Colonia Suiza: Una escapada de silencio, historia y gastronomía
Nueva Helvecia es la escapada perfecta para un día, un fin de semana o, ¿por qué no? muchos más días. Te contamos por qué.
127 kilómetros separan a Montevideo de la Colonia Suiza Nueva Helvecia, 253 kilómetros es la distancia desde Punta del Este y, si venís del otro lado del río (cuando se pueda cruzar, claro está) es cuestión de tomarse un ferry en CABA y llegar a Colonia, desde donde hay que conducir apenas 61.
La ruta es hermosa, especialmente en primavera, cuando están florecidos los árboles y los campos: ahora, el cultivo más visto es la colza o canola, que hace que los sembradíos se vistan de amarillo. En verano ni qué hablar, y en otoño en invierno, la carretera es la antesala de la paz y el silencio que se vive en Nueva Helvecia.
Ni bien se abandona la ruta y se toma la entrada hacia Nueva Helvecia hay una sensación de estar en otro lado, en otro tiempo. El umbral recibe a los visitantes con la característica estética de las casas alpinas, pero al ingresar hay un sincretismo arquitectónico que entremezcla casas bien a la uruguaya con algunas más influenciadas por lo europeo.
El centro de la localidad está regido por la iglesia, la plaza, tradicionales panaderías, tradicionales restaurantes y bares que sirven comida para todos los gustos junto con vino nacionales e importados y una gran variedad de cervezas de la nueva camada de productores artesanales.
Nueva Helvecia es, además, uno de los santuarios del queso en el Uruguay. Decenas de pequeños productores distribuyen sus variedades de quesos estacionados y saborizados por los distintos comercios que están tanto en la ciudad como sobre la ruta, para los viajeros que no tengan tiempo de entrar. Hay para todos los gustos y paladares, y maridan bien con cualquier bebida.
Otro de los placeres que se puede saciar es el del chocolate, ya que los maestros chocolateros de la ciudad -que son varios- ofrecen derivados de este manjar utilizando las más sofisticadas técnicas europeas, mezclando el cacao con especias dulces y saladas para que el paladar sea una fiesta.
La oferta hotelera es variada y hay un amplio espectro de precios y posibilidades que se ajustan a distintos tipos de presupuestos. Desde casas que se alquilan por plataformas de internet hasta históricos hoteles con aires señoriales esperan a los turistas para que pasen a desconectarse del bullicio de la ciudad.
La historia es un imán
El 25 de abril de 2020 la Colonia Suiza Nueva Helvecia conmemoró 158 años de su proceso fundacional. El pueblo original fue instaurado por inmigrantes suizos, franceses, austríacos, alemanes e italianos, es una de las tantas colonias agrícolas de la microrregión del este del departamento de Colonia.
Sin duda alguna, el pasado de la colonia está marcado por el trabajo y el sacrificio, como también por un esmero en mantener vivas las costumbres y las raíces culturales de un pueblo que manifiesta tener clara conciencia y orgullo de su pasado.
Los primeros colonos que llegaron a esta zona tuvieron que afrontar tiempos muy difíciles en sus estados europeos (superpoblación, persecuciones religiosas y problemas económicos producidos por la expansión de la Revolución Industrial en dicho continente), como también cuando llegaron a éstas tierras. Primeramente tuvieron que soportar una gran sequía, luego la quiebra de la firma administradora de la colonia -que era la encargada de repartir tierras, proveer de materiales y crédito a los primeros pobladores-, y además les tocó construir en un medio rural muy inseguro en el que abundaba el ganado cimarrón, no existía una conciencia clara de la propiedad privada y un Estado que tuviera la fuerza suficiente para garantizarla.
Pero los que resistieron llegaron a formar su pequeña versión de la patria como se la imaginaban, un pueblo en el que se respira paz y armonía y que tiene mucho para dar a los visitantes que quieran conocer su historia.
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