“El Sendero de la Tierra sin Mal”: Recorré la huella de los guaraníes, patrimonio de la Unesco
La Ruta de la Selva en la provincia de Misiones es una Región Etno-turística, donde la llamada Huella Guaraní ofrece atractivos geográficos agrestes y áreas protegidas en los cuales el turismo ecológico es posible.
La famosa Huella Guaraní atraviesa 62 kilómetros en 20 mil hectáreas que recorren, además, 32 kilómetros de la selva misionera dentro de la biosfera Yabotí y, reconocida por la Unesco, es el destino posible para quienes buscan conectar en profundidad con las culturas originarias.
También llamada “El Sendero de la Tierra sin Mal”, propone una experiencia de interacción con las comunidades locales, tanto para aprender técnicas de construcción ancestrales, labores artesanales o cazar y pescar como verdaderos supervivientes dentro de lo insondable y más agreste de Misiones.
Así, la Huella Guaraní se constituye como el primer sendero etno-turístico. Compuesto por 23 postas, este circuito eco selvático es interrumpido únicamente por el canto de las aves, del viento y de los sonidos del Yaguareté, del mono Caí o del Gato onza Puma, entre otras especies puras que reinan en el lugar.
Las Cataratas del Iguazú son el atractivo más buscado de la selva. Ubicadas dentro del Parque Nacional Iguazú, declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1984, pocas sensaciones son tan emocionantes como cuando, empapados por su fuerza, llegamos al rugir del último punto de la esplendorosa Garganta del Diablo.
Allí puede ser el inicio o el fin del periplo que traspasa un Parque Natural y en donde a solo 3 kilómetros de la frontera con Brasil nacen los Saltos del Moconá, un accidente geográfico que forma cascadas longitudinales conformando una pared de agua digna de recorrer.
Llena de senderos que trasportan a lugares místicos, la exuberancia de la selva invita a los escenarios reales que inspiraron al escritor uruguayo Horacio Quiroga, autor de “Los cuentos de la Selva”. Todas sus fantasías son realidad y la aventura animal indígena de sus historias es posible con los verdaderos protagonistas: el Gato tirica, el Yaguandurí, el Carayá rojo, el Guacamayo, el Águila Morena o el Yacaré overo, entre las casi mil especies que habitan este ecosistema.
Las mejores vistas panorámicas de la selva se encuentran en los senderos del Parque Nacional Salto Encantado. Allí, majestuosa, se erige la cascada del mismo nombre y, solitaria, deslumbran sus 64 metros de alto en una naturaleza de verde profundo.
Es que Misiones es verde, es ríos, es naturaleza. Y toda ella está a disposición del turista. En cada una de las pequeñas comunidades hay cascadas, arroyos y ríos donde, lejos del ruido citadino, nadar o practicar deportes es posible. La selva también ofrece la posibilidad de dormir en lodges, generando una experiencia completa, aunque hay hoteles para los que prefieren combinar lo autóctono con lo urbano en San Pedro, San Vicente y El Soberbio.
Los vuelos a Posadas e Iguazú son diarios y hacen posible conocer una Argentina ancestral y selvática que hechiza y dejará tatuado un rastro imborrable.
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