Argentina hace historia luego de ser el único país en votar en contra de los derechos de los pueblos originarios ante la ONU
Argentina hizo historia al convertirse en el único país de la ONU en votar en contra de una resolución crucial sobre los derechos de los pueblos indígenas, en la Asamblea General de la ONU, lo que marca un giro notable en su política internacional.
Durante la reciente sesión de la Asamblea General de la ONU, Argentina, representada por Gerardo Werthein desde la Cancillería, mostró su desacuerdo con una resolución internacional destinada a salvaguardar los derechos de los pueblos indígenas.
La ministra plenipotenciaria Andrea Repetti señaló que el texto no garantizaba adecuadamente el acceso a los derechos humanos sin discriminación y expresó su inquietud sobre la confirmación de tradiciones que pudieran entrar en colisión con los derechos fundamentales de mujeres y niñas.
Esta resolución, la cual fue presentada en octubre y luego revisada, recibió el apoyo de 22 naciones, entre ellas Canadá, Brasil y México, que abogan por la protección de las comunidades indígenas en diversas áreas, como justicia, medioambiente y conservación cultural. La postura del gobierno argentino ha sido criticada por figuras políticas, incluyendo al exministro Felipe Solá, quien manifestó su desacuerdo a través de redes sociales.
En el contexto internacional, esta votación subraya la posición de Argentina en el ámbito global, alineándose con países aliados como Estados Unidos, que votó a favor, e Israel, que se abstuvo. Francia y Lituania, entre otros, también optaron por la abstención.
Este acontecimiento representa un cambio significativo en la diplomacia argentina, resaltando su enfoque conservador particular sobre la interpretación de los derechos humanos y las prácticas culturales.
Qué dice la resolución de la ONU destinada a proteger a las comunidades indígenas
En cuanto a la resolución que Argentina rechazó en la ONU, se destaca una propuesta de 16 páginas que enfatiza la necesidad de impulsar y buscar los objetivos establecidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Esto se haría mediante la cooperación internacional para fomentar esfuerzos nacionales y regionales, en aras de garantizar los derechos de estos pueblos en cuanto a sus propias instituciones políticas, económicas y culturales, así como su participación en la vida del Estado.
“Es necesario reconocer, respetar, promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios, tierras y ecosistemas, salvaguardando al mismo tiempo sus tradiciones, creencias espirituales y conocimientos ancestrales, de reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado, y de garantizar su derecho a participar en la adopción de decisiones sobre asuntos que afecten a sus derechos, con arreglo a la legislación”, se señala en uno de sus párrafos.
Además, expresa “profunda preocupación por el aumento de la discriminación, el discurso de odio, la estigmatización, el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia” y condena “amenazas, hostigamiento, represalias y asesinato de miembros de los Pueblos Indígenas, en particular mujeres y niñas, y personas con discapacidad, a menudo con impunidad, así como de invasiones de tierras, desalojos forzosos arbitrarios y otras prácticas abusivas”.
“Mostramos también preocupación por la práctica de algunos países, incluidos los que celebran reuniones sobre cuestiones indígenas, de demorar o denegar de forma intencionada o discriminatoria visados de entrada a titulares de mandatos de las Naciones Unidas o representantes de los pueblos indígenas, o de aplicarles restricciones de viaje adicionales que interfieren, entre otras cosas, con su capacidad para participar en esas reuniones o para regresar de ellas”, completa.
Contexto de relaciones internacionales del país argentino
En otro evento, hace dos semanas, el representante argentino ante la ONU, Ricardo Lagorio, votó en contra del embargo a Cuba en la Asamblea General, lo que generó una crisis en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, que generó el posterior despido de Diana Mondino, actual ex ministra de dicho Ministerio. Su reemplazo fue el actual Ministro, Gerardo Werthein, quien era el embajador de Argentina en EE.UU. y se trasladó de puesto.
Al votar en contra de esta resolución, Argentina no solo reafirma una postura que se alinea con la política exterior del actual gobierno de Javier Milei, sino que también se distancia de compromisos previos establecidos durante administraciones anteriores, como el compromiso con la Agenda 2030 y el Pacto del Futuro. Este cambio suscita inquietudes sobre el impacto en la situación de los pueblos indígenas en Argentina y en el escenario internacional.
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