SAN…GRAZNIDO !!!
El Dr. Sanguinetti llora y patalea, pero no asume. La emprende contra el modelo Mujica desde el semanario colorado Correo de los Viernes, donde seguramente un pequeño grupo de lectores selectos, de los que pasaron por la academia, entienden y disfrutan el vocablo “gracejo” que utiliza Sanguinetti para referirse al lenguaje de Mujica.
Como en estos tiempos no hay una sola verdad, sino que varias miradas de la realidad califican para verdad sin complejos, voy a opinar. Será mi mirada.
Lo de “gracejo” no es más que un “graznido” del Dr. Sanguinetti. Se me ocurrió mientras mi estómago procesaba el grito de alarma lanzado por don Julio María, y mientras jugaba con la primera sílaba, “gra…”, “gra…”, gracejo, graznido, para intentar ponerle ritmo y hacer digerible su “discursete” de moral y buenas costumbres.
Luego me fui, googleando claro, a la Real Academia, que siempre lo ayuda a uno; dice de Graznido: “Grito de algunas aves, como el cuervo, el ganso, etc.”. Y agrega “Canto desigual, que disuena mucho al oído”. Confieso que me gustó graznido, antes de saber qué tan apropiada era.En primer lugar corresponde decir que, desde cierto ángulo, las ideas del Dr. Sanguinetti parecen razonables. Por ejemplo, yo no construiría una estrategia con objetivo “marketinero” sobre la imagen del Mujica que Sanguinetti reseña, y me refiero específicamente al que se “viste descuidadamente y exhibe desprolijidad y desaseo”.
No creo que esta deba ser una de las ideas fundamentales para promover un presidente, ni una personalidad pública con rango de estadista. Tampoco vivo, ni hago apología de la austeridad de Mujica. Digo esto, más allá de que muchas señales indican que el estilo Pepe Mujica, en su relación con el mundo, ha traído consecuencias positivas para el país.Ahora bien, el pueblo uruguayo dejó de creer en el modelo Sanguinetti y ha elegido, sin lugar a dudas, este otro modelo que representa Mujica, con esa imagen que, una y otra vez, muestra un fuerte arraigo popular instalado, mal que le pese al Dr. Sanguinetti.Pero asignarle al modelo Mujica, como lo hace Sanguinetti, la capacidad de “debilitar todos los goznes de la estructura de la sociedad” es un reverendo disparate.
Es claramente un grueso desbalance de interpretación de la realidad, un juicio que no maneja un equilibrio consistente entre superestructura y base material. Mientras el Dr. Sanguinetti mantenía su imagen de “afectado doctorcito”, la sociedad uruguaya se caía a pedazos y eso sí provocó la destrucción de un modo de ser nacional, y de valores muy caros para nosotros.
No hubo alternativas, cientos de miles de familias expulsadas a las fronteras de la marginalidad, construyeron el tortuoso camino hacia la pauperización de valores y modos de ser. Y una terrible desesperanza fundada en ese modelo ideológico promovido por el Dr. Sanguinetti, de ricos y pobres, canceló las expectativas de nuestros compatriotas.
En el otro extremo Mujica, y su antecesor inmediato, tomaron los despojos y más allá del show mediático del Pepe “despro”, comenzaron la reconstrucción, pensando en que el modo de ser, la calidad humana y la educación de nuestra comunidad necesita bases tales como alimentación diaria, servicios de salud dignos, un techo que te proteja y un trabajo más o menos estable.
Así se construye una visión ideológica donde, si bien no desaparece, no estás condenado al determinismo de ricos y pobres. Es obvio que renació la esperanza y recuperamos el orgullo de ser. Es la base para seguir trabajando, mal que le pese al Dr. Sanguinetti.Una idea que no puede calificarse de inocente, ni de ingenua viniendo del Dr. Sanguinetti es el berrinche ante la “frivolidad de una sociedad contemporánea, más aún en el exterior…” que se manifiesta confundida.
>En un mundo profundamente globalizado, no es posible imaginar que tantos intelectuales, analistas políticos, revistas especializadas, y periodistas de diverso origen, que elogian la figura de Mujica, hayan sido tan “papas fritas” de no documentarse seriamente, en un planeta que ya no usa el telégrafo ni las teletipo para comunicarse. ¿Porque Sanguinetti trata de frívolos a estas personalidades y organizaciones, que habrían caído confundidas ante el magnetismo de Mujica? Simplemente, porque algo tiene que decir de un hecho tan incontrastable.
De todas formas, el peor Sanguinetti de este artículo, no es el que se quedó “colgado” irremediablemente de la grandilocuencia de su discurso, disfrutando del formato y “gileando” con el contenido, cautivado por su propio yo erudito, sino el que cae en la deshonestidad intelectual de reclamar “arrepentimiento” a Mujica “por sus años de pertenencia a una organización…” guerrillera.Aunque sienta las mismas ganas, no se me ocurre tratar a Sanguinetti como lo hizo Mujica con los señores de la FIFA, pero… ¡cuánto cinismo señor mío!
Todavía estamos esperando las disculpas y el arrepentimiento del Partido Colorado, por haber llevado de “la manito” a la Presidencia de La República, al hombre, que un par de años después dio un Golpe de Estado. Este sí que arrasó con las Instituciones y disparó la noche más negra, instalando la barbarie de Estado, en un país que no la conocía.
El balde de trapos sucios, que la colectividad política del Dr. Sanguinetti esconde bajo la alfombra no se llama solamente Juan María Bordaberry, se llama también Oscar Victor Rachetti y Juan Carlos Blanco, que además de entreverarse con los gorilas fascistas, eran COLORADOS. En fin, según la Real Academia, “ganso que disuena”.
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