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Hinchas israelíes colisionaron con manifestantes propalestinos en Ámsterdam: ¿Qué provocó la violencia?

Un equipo de fútbol israelí visitaba Países Bajos para un encuentro que terminó en un violento enfrentamiento entre hinchas sionistas y manifestantes pro Palestina. “Comenzaron a atacar casas de personas en Ámsterdam con banderas palestinas, así que ahí fue donde comenzó la violencia”, dijo el concejal Jazie Veldhuyzen.

Un israelí sionista arranca una bandera de Palestina de una propiedad privada en Ámsterdam, horas antes de los incidentes
Un israelí sionista arranca una bandera de Palestina de una propiedad privada en Ámsterdam, horas antes de los incidentes

Recientemente, la ciudad de Ámsterdam fue el escenario de enfrentamientos entre aficionados al fútbol israelíes y manifestantes propalestinos, lo que ha llevado a un repunte de tensiones sociales y políticas en la región. Estos incidentes ocurrieron antes y después de un importante partido de la Europa League entre el equipo israelí Maccabi Tel Aviv y el Ajax de Ámsterdam.

La magnitud de la violencia y la respuesta de las autoridades locales han suscitado un amplio debate sobre la seguridad y la convivencia en una de las capitales más multiculturales de Europa.

Los enfrentamientos, que se registraron la noche del jueves, ocurrieron principalmente alrededor del estadio Johan Cruyff Arena, donde se llevó a cabo el partido. A pesar de que el Ajax logró una contundente victoria de 5-0, lo que debería haber sido un evento deportivo centrado en la competición se vio ensombrecido por estas violentas confrontaciones.

Videos y testigos aseguran que los hinchas arengaban por la destrucción de Palestina y “los árabes”, y otros señalan a militantes propalestinos como responsables de la escalada de violencia.

El inicio de la violencia: violación de propiedad privada y rotura de banderas palestinas

Según reportes de medios locales, la situación se intensificó cuando los aficionados del Maccabi Tel Aviv, al llegar a la ciudad, comenzaron a realizar una serie de manifestaciones en las que ondeaban banderas israelíes y, en un acto polémico, arrancaron banderas palestinas de edificios cercanos. Varios videos en redes sociales dan cuenta de hinchas israelíes ingresando a propiedades privadas y trepando fachadas de edificios para romper las banderas palestinas.

El concejal de Ámsterdam, Jazie Veldhuyzen, dio declaraciones a medios internacionales, señalando que los llamados “hooligans del Maccabi” fueron responsables de instigar la violencia al agredir a los partidarios palestinos que se encontraban en las proximidades. Este tipo de actos no solo aumentaron las tensiones, sino que también provocaron una respuesta de los residentes locales, quienes se unieron para contrarrestar lo que consideraban ataques a su comunidad.

La policía local había anticipado posibles disturbios debido a la situación política y social, aumentando su presencia en las calles. Mientras tanto, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel reportó que al menos diez israelíes resultaron heridos en los altercados, y dos personas estaban reportadas como “desaparecidas”. Este contexto puso al gobierno israelí en una posición difícil, ya que tuvo que manejar la logística de traer de regreso a sus ciudadanos en medio de tensiones internacionales.

En respuesta a los acontecimientos, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó su preocupación por lo que describió como “incidentes muy violentos” y exigió a las autoridades holandesas una respuesta rápida para proteger a los ciudadanos israelíes en el país. Simultáneamente, el primer ministro holandés, Dick Schoof, condenó los ataques y aseguró que se tomarían medidas para localizar y procesar a los responsables de las agresiones.

 

Del campo del fútbol al político

El análisis de estas situaciones revela que las tensiones no solo residen en el ámbito deportivo, sino que también están profundamente arraigadas en una narrativa política y social más amplia. El comentarista político israelí Ori Goldberg destacó que estos actos de violencia y la reacción de las autoridades reflejan un desapego entre las acciones de los aficionados y las consecuencias que estas podrían conllevar. La explosión de violencia parecía indicar una falta de consideración por parte de algunos hinchas israelíes ante lo que provocan sus acciones en un contexto europeo cada vez más polarizado, reflexionó. 

A nivel local, la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, tuvo que lidiar con la complicada tarea de gestionar el orden público en medio de estas tensiones. La decisión de prohibir una manifestación propalestina fue tomada en un intento de evitar que los enfrentamientos se intensificaran. Sin embargo, las críticas surgieron hacia la efectividad de la respuesta policial, donde se cuestionó si se actuó de manera oportuna y adecuada para prevenir escaladas de violencia.

Los disturbios culminaron con la detención de al menos 62 personas por parte de la policía, que había sido desplegada masivamente ante la posibilidad de desmanes. Aunque los aficionados israelíes abandonaron el estadio sin incidentes en ese momento, los enfrentamientos prolongados en el centro de la ciudad reflejaron una ruptura en la convivencia y el diálogo entre comunidades diversas.

El contexto global de estos enfrentamientos no debe ser subestimado. La influencia de la situación en Medio Oriente y las protestas de diversas índoles que surgen en toda Europa son un recordatorio de que muchos de estos eventos deportivos están impregnados de implicaciones políticas. Es fácil ver cómo en un lugar como Ámsterdam, donde la pluralidad y el multiculturalismo son pilares, pueden confluir posturas que derivan en confrontaciones.

El Maccabi Tel Aviv, fundado en 1906 en Jaffa, ha sido un club emblemático en el fútbol israelí, pero su presencia en el contexto europeo actual pone a prueba las relaciones entre aficionados y las comunidades locales.

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