CIA: murió Richard Helms, clave en el golpe en Chile

Richard Helms, director de la CIA entre 1966 y 1973, personaje clave en el impulso estadounidense al golpe de Estado contra el presidente chileno Salvador Allende y en el caso Watergate que derribó al presidente norteamericano Richard Nixon, murió anoche a los 89 años, informó hoy la agencia de espionaje.

«Estados Unidos perdió a un gran patriota», dijo el actual director de la CIA, George Tenet, al anunciar la muerte de Helms. «Los hombres y las mujeres de la inteligencia estadounidense perdieron un gran maestro y un verdadero amigo», agregó.

Sin embargo, la figura de Helms es altamente controvertida, tanto por su liderazgo de las actividades en el exterior, como en Chile y en Cuba, como por su acciones en el marco de la política interna estadounidense.

Helms es recordado por haberse negado a bloquear la investigación del FBI sobre los hombres que habían entrado en las oficinas del partido demócrata en el hotel Watergate, el episodio que desató el escándalo del mismo nombre que terminó con el gobierno de Nixon.

El propio Nixon le había pedido a Helms que impidiera que la policía federal investigara a los hombres que irrumpieron el Watergate, quienes formaban parte de las filas de la CIA. Un furibundo Nixon echó a Helms de la dirección del servicio de inteligencia y lo envió como embajador a Teherán.

El ex jefe del espionaje norteamericano  señalado como un hombre reservado y, a pesar de lo ocurrido en el caso Watergate, un fiel ejecutor de las órdenes del inquilino de turno de la Casa Blanca  coordinó gran parte de las acciones llevadas a cabo por agentes estadounidenses para evitar que Allende subiera al poder.

Un documento desclasificado, fechado en setiembre de 1970, reporta la primera reunión que Helms llevó a cabo con los encargados de desarrollar las operaciones contra Allende. En el memorando de la CIA se relata que el 16 de setiembre de aquel año «el director llamó a una reunión en conexión con la situación en Chile».

«El director le dijo al grupo (de militares y agentes de espionaje) que el presidente Nixon decidió que un régimen de Allende en Chile no es aceptable para Estados Unidos», agrega el documento desclasificado.

Ese fue el comienzo de una serie de acciones encubiertas de Estados Unidos contra Allende, que incluyeron  bajo la supervisión de Henry Kissinger  acciones de propaganda, entrega de dinero a grupos opositores al candidato socialista y luego el impulso dado a varios militares golpistas.

Helms estuvo también involucrado en los planes estadounidenses para asesinar al presidente cubano Fidel Castro, aunque en este caso su papel no está tan claro como el que cumplió en el debilitamiento de la administración Allende. Como jefe de las operaciones encubiertas de la CIA, Helms debió responder a las órdenes del presidente John Kennedy, quien a toda costa quería vengarse de Castro por el desastre sufrido en la invasión de Bahía de los Cochinos, en 1961. Además de su controvertida actuación en países extranjeros, Helms desarrolló también una polémica estrategia en su propio país, bajo la inspiración del presidente Lyndon Johnson  quien lo había puesto en el cargo de director  y luego de Nixon. *

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