Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy now!, democracynow.org. Soy Amy Goodman con Juan González. Mientras el secuestro de varios estadounidenses en México ha estