño país subdesarrollado y dependiente, en el número uno del mundo en energía eólica y según la influyente agencia financiera J P Morgan está ubicado en el primer lugar mundial del ranking de menor riesgo país de los 72 países emergentes que tienen grado inversor, el tercero en el mundo en gobierno electrónico y el sexto en el mundo con 98 puntos sobre 100 en materia de Derechos Humanos.
Y como broche simbólico del prestigio mundial del milagro uruguayo, solo resta decir que el Ministro de Economía del gobierno progresista, Danilo Astori, fue designado por Global Markets, el mejor ministro de economía de América Latina, “figura clave de los 14 años de gobiernos de la coalición en los que Uruguay ha tenido éxito impulsando programas sociales y políticas progresistas allí donde otros países latinoamericanos han fracasado”.
El premio al “candidato sobresaliente” como lo calificó Global Markets, le será entregado en la próxima reunión del Banco Mundial que tendrá lugar próximamente en la ciudad de Bali. Astori, uno de los principales dirigentes políticos de la izquierda uruguaya, recibe un premio internacional que confirma el éxito de las políticas económicas aplicadas por el Frente Amplio en el país.
Débil e ingrata memoria manipulada por una cohorte de gángsters ideológicos
No son pocos los que dirán, son cifras, son palabras, la sensación térmica de mi cotidianeidad me dice otra cosa. Los insto entonces a que recuerden la sensación térmica de los últimos 20 años de los gobiernos colorados y blancos que los administrados a la salida de la dictadura.
¿No sentían térmicamente acaso que estaban rodeados de un ejército de desocupados que llegó a arañar la quinta parte de la población activa, un 16.9%, sufriendo el peor flagelo de un ser humano, la desocupación, cuando no se tiene ni siquiera la esperanza de ser explotado?
Hoy la izquierda arrinconó a ese flagelo y lo llegó a situar en un 6%, subiendo este año al 8,5% en el medio de una de las crisis regionales más severas de los últimos tiempos y pese a ello el FA recibió en el 2004 la fuerza de trabajo de 1.300.000 asalariados, culminando este año con 1.650.000.
Se olvidaron cuando las capas medias ingresaban en la pobreza que alcanzó guarismos del 40.96% en el 2004, reducida hoy al 7% y solo al 2% en el interior, aunque los expertos de Cepal la sitúan en solo el 2.7% en todo el país, sin hablar de la indigencia que fue rebajada un 99.98%, del 5.99% al 0.1%.
También sufrieron amnesia cuando Lacalle, y el segundo gobierno de Sanguinetti y el único de Jorge Batlle eliminaron los Consejos de Salarios reduciendo un 21% el salario real, mientras el FA los volvió a instaurar recuperando no solo el 21% perdido sino aumentando ese salario real un 54.1% más.
Y qué decir de los jubilados o también se olvidaron que ganaban antes del 2005 un ingreso mínimo de $600 que creció un 1.200% más, superando varias veces la inflación, con aumentos generales del 157%, sin contar las 170 mil tablets obsequiadas a ese sector olvidado del neo liberalismo.
Y las empleadas domésticas, recuperadas en su dignidad y en sus derechos, acaso se van a olvidar que la izquierda les duplicó el salario mínimo real por encima de toda inflación.
Sin olvidarnos de los policías con salarios indignos que debían comprar sus propias balas y hoy ingresaron a otro estadio social.
Y los maestros también perdieron la memoria cuando en el 2004 percibían $35.000 actualizados al día de hoy y el gobierno progresista lo elevó al doble en términos reales, triplicando la inversión en Educación de Sanguinetti, Lacalle y Batlle, en valores constantes, terminando con la exclusión de la educación media y superior para el 20% de la población más pobre.
No nos olvidemos cuándo durante los 20 años neo liberales los enfermos graves que no podían pagar medicamentos carísimos se morían por esa causa, cuando la izquierda gestionando el Fondo Nacional de Recursos ya lleva entregados medicamentos de alto costo a más de 8.000 enfermos, contra ninguno de aquella olvidada época pasada.
Sin olvidarnos tampoco de los 90 mil ciudadanos que recuperaron gratuitamente la vista por las políticas solidarias de la izquierda cuando en el pasado debían continuar con su cuasi ceguera por no poder pagar la operación de cataratas.
Reflexionen también los dubitativos sobre la gran mentira de las políticas sobre el empleo estatal del gobierno progresista, que ante la creciente demanda en salud, enseñanza y seguridad pública, se animó a prescindir de 19.000 funcionarios públicos de sectores no prioritarios y contrató 56.500 médicos, maestros y policías necesarios para la población, sin aumentar un ápice la proporción entre crecimiento de empleo privado y empleo público.
Y también reflexionen sobre la otra gran mentira, el aumento de las tarifas públicas de los servicios estatales. Todas las tarifas públicas del 2004 se redujeron sensiblemente en estos 14 años, en valores constantes en relación al salario percibido. La que menos descendió fueron las de OSE, mientras que las tarifas de UTE, Ancap y Antel bajaron mucho más en relación al salario.
