Milei contradice su propio discurso anticomunista y negocia con China la renovación de un préstamo
El mandatario ultraderechista argentino había dicho, en repetidas ocasiones y categóricamente, que no iba a negociar con gobiernos o países comunistas, pero una vez electo, el discurso se le vino en contra al tener que pedir dinero a Xi Jinping.
En una sorprendente contradicción con su retórica anticomunista durante la campaña, el presidente argentino, Javier Milei, ha dado un giro de 180 grados al solicitar financiamiento a China, un país que había declarado previamente como incompatible con sus principios ideológicos.
Milei parece estar dispuesto a sacrificar parte de su retórica libertaria, presuntamente inquebrantable en busca de financiamiento chino, demostrando que en política, las promesas pueden ser efímeras frente a las necesidades económicas.
«No negocio mi moral a cambio de dinero», había afirmado con firmeza incluso desde antes de ser formalmente candidato presidencial. Sin embargo, la administración de La Libertad Avanza (LLA) ahora busca con urgencia reactivar un acuerdo de intercambio por 5 mil millones de dólares que Beijing había cerrado con el gobierno de Alberto Fernández.
Según medios argentinos, citando fuentes de adentro de Casa Rosada, el círculo cercano de Milei, incluyéndolo a él, se están asesorando con Sergio Massa para saber cómo proceder en estas negociaciones con China.
Un discurso que chocó con la realidad
En apenas su tercer día en el cargo, Milei parece desvanecer sus propias restricciones ideológicas en relación con China, la potencia mundial con la que se había comprometido a evitar cualquier tipo de negociación debido a su sistema comunista.
Apenas se sentó en el sillón presidencial de Casa Rosada, el presidente ultraderechista argentino envió una carta a su homólogo chino, Xi Jinping, no solo con la intención de reparar la diplomacia que estuvo al borde del quiebre sino, principalmente, para solicitar ayuda financiera.
A través de canales diplomáticos, la administración de La Libertad Avanza (LLA) está intentando descongelar un acuerdo de intercambio por 5 mil millones de dólares que Beijing había cerrado con el gobierno de Alberto Fernández.
El primer contacto se produjo durante la asunción del pasado domingo, cuando la canciller Diana Mondino sostuvo una reunión con el enviado chino Wu Weihua, según informó un periódico porteño. En este encuentro no solo se trató el tema del intercambio financiero, sino que también se ratificó la voluntad de Argentina de mantener relaciones comerciales con el gobierno comunista.
Este no es el primer cambio de postura por parte del flamante presidente. Durante su campaña, Milei juró no hacer negocios con dos países «comunistas»: Brasil y China. Sin embargo, una vez electo, envió a Mondino al Palacio Planalto para ratificar acuerdos con el principal socio latinoamericano de Argentina. Ahora, el presidente Milei sonríe al gigante asiático.
Este cambio de dirección ocurre después de un intento inicial de mostrar firmeza y un respaldo inquebrantable a Estados Unidos, la potencia elegida como aliada debido a su afinidad ideológica.
A pesar de las declaraciones anticomunistas de Milei durante la campaña, Xi Jinping fue el primero en extender la mano tendida a través de una carta, felicitándolo por su elección y expresando su disposición a trabajar juntos para mantener la amistad entre ambos países.
Milei no tardó en devolver una respuesta, aunque con tono distante: “Agradezco al Presidente Xi Jinping las felicitaciones y los buenos deseos que me ha hecho llegar a través de su carta. Le envío mis más sinceros deseos de bienestar para el pueblo de China”.
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