Luis Caputo dijo que Gabriel Boric es un «comunista que está por hundir a Chile» y desata conflicto
El mandatario ultraderechista y sus ministros han atacado sistemáticamente a los líderes de izquierda latinoamericana: Boric es el más reciente blanco.
La reciente disputa diplomática entre Argentina y Chile se intensificó tras las declaraciones del ministro de Economía argentino, Luis Caputo. Durante una entrevista en una emisora local, Caputo expresó que Chile, “que en la década de los ochenta y hasta 2010” había sido un modelo de crecimiento económico, “hoy está gobernado por un comunista que los está por hundir”. Estas palabras generaron una rápida reacción por parte del Gobierno chileno.
El Gobierno de Gabriel Boric respondió a las afirmaciones de Caputo con una nota diplomática de protesta, señalando que las declaraciones eran “inapropiadas e inexactas”. La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, criticó a Caputo, alegando que se estaba inspirando “en el estilo del Gobierno venezolano”, que se caracteriza por atacar a gobiernos opositores. Este intercambio refleja la polarización entre los dos países y sus respectivos liderazgos.
Milei escoge sus conflictos según la posición del “rival” en el espectro
El ultraderechista Milei ha decidido entrar en el conflicto con mandatarios y gobiernos que se oponen a su ideología, por antonomasia, populista de extrema derecha y anarcocapitalista. Hay disparado críticas contra Gustavo Petro, su par colombiano, a quien ha tratado de «terrorista», y contra Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, a quien calificó de “gran corrupto”.
Pero ha tenido que ir bajando sus ínfulas de superioridad moral después de tener que alabar al gobierno chino, gobernado por el Partido Comunista de China, a cargo de Xi Jinping. En otro momento había asegurado que «nunca negociaría con comunistas», pero dio un volantazo para asegurar que son «socios excepcionales».
Con Chile, sin embargo, el gobierno argentino se niega a matizar sus despotriques. Caputo, en su trayectoria política, ha evolucionado desde un perfil moderado hasta ser una figura de la ultraderecha argentina. Anteriormente, Caputo fue ministro de Economía durante la gestión de Mauricio Macri, donde gestionó un rescate financiero de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI). No obstante, dejó su puesto tras un aumento en la inflación, regresando luego como presidente del Banco Central.
Su regreso al primer plano político se dio bajo la administración del presidente Javier Milei, con quien comparte una ideología opuesta a la de Boric. Desde que fue nombrado, Caputo ha mostrado un fervor por las ideas económicas de Milei, evidenciado en sus interacciones en redes sociales. El ataque a Boric, por lo tanto, se enmarca en una visión más amplia adoptada por el Gobierno argentino.
Su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también había emitido declaraciones incendiarias contra el gobierno de Boric: sin mostrar pruebas o iniciar gestiones diplomáticas de cooperación en Inteligencia y Seguridad (hasta el día de hoy), la jerarca alertó sobre la supuesta presencia de células de Hezbollah en el norte de Chile, lo que provocó malestar en La Moneda (el palacio presidencial chileno) y en Casa Rosada siguen sin disculparse.
Caputo pide una ultraderecha global más organizada
En la misma entrevista, Caputo destacó la importancia de la batalla cultural para la ultraderecha, sugiriendo que es esencial para la permanencia de políticas económicas. Reiteró que “el presidente [Milei] hace un laburo [trabajo] espectacular en eso”, aunque algunos no comprenden su enfoque. Según Caputo, la crítica a figuras y medios es parte de este objetivo de concientización.
Además, el ministro argentino enfatizó que Chile ha perdido esta batalla cultural, alegando que fue “el país de Latinoamérica que más gente sacó de la pobreza desde los años ochenta hasta el 2010”, y que hoy enfrenta un gobierno que está “por hundir” la economía, haciendo referencia a Boric. Esta crítica se inscribe dentro de un discurso que busca posicionar a la administración chilena como distante de los valores que Caputo promueve.
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