Una imponente ballena jorobada jugó en la costa de Punta del Este

Una ballena yubarta, conocida también como ballena jorobada, fue avistada en la costa de Punta del Este el miércoles por la tarde, generando gran fascinación entre los espectadores. El episodio ocurrió entre las paradas 30 y 35 de la Playa Brava, donde el cetáceo fue capturado en un video mientras realizaba saltos espectaculares en el agua. La cuenta Ballenas UY divulgó la grabación, destacando la naturaleza extraordinaria del avistamiento.

La ballena yubarta (Megaptera novaeangliae) es una especie de mamífero marino perteneciente a la familia de los cetáceos y al género Megaptera. Este impresionante animal es famoso por sus saltos acrobáticos y sus complejas canciones, que utilizan durante la temporada de apareamiento y migración. Las jorobadas se pueden encontrar en todos los océanos del mundo, desde las aguas árticas hasta las antárticas, aunque su hábitat preferido suelen ser las aguas templadas y tropicales.

La visita inesperada de un migrante gigante

Durante el verano, estas ballenas migran hacia aguas más cálidas del ecuador, donde se reproducen y dan a luz. En el invierno, se dirigen hacia aguas frías, donde pueden alimentarse de kril y pequeños peces. Se ha documentado que estos viajes migratorios pueden abarcar distancias de hasta 5,000 kilómetros.

En cuanto a su longevidad, las ballenas jorobadas pueden vivir entre 45 y 50 años, aunque algunos individuos han llegado a alcanzar los 80 años. A pesar de su tamaño –que puede llegar hasta 16 metros de longitud y un peso que supera las 30 toneladas–, esta especie enfrenta amenazas significativas. La caza comercial, la pesca incidental y la degradación de su hábitat son factores que han contribuido a su vulnerabilidad, siendo clasificadas como “casi amenazadas” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El avistamiento de la ballena jorobada en la costa uruguaya ha resaltado la importancia de la conservación marina y la protección de estas magníficas criaturas, que, aunque no son comunes de observar cerca de la costa, migran por el Atlántico Sur con cierta regularidad. Este fenómeno no solo atrae la atención de los biólogos marinos, sino también de turistas y entusiastas de la vida salvaje, quienes valoran la riqueza de la fauna marina en la región.