Extrañas cosas pasan

Desde la concepción de la vida y de los mundos posibles, lo "real" conforma la verdad, categoría sociológica que está comprendida dentro de las percepciones sensoriales y forma parte de una capacidad inalienable de la cultura universal situada en un espacio determinado.

Foto con fines ilustrativos (generada con AI)
Foto con fines ilustrativos (generada con AI)

«Siglos, que nos observan, nos han visto nacer, soportar, silenciar, rebelarnos y prepararnos a resistir, pues ha llegado la hora del cambio, y no hay más humano y más pleno que el cambio llevado a cabo y ejecutado para resistir al poder de las bestias, a la justicia criminal, a la avidez neoliberal, a los políticos asesinos, a la inflexión de los intelectuales mercenarios, a la manipulación de las corporaciones económico-mediáticas, a las libertades restringidas, a la verdad que fue violada en toda su evidencia, ¿no es razón suficiente?…» Fragmento de mi «Manifiesto de Indignados contra el Neoliberalismo», que lancé en Parqué Rodó (Montevideo), en diciembre de 2011, replicado en todos los países de habla hispana del mundo… En Argentina fue censurado, no es novedad, es prudente denunciarlo.

El hecho de preguntarnos día a día si tiene algún sentido simplemente actuar en el mundo nos lleva hacia el ‘absurdo’ y un misticismo bajo presión. Absurdo ante una falta de comprensión cabal del paisaje planetario en un punto extremadamente existencial y personal. Manifiesto que el hombre está dotado de una manía irreparable de buscarle un orden, un sentido a las cosas, origen del absurdo y del final de juego, donde comienzan a accionar los que huyen del planteo de preguntarse ¿qué hacemos aquí? Son los que han construido un mundo para pocos, juntando bibelots, son los parásitos colonizadores, que, cual bacterias de infecciones sintomáticas, en la ubicuidad de su ser y estar, degradándose todo, rutina que no se deja de practicar… No se engañen más, sería saludable y digno.

Pareciera que no hay un espacio final donde retirarse, a no ser que nos quedemos quietos, inmóviles. Si llegáramos a hacerlo, sin perder el equilibrio, sin dejarnos llevar por la embestida, puede ser que seamos capaces de permanecer y de esa manera accionar contra todo lo que degrada nuestra condición de simplemente rescatar nuestra “voluntad de ser”.

Desde el momento de despertarnos por la mañana, hasta el momento de acostarnos, no ignoramos que todo es una farsa, una estafa, una vergüenza. Lo intuimos, lo sabemos, lo experimentamos, sin embargo, la mayoría de los habitantes del planeta, colabora con la perpetuación del fraude, asimilados a los modos de esclavitud y explotación de un sistema genocida. Estos modos de producir espectros, provocan una crisis ecológica multiforme, que no deja de afectar a ninguno de los sectores vitales para que la humanidad permanezca en un planeta libre de contaminaciones concretas y virtuales.

Revelar, comunicando la inmundicia en que se debate una humanidad domesticada, que soporta lo insoportable, en nombre de ningún sentido, una humanidad que ha dejado de ser destino… Nauseosa docilidad de la humanidad recluida en sus ghettos, ignorando la existencia del otro, experimentado una «fake life»: vida falsa, instancia planificada a gusto y piacere de los poderes opresivos del planeta… Nos queda el lenguaje, anunciarán quienes desde espacios de confort pontifican vacuidades, cual componente de la historia que ya no se escribe, pero cuando se desplaza por la confusión en que medios y redes sociales narran el presente sin sentido, el vacío de significados provoca una pérdida de la vigencia de lo “real” para, de ese modo, dejar el pensamiento humano librado a una suerte de ser un eterno paria de lo que jamás aconteció.

Desde la concepción de la vida y de los mundos posibles, lo «real» conforma la verdad, categoría sociológica que está comprendida dentro de las percepciones sensoriales y forma parte de una capacidad inalienable de la cultura universal situada en un espacio determinado.

Esta postura epistemológica, leída dentro del contexto de la represión democrática ficcional, que se aprecia en Argentina con una horda de mercenarios, uniformados, bajo órbita del gobierno del innombrable cerdo capón y su ministra de represión, en complicidad con todo el espectro político y del establishment, que blinda a todo el que se arrima al fogón del delito consumado, el genocidio, la estafa y la eutanasia aún no devenida en ley, por un parlamento de «brutos e ignorantes»… No olvidemos que una emoción puede ser barata pero nunca falsa… Opera como un fundamento opuesto al discurso de la imposición autoritaria de la verdad construida en violencia y su efecto: la muerte… Sin dudas no es la verdad en su concepción esencial, en la cual la misma se asimila a la coincidencia entre una afirmación y los hechos que predica dicha afirmación, en su realidad concreta y comprobable, referida a la fidelidad a una idea.

El lenguaje es un componente de la historia y, cuando se desplaza por la confusión babélica, el vacío de significados (o la imposición violenta de un único sentido para aprehender la realidad) provoca una vigencia de lo «real» para intentar interpretar el movimiento del pensamiento, que no es un «algo» congelado al pie de la agenda de políticos «turritos», incapaces, plenos de mezquindades, cobardes, traidores, cómplices de la caída de Argentina, en el pozo de los sueños calcinados.