Y qué pasó con la sensación térmica de cuando todos los uruguayos debíamos al exterior el 102% del PBI y tuvo que tomar el FA las riendas del Estado para reducir un 58% esa deuda ilegítima, hoy debemos solo el 42% del PBI.
No se acuerdan entonces de cómo los gobiernos progresistas cuadruplicaron la inversión social del primer gobierno de Sanguinetti, triplicaron el de Lacalle, duplicaron el segundo gobierno sanguinettista y aumentaron un 150% la inversión social de Batlle.
O también se olvidaron que en materia de respeto a la libertad de expresión la izquierda fue el único gobierno que no cerró ningún medio de prensa por opinar distinto. Los colorados en el primer gobierno de Sanguinetti clausuraron un medio de prensa opositor y los blancos en el gobierno de Lacalle también clausuraron una radio opositora por discrepar con la represión gubernamental.
Débil e ingrata memoria, manipulada por una cohorte de implacables dirigentes políticos, ávidos especuladores, gángsters ideológicos, mentirosos seriales que se rasgan las vestiduras por un déficit del 4,8% invertido en el bienestar del pueblo, ocultando que el gobierno de Lacalle alcanzó un déficit fiscal del 6.3% al servicio de unos pocos, con políticas sociales desapercibidas.
Ocultando que los gobiernos de la rancia derecha política solo destinaban 20 mil millones en inversión social cuando este gobierno destina 70 mil millones superando varias veces la inflación.
Ocultando a sabiendas que las reservas que recibió la izquierda no superaban los 600 millones de dólares y hoy rebasan el embalse de los 18 mil millones de dólares.
Sin hablar del PBI que no superaba en 2004 los 20 mil millones de dólares, situándolo hoy la izquierda en 54 mil millones de dólares.
Sin hablar del éxito de las políticas turísticas de la izquierda, que pese a los cierres de puentes y crisis de los países que nos visitan, duplicó la cantidad de turistas del 2004, situada en 1.800.000 en ese año con una utilidad para los ahorros uruguayos de 494 millones de dólares, pasando a las sorprendentes cifras del 2017 que revelaron la visita de 3.990.000 personas que nos dejaron 2.300 millones de dólares, un 465% de aumento con relación a las políticas neo liberales en ese sector de la industria sin chimeneas.
Habría que retroceder hasta el fin de la segunda guerra mundial para encontrar a Uruguay con las sorprendentes tasas de inversión actuales
Cuando llega el FA al poder se encontró con que la eficiente derecha capitalista comerciaba con solo 60 países, la ineficiente izquierda hoy negocia con 180 Naciones.
Es la misma ineficiente izquierda que obtuvo para este pequeño país, por primera vez en su historia, 80.500 k2 más de superficie acuática que se incorporan al patrimonio nacional.
Se olvida también la falange neo liberal que la izquierda logró por primera vez que Uruguay obtuvo por su eficiente gestión, el grado inversor que le es negado a Argentina, a Brasil, a Bolivia, a Paraguay, a Ecuador y a Venezuela en América del Sur.
También ocultan el éxito de la izquierda en la tasa de inversión, que al ocupar el FA el gobierno se situaba en un 15% del PBI y pese a la aseveración neo liberal decretando que la izquierda ahuyentaría las inversiones, éstas aumentaron hasta superar el 22% del PBI.
Habría que retroceder hasta 1945, terminando la segunda guerra mundial, para encontrar tamañas tasas de inversión.
Pero tan olvidadizo no puede ser un pueblo manipulado por los grandes medios de comunicación, cuando se han superado todos los récords históricos de bienestar, donde el 50% tiene vivienda propia y auto propio y el 70% posee una computadora y más del 60% se atiende en mutualistas privadas y el 100% de la población tiene televisión, heladera y otros electrodomésticos menores y un 90% incluso su propio lavarropas.
Debe aclararse que éstos datos son del último censo de 2011, hace ya 8 años, y el bienestar ha sido superado sobre todo en el área de ordenadores portátiles y en la flota automotriz.
¿No será por todas estas realidades ocultas que el prestigioso Instituto Legatum de Inglaterra tras un estudio sobre 110 países, calificó en 2018 a Uruguay con el mayor índice de prosperidad de América Latina, ganándole incluso a la prosperidad de Italia, Rusia e Israel y a pocos pasos de alcanzar los índices de prosperidad de Japón, Portugal y España?
Y no crean que se trata de una organización sospechada de izquierdismo. Está dirigida por la baronesa Philippa Stroud, destacada miembro de la Cámara de los Lores, elegida por la Reina, empresaria petrolera, miembro del Partido Conservador y según el The Daily Telegraph, una de las más influyentes representantes de la derecha política en Inglaterra.
¿Cómo es posible entonces, que ante la elocuencia del milagro uruguayo obtenido de las ruinas en la que se encontraba el país en el 2004 en todos los órdenes de la vida cotidiana, un proyecto excepcional, riguroso y responsable, afronte la posibilidad de una derrota electoral?
