El primer Sitio de la Memoria en la ex SID se podrá visitar los miércoles y viernes

Se trata de la ex sede del Servicio de Información y Defensa (SID), ubicada en Bulevar Artigas 1532, entre Palmar y Gastón Ramón, que durante la última dictadura cívico-militar (1973-1985) fue un centro operativo utilizado para la detención clandestina de ciudadanos uruguayos y argentinos, en el marco del “Plan Cóndor” de coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.

El sitio se podrá visitar los miércoles de 15 a 18 horas y los viernes de 10 a 13 horas.

La presidenta de la INDDHH, Mariana Mota, dijo que los sitios de memoria son espacios físicos donde ocurrieron hechos que significaron graves violaciones a los derechos humanos por parte del Estado, pero también lugares donde se desarrollaron actos de resistencia y lucha por la recuperación democrática.

Su significación como sitio busca crear y transmitir la memoria de lo ocurrido y servir de homenaje y de reparación a las víctimas y a la comunidad.

La recuperación y apertura al público para narrar la historia que los define y la identificación de estos lugares asociados al terrorismo de Estado son un “emblema de la lucha por memoria, verdad y justicia a la vez sirven como espacio de referencia, encuentro y militancia para la defensa y promoción de los derechos humanos».

“Los hechos que aquí ocurrieron vinculan a las dictaduras de Argentina y Uruguay y se enmarcan en el Plan Cóndor», recordó Mota.

La persecución política llevada adelante por los aparatos represivos involucró la práctica de secuestros, asesinatos, desapariciones forzadas y apropiación de niños.

Recordó que en julio de 1976 se produjo el secuestro de un grupo de militantes políticos que vivían en Buenos Aires y se los trasladó a lo que luego se conoció como Automotores Orletti donde sufrieron la tortura. Luego fueron trasladados en un vuelo clandestino a Montevideo a la casa de Punta Gorda, conocida como Infierno Chico, y con posterioridad enviados a lo que era el SID abocada a conducir las operaciones represivas.

La dictadura creó un plan y coaccionaron a los secuestrados para que dijeran que ingresaron al país para reorganizar la guerrilla. Resistirse a esa versión mentirosa significaría la ejecución o la desaparición.

Pero no lograron el objetivo, porque los EE.UU suspendió la asistencia económica, pues el accionar violatorio a los derechos humanos estaba siendo denunciado ante los organismos internacionales por parte de los uruguayos.

“En esta casa estuvo secuestrada María Claudia García de Gelman en su última etapa de embarazo y los niños Victoria y Anatole Julien quienes después fueron recuperados en Chile», recordó Mota.

El mayor grado de indefensión

También estuvieron presentes en el acto algunos de los sobrevivientes, quienes recordaron sus vivencias en la ex SID, tal como Sara Méndez y Margarita Michelini.

En tal sentido, Méndez manifestó: “Estuvimos durante semanas, meses, sin saber qué iba a ser de nuestro destino”, y tuvimos que definir si salvábamos nuestras vidas aceptando el plan de falsa aparición o éramos llevados a Argentina, donde se nos iba a hacer desaparecer”.

“Era 1976 y por primera vez escuchamos esa palabra: desaparecer, que significaba que nadie se iba a ser cargo de la detención. Era el grado mayor de indefensión en el que puede estar una persona”, remarcó Sara Méndez.

A su turno, Margarita Michelini dijo que todos los derechos fueron violentados por el terrorismo de Estado y Uruguay tuvo el porcentaje de presos políticos más elevado de Latinoamérica en relación con su población.

Esa violación de derechos humanos comenzó a compensarse con el hecho de que una institución que depende del Parlamento inaugure este sitio de la memoria para mostrar a la ciudadanía donde no solo había una cárcel sino el comando desde el cual se planificaba la represión.

Michelini remarcó la posibilidad de que se conozcan los hechos, respetar las opiniones. Dijo que desde la INDDHH es importante hacer el trabajo de “horadar la impunidad que sigue hasta el día de hoy».

“El silencio ha sido una arma terrible y eso ha sido responsabilidad de la democracia», lamentó.