En medio de la violencia policial, el Senado argentino aprobó la Ley de Bases de Milei
El gobierno del ultraderechista Milei pudo anotarse aunque sea un punto luego de seis meses de fracasos legislativos y políticos. En el medio, el pueblo protestaba contra la nueva Ley de Bases, una desgastada Ley Ómnibus y se les reprimió con brutalidad, por orden del gobierno.
Lo que sucedió en la calle: brutalidad policial, represión y ancianos rociados con gas pimienta
En un día cargado de tensión y confrontaciones, la Plaza de los Dos Congresos se convirtió en escenario de violentos enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes, incluidos legisladores de Unión por la Patria (UxP), mientras se debatía la polémica ley Bases en el Senado.
La ley Bases, impulsada por el gobierno del presidente Javier Milei, ha generado una fuerte oposición por parte de sindicatos, organizaciones sociales y agrupaciones políticas, desencadenando una jornada marcada por la agitación y la represión.
Alrededor del mediodía, la situación escaló cuando las fuerzas de seguridad avanzaron sobre los manifestantes congregados en rechazo a la ley Ómnibus. El uso de gas pimienta y la agresión física impactaron no solo a los manifestantes sino también a varios diputados que intentaban acceder al Congreso para participar en las comisiones de trabajo.
Entre los legisladores afectados se encuentran Cecilia Moreau, Carlos Castagnetto, Carolina Yutrovic, Juan Manuel Pedrini, Eduardo Valdés y Leopoldo Moreau, quienes sufrieron las consecuencias del gas pimienta y fueron trasladados a hospitales cercanos para recibir atención médica debido a quemaduras y otros efectos del gas.
La diputada Moreau describió una situación de creciente violencia, con las fuerzas de seguridad rodeando y atacando a manifestantes y legisladores opuestos a la ley Bases. El diputado Germán Martínez calificó la represión como innecesaria y desproporcionada, considerando que la manifestación se desarrollaba pacíficamente.
Dentro del recinto, la senadora Anabel Fernández Sagasti denunció la represión y responsabilizó a la vicepresidenta y presidenta de la Cámara Alta, Victoria Villarruel, por la violencia ejercida. Exigió garantías de seguridad para todos los manifestantes y solicitó información sobre el estado de salud de los diputados heridos.
En respuesta, el legislador Eduardo «Wado» de Pedro presentó una moción para que senadores dialogaran con las fuerzas de seguridad y detener la violencia. La vicepresidenta Villarruel intentó frenar estas acciones, generando un tenso intercambio en el recinto. Se acordó la conformación de una comisión para dialogar con las autoridades, mientras el debate legislativo continuó sin interrupciones.
La jornada de violencia en las afueras del Congreso dejó varios legisladores heridos y una profunda preocupación por la democracia y los derechos de manifestación. La represión policial, criticada por su brutalidad y falta de justificación, evidenció la tensión y polarización en la política argentina.
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