Puede ser cierto lo que auguran los profetas de lo porvenir, que la historia se acelera y el fin de un tiempo lo estamos atravesando, desnudos ante realidades perturbadoras de genio y de idiotez, pero muy lejos de lo que podía haber sido algo feliz de experimentar… O ya la historia está cumplida en su fin y todo lo que podía ser meditado históricamente -y previsto- ha sido dicho en lenguaje coloquial de la historia.

La violencia de reprimir, en la libertad de expresión, a quienes aún tienen voluntad de resistir al imperio de la bestialidad en estado puro, se manifiesta con los significados de lo falso y de la muerte, sobre todo en este tiempo donde la ley acciona como corteza que legitima delitos, que afecta de modo brutal y sin antecedentes históricos a la denominada ‘vida’. El ‘modus operandi’ de los victimarios de la humanidad oprimida y sin ánimos de inventarse ‘glorias’, se presenta no como una ficción creada para inmovilizar y despojar a los hombres y mujeres de la identidad de sus prácticas y pertenencias culturales.

Si no podemos utilizar el pasado para aprender y aplicarlo en el presente, ¿para qué la historia?, si no puede esa visión del pasado conducirnos al futuro, tan alejado de las prácticas de nuestros dirigentes incapaces, que no logran dialogar ni conquistar la unidad, pues la soberbia y la ausencia de escrúpulos coronan sus actos degradantes… Y me pregunto: En Argentina, ¿estamos en estado de guerra?, o simplemente todo lo que soportamos día a día, en confrontaciones del más diverso calibre llevadas a cabo por una autodenominada oposición, que ya no conforma un partido político, sólo es una empresa de activos incorpóreos, violenta y eliminadora de la existencia en libertad e igualdad, que sabe muy bien infiltrarse en los intersticios que deja el torpe y brutal accionar del gobierno, tan eficaz y cobarde en sus intentos de aplicar fórmulas perimidas, donde la justicia se ha dado a la fuga.

Saben muy bien golpear donde duele al pueblo, de la mano, insisto, de una justicia inexistente y de la macro corporación de medios mafiosos, cómplices del desastre en que permanecen los argentinos, que en nombre de la libertad de mentir, devienen en censores de quienes deberían opinar, disentir e incluso llamar a reflexión, sólo se limitan a difamar y eliminar al disidente y atreverse a mostrar las «verdades ocultas» de siniestros personajes de la fauna argenta, incluye las «puestas en escena » de las mujeres «famosas» las llaman, confrontando simuladamente con sus amores simulados, hijos, y demás temas que tapan lo esencial, espacios de poder sin destino, solo no dejar visualizar los delitos consumados por funcionarios, en función de «currar» sin límite… Es peligroso hablar sin red ¿no?, te puede costar la vida en el intento de desenmascarar estafas, robos, crímenes, actos de corrupción visibles, causas célebres, jamás develadas, archivados por la justicia congelada, y ocultados por la «corpo» de medios mercenarios…

No se ignora, que el terrorismo bancario, financista de lavado y fuga de activos provenientes de negociados de armamento para guerras genocidas, trata de personas, narcotráfico y demás sedimento de deposiciones recientes, está jugándose enteros por su supervivencia, sin medir consecuencias, sumados a traidores de ideologías rancias, bajo la atenta mira de Sion, que todo lo controla…

Vienen por todo, apuntalados por la trama mediática, gestada en hornos de holocaustos cotidianos, intentando llevar a Argentina, y lo están logrando, a un estadio donde cualquiera, ofrece sus servicios en formato ·chisme», balbuceando relatos absurdos, en micrófonos de movileros arrendados, sobre los siniestros, que se producen por hora… Pero el vecino desea su segundo de fama, modo de entretener a una audiencia de zombies. La sangre y la esclavitud, tiene voz, nunca el rostro visible del sicario… ¿De qué modo podemos pensar este presente babélico? y hablar sobre él… ¿Qué actitud tomar ante tanto fraude y estafa?

Un sistema injusto, no puede mantenerse sin estar apuntalado por la represión, y esta viene travestida de orden, pulido por los medios corporacionistas de la mentira. Orden y sistema roñoso, son dos elementos que se corresponden, inseparables en sí, definen los objetivos de toda acción esclavizadora. Bajo este firmamento, el acta notarial se convierte en nuevo texto sagrado… Una nueva modalidad de absoluto, una resurrección mutada con nombre de insurrección.

La protesta se ha vuelto intrascendente y, ahora, se ha convertido en un aliado del sistema que pretendía rechazar. Creo es necesario, entrar en el juego de la convivencia, comenzar a ver lo que no se desea ver, escuchar donde no parece haber sonidos: meterse de lleno en la trama siniestra de la vida en «respiración artificial» (Ricardo Piglia dixit), que nos vende este sistema de autistas, sin perder la esencia que nos lleva a trabajar por la comunicación en libertad, que debe crear comunidad.

Y bien, nada sucede a destiempo y el lenguaje es el instrumento que utilizó para describir la realidad obtusa que experimentamos. El lenguaje es la base de la narrativa que podría ser de utilidad para asimilarse a una propuesta plural, profundamente política y antiautoritaria… Pero, no ignoran que nada ni nadie es confiable, en el preciso instante en que se negocian voluntades sensibles al poder del dinero, pareciera lo único trascendente en este tiempo y espacio…  Una larga experiencia de censura, de renunciamiento, de exilio interior, me hace no poder dejar de abarcar estas cuestiones…. ¡Feliz sobrevida! ¡Feliz vida!

Eduardo Sanguinetti
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