emmanuela orlandi

Crímen en el Vaticano: el papa Francisco vuelve a hablar de Emanuela Orlandi a 40 años de su desaparición

“Emanuela está en el cielo”, dijo en 2013 el entonces flamante papa Francisco cuando se encontró con la familia de Emanuela Orlandi. El crimen de esta muchacha —por entonces de 15 años de edad— sigue sin resolverse, no se sabe dónde está ni las razones por las cuales sigue desaparecida.

 

“Me heló la sangre”, dijo más tarde Pietro Orlandi al diario italiano Repubblica. ¿Estaba Mario Bergoglio, recién nombrado Francisco, confirmando de forma tácita que el Vaticano sabía algo sobre su desaparición? ¿O simplemente estaba tratando de ofrecer palabras de consuelo a una familia famosa por su cruzada para encontrar a la niña desaparecida?

La Ciudad del Vaticano es uno de los estados soberanos más pequeños del mundo, con aproximadamente 100 acres de extensión, ubicados dentro de la ciudad de Roma, Italia. La mayoría de sus ciudadanos son clérigos, como sacerdotes, cardenales y obispos, pero también hay un pequeño número de empleados laicos que trabajan y viven allí junto a sus familias. La familia Orlandi ha tenido una estrecha relación con la Ciudad del Vaticano durante más de 100 años, sirviendo a siete papas como ujieres y mensajeros.

En la década de 1980, Ercole Orlandi, quien era ujier, vivía en un departamento en la Ciudad del Vaticano junto a su esposa, su hijo y sus cuatro hijas, siendo Emanuela la segunda más joven de ellas.

El caso de Emanuela Orlandi, una joven desaparecida en Roma en 1983, se ha convertido en un enigma que ha capturado la atención de Italia durante más de cuatro décadas. Sin embargo, en los últimos años, su misterio ha trascendido las fronteras nacionales y se ha vuelto un tema de interés internacional, especialmente después del lanzamiento del documental de Netflix titulado «Vatican Girl: La Desaparición de Emanuela Orlandi«. En esta serie documental, los familiares de Emanuela, su abogado, los investigadores policiales y varios periodistas italianos exploran el caso y concluyen que el Vaticano podría estar ocultando información crucial sobre la desaparición de la joven.

Las teorías de conspiración en el Vaticano no son algo nuevo. Mucho antes de que el libro El Código Da Vinci” de Dan Brown volara de los estantes, ya existían rumores de asesinato o suicidio relacionados con la muerte del Papa Juan Pablo I en 1978, quien falleció después de tan solo un mes en el papado, sin que existiera evidencia concluyente al respecto. Además, a pesar de al menos tres investigaciones, nadie ha sido acusado hasta la fecha en relación con la desaparición de Emanuela Orlandi.

La desaparición de Emanuela Orlandi ha dejado una huella imborrable en la sociedad italiana.
La desaparición de Emanuela Orlandi ha dejado una huella imborrable en la sociedad italiana.

La desaparición de Emanuela Orlandi

La tarde del 22 de junio de 1983, Emanuela salió de su casa en dirección a una lección de música en Roma. Durante la noche, llamó a su familia para informarles que un hombre le había ofrecido un trabajo temporal repartiendo folletos de una reconocida marca de cosméticos. Afirmó que llegaría tarde a casa debido a esta oportunidad laboral. Sin embargo, cuando Emanuela no regresó esa noche, su familia comenzó a preocuparse y emprendió una búsqueda desesperada. Acudieron a las autoridades, publicaron anuncios en los periódicos y colocaron carteles con la imagen de Emanuela en toda la ciudad.

Aunque Emanuela era ciudadana del Vaticano, la investigación inicial fue llevada a cabo por las autoridades italianas, ya que fue vista por última vez en Roma. En un principio, las sospechas apuntaron hacia la posibilidad de que la joven se hubiera escapado voluntariamente, pero esto no se ha confirmado ni existen pruebas que comprueben esta teoría.

La Intervención de “El Americano” y cómo el Vaticano podría estar involucrado

Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado cuando un hombre con acento estadounidense comenzó a llamar a la casa de los Orlandi poco después de la desaparición de Emanuela. Este individuo afirmaba conocer el paradero de la joven, pero sorprendentemente no solicitaba dinero como rescate. En lugar de ello, exigía la liberación de Mehmet Ali Agca, un hombre turco que previamente había intentado asesinar al Papa Juan Pablo II.

La familia Orlandi apodó a este hombre como “El Americano”. Este misterioso individuo proporcionó una grabación en la que se escuchaba la voz de Emanuela, quien pronunciaba el nombre de su escuela, y envió a los medios de comunicación una fotocopia de su carnet estudiantil, junto con una nota escrita a mano por la joven. Además, en otra cinta enviada a los medios, se podían escuchar los sollozos de una mujer joven, aparentemente llorando de dolor.

Desde el inicio del caso, ha habido numerosas especulaciones y acusaciones de que el Vaticano tiene información relevante sobre la desaparición de Emanuela Orlandi y ha decidido no compartirla públicamente. Estas teorías de conspiración se han visto alimentadas por el hecho de que, durante los diez años posteriores a la reunión entre la familia Orlandi y el Papa Francisco, este último no mencionó públicamente a Emanuela, a pesar de los reiterados llamamientos de la familia. Sin embargo, recientemente, durante su bendición dominical, el Papa Francisco expresó su cercanía a la familia Orlandi y aseguró que los tenía en sus oraciones.

El caso de la desaparición de Emanuela Orlandi sigue siendo un misterio sin resolver después de más de cuatro décadas. A pesar de las múltiples investigaciones y las diversas teorías de conspiración, la verdad detrás de este enigma se mantiene oculta. La familia Orlandi, así como muchos italianos y personas alrededor del mundo, continúan exigiendo respuestas y clamando por la justicia que tanto tiempo han esperado.

El Papa ofrece oraciones por la “La Chica del Vaticano” desaparecida hace 40 años

En declaraciones después de su oración y bendición del Ángelus el pasado 25 de junio, Francisco expresó su cercanía a la familia, sobre todo a la madre, asegurándoles, así como a todas las familias que llevan el dolor, la desaparición de un ser querido, de sus oraciones.

Estas palabras, aunque breves, significaron mucho para la familia de Emanuela, quienes las habían esperado durante mucho tiempo. Pietro Orlandi, el hermano mayor de Emanuela, presente en la Plaza de San Pedro junto a cientos de simpatizantes, describió las palabras del Papa como algo muy positivo. Para ellos, era una muestra de esperanza en medio de la incertidumbre.

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