Cientos de miles salieron en Argentina a defender a la educación pública de los embates de Milei

Este 2 de octubre, cientos de miles de personas se congregaron frente al Congreso Nacional en Argentina para manifestarse en contra del veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario. La movilización fue parte de una serie de protestas que se replicaron en todo el país, en un contexto de creciente tensión entre el gobierno y sectores críticos de su política educativa.

Las medidas de seguridad, implementadas por el gobierno del ultraderechista Javier Milei, tuvieron como objetivo dificultar el acceso de los manifestantes al corazón de la protesta en Buenos Aires. Pese a ello, la multitud logró reunirse bajo el lema “Un grito de auxilio: ¡Promulgue la ley de financiamiento!”, exigiendo que se respete la decisión legislativa que otorga previsibilidad financiera a las universidades y mejora las condiciones salariales de los docentes.

En defensa de la educación pública, gratuita y universal

El presidente Milei, quien adelantó su intención de vetar la ley, afirmó que la movilización había sido “apropiada por golpistas” y aconsejó a los estudiantes “no dejarse engañar”. También envió un mensaje a los opositores políticos que participaron del evento, asegurando que la universidad pública no está en peligro y repudiando los que él denomina como “botines” económicos que supuestamente benefician a ciertos grupos.

En tanto, la reacción no se hizo esperar desde distintos sectores. Horacio Rodríguez Larreta, ex jefe de gobierno porteño, expresó en redes que “volverá a marchar una y mil veces”, tras haber sido agredido durante la manifestación. Así, la protesta se transformó en un reflejo de las crecientes divisiones políticas del país, donde líderes de la oposición se unieron con estudiantes y gremialistas en defensa de la educación pública.

Cecilia Moreau, diputada de Unión por la Patria, declaró que si Milei vetaba la ley, diferentes fuerzas políticas intentarían rechazar su decisión en el Congreso. Incluso criticó a algunos diputados que, según ella, cambian de postura por conveniencia política, minando la autonomía del Poder Legislativo para tomar medidas contrarias al gobierno.

Para Moreau, la manifestación de este octubre fue significativamente más impactante que la anterior en abril, debido a la amplia participación de ciudadanos de diversas regiones del país. Ella destacó la presencia de familias enteras, desde abuelos hasta nietos, como un símbolo de la preocupación nacional por el futuro de la educación pública.

El sistemático desfinanciamiento de la educación pública en la era Milei

La crisis financiera que afecta a las universidades también toca directamente al sistema científico-tecnológico argentino. Según los manifestantes, la falta de actualización salarial y la disminución de los recursos para becas amenazan severamente el desarrollo académico y científico. La desactualización presupuestaria también ha dejado en pausa importantes proyectos de infraestructura y programas de compra de equipos necesarios.

El acceso a la educación se ha convertido en un desafío para muchos estudiantes, afectados por una crisis económica que reduce sus posibilidades de continuidad académica. Becas insuficientes y una política de desfinanciamiento han puesto en peligro la permanencia de nuevos profesionales en el sistema educativo.

Los manifestantes argumentan que la universidad no debería ser vista como un gasto, sino como una inversión estratégica para el país. Apelan a experiencias internacionales que han demostrado que invertir en educación y ciencia es clave para el desarrollo y la disminución de desigualdades sociales.

La colaboración de la sociedad argentina fue otro punto destacado en el documento leído al cierre de la protesta. Se agradeció profundamente el apoyo ciudadano, esencial para movilizar fuerzas y sostener los reclamos por una educación pública inclusiva y de calidad, frente a lo que consideran una política de recorte que amenaza con truncar los sueños de muchas generaciones.