Tocar instrumentos musicales mejora la capacidad del cerebro de aprender
Largas décadas de investigaciones han demostrado que aprender música mejora mucho la capacidad cerebral de procesar información. ¿Qué estás esperando para inscribirte en clases ahora?
Aprender a tocar un instrumento musical, ya sea por pasatiempo o porque lo tuyo es perseguir el sueño de estar en un escenario, tiene además importantes beneficios para el cerebro y su capacidad de aprendizaje.
Algo tan simple como escuchar música a diario ya de por sí es bueno, como lo demostró un estudio de 1993 en el que se encontró que estudiantes universitarios se desempeñaban mejor en razonamiento espacial al escuchar una sonata de Mozart. Eso sí, la simple idea de enchufar los auriculares al teléfono y ponerle play a un mp3 no te hará más inteligente (otros estudios sembraron dudas al respecto del estudio del ’93), pero ciertamente mejorará tu estado de ánimo y hará que el entorno -ya sea profesional o educativo- sea más llevadero.
La doctora Ani Patel, profesora asociada de la Escuela de Psicología de la Universidad de Tufts en Medford, Massachusetts, dice en su libro «Music, Language, and the Brain» que «hay un creciente cuerpo de trabajos científicos que sugiere que realmente aprender a tocar un instrumento musical tiene impactos en otras habilidades». Estos incluyen la percepción del habla, la capacidad de comprender las emociones en la voz y la capacidad de manejar múltiples tareas simultáneamente.
«Todo el campo de la neurociencia musical realmente comenzó a despegar alrededor del año 2000″, dice la experta. «Estos estudios en los que tomamos a personas, a menudo niños, y les damos formación musical y luego medimos cómo cambia su cognición y cómo cambia su cerebro tanto en términos de su procesamiento y su estructura, son muy pocos y todavía están emergiendo».
Aprender a tocar música, clave en el desarrollo
Según explica la neuropsicóloga Nadine Gaab, no es solo importante entender si el aprendizaje musical tiene efectos beneficiosos en los cerebros jóvenes. “Hay mucha evidencia de que si tocas un instrumento musical, especialmente si comienzas temprano en la vida, tienes mejores habilidades de lectura, mejores habilidades matemáticas, etcétera», asegura.
En un estudio publicado a inicios de 2020, Gaab y su equipo encontraron una relación, tanto en niños como en adultos, entre aprender a tocar un instrumento y un mejor funcionamiento ejecutivo, como la resolución de problemas, el cambio de tareas y el enfoque.
Pero la pregunta sigue siendo: ¿Por qué la adquisición de habilidades musicales influiría en el lenguaje y otras funciones cerebrales superiores? «La idea de que la música a veces impone mayores demandas al cerebro, en algunas de las mismas redes compartidas que usamos para otras habilidades, permite que la música realmente mejore esas redes y esas habilidades se beneficien», explica Patel.
¿Qué estás esperando para aprender a hacer música?
Un ejemplo sorprendente de esto es el uso del canto para restaurar el habla. En el Laboratorio de Música y Neuroimagen del Centro Médico Beth Israel Deaconess, el Dr. Gottfried Schlaug ha sido pionero en el canto como método terapéutico para rehabilitar a víctimas de derrames cerebrales y otras lesiones cerebrales, así como a personas con autismo severo.
Y algunas de las investigaciones más recientes en neurociencia musical utilizan la música como una herramienta para comprender mejor, e incluso predecir, las discapacidades de aprendizaje basadas en el lenguaje.
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