El centenario partido conservador con nada para exhibir, con todo para ocultar su vergüenza por el pasado que nos legó, ha logrado introducir en una parte de las capas medias e incluso en algunos sobrevivientes del paupérrimo ayer, la sensación irreal de estar muy lejos el progresismo de satisfacer las expectativas colectivas, que ellos sí, sin pudor alguno, prometen satisfacer.
Reencontrar la espesura de la realidad social y descubrir dónde están los dolores que se ocultan en su interior
Para deshacer esta falsedad histórica es necesaria la persuasión y sobre todo reencontrar la espesura de la realidad social y descubrir dónde están los dolores que se ocultan en su interior.
Debo reconocer que el gran responsable de esta situación son los principios de una izquierda que privilegió el bienestar del pueblo sobre la construcción del poder.
Aún más, me arriesgaría a decir que no supo construir poder.
El Frente Amplio fue el acelerador de las demandas de la gente y por ello está pagando un alto precio: los sobrevivientes de ayer son los demandantes de hoy.
Una vez abiertas las compuertas de la inclusión, de la nueva agenda de derechos, del bienestar humano, la lógica de la historia es implacable en la ruta del ascenso perpetuo de las nuevas demandas, del océano de demandas que van formando un tsunami, que no se puede calificar de ilegítimo sin violar nuestros propios postulados.
De esa lógica se está aprovechando la loba neo liberal que nos gobernó hasta la llegada del FA al poder, loba que hoy se encuentra otra vez en celo.
Todo lo enumerado es racional, kantiano, de sentido común. Sin embargo si no llega al corazón y a la mente de ese 5% que le falta a la izquierda para empardar los 20 años de gestión de la derecha, esta descripción puede convertirse en un mero e inútil ejercicio onanista clamando verdades en la soledad del desierto.
Es que a la izquierda le sobra alma, corazón y mente, pero le faltan correas de transmisión de sus hechos y sus ideas transformadoras.
Le faltan medios de comunicación de masas, adaptados a la impresionante revolución tecnológica, impresa y audiovisual de esta etapa histórica. El poder mediático y telemático se ha convertido en el jugo gástrico del sistema que quiere desalojar a la izquierda del gobierno.
La hegemonía del fundamentalismo neo liberal en ese campo es abrumadora. A esa superioridad se le suman los millares de trolls, los mensajes robotizados, infectando las redes con anónimos inescrupulosos, supervisados y dirigidos por equipos que utilizan la calumnia y la desinformación como método.
Todos los canales de televisión privados, la inmensa mayoría de las radios AM y FM, los diarios El País, El Observador y el semanario Búsqueda, constituyen una Santa Alianza al estilo de Klemens von Metternich contra la hegemonía electoral de la izquierda nativa.
Cuentan además con la neutralidad de los medios públicos de comunicación, impedidos de proselitismo.
A esa inmensa fuerza opositora se le oponen escasos medios progresistas, que sumados no alcanzan para distraer el fuego coordinado del adversario histórico.
A esta situación se llega por la ingenuidad política de nuestra izquierda, que no supo o no quiso construir poder. Hasta se dio el lujo de perder la oportunidad de disponer de un canal privado de televisión digital, que hubiera sido la artillería que le faltaba a nuestra escuálida infantería.
La brazada final para alcanzar la orilla: el pasado contra el presente con el futuro como testigo
La ingeniería estratégica para revertir la situación no es desacelerar las legítimas demandas porque aún falta mucho trecho para erradicar la alienación y alcanzar la pública felicidad, sino penetrar en la conciencia de los demandantes para advertirles sobre el peligro de la vuelta al pasado.
En este llamado a la perseverancia y a la brazada final para alcanzar la orilla, el objetivo es dejar mezquindades de lado, y coordinar fuerzas informativas para comunicar en estos pocos días que quedan para el desenlace, la realidad de los mundos que hoy se enfrentan, el pasado contra el presente con el futuro de testigo, para difundir nuestras verdades y sobre todo nuestras respuestas a las preguntas hacia el porvenir.
El debate de la semana pasada, que dejó en evidencia la desnudez de propuestas del candidato de la oposición, pese a ser hijo de un animal político de fuste y de una madre astuta e inteligente que alimentó su vocación, nos alientan para que apelemos a la prepotencia del trabajo y de la voluntad, sin pausas hasta el 27 de octubre.
Un debate impresentable en su organización, con la humillante decoración de 7 periodistas floreros, con el agravante de obligarlos a ingresar y salir en reiteración real para saludar a las cámaras, periodistas que solo estaban para servir café, solo para sonreír recordando los escasos segundos de que disponían los duelistas, segundos que sumados representaban un total agraviante de 20 minutos para cada uno, para defender nada menos que 35 años de gestión conservadora o progresista, desarrollar el plan de gobierno sobre los principales vectores de nuestra vida ciudadana y responder los ataques del adversario.
De todos modos el debate sirvió para conocer un poco más al caballero de la derecha que se propone ser el nuevo estadista de los orientales.
Comparando los hechos con las palabras, él mismo dictó su sentencia: “no es creíble”.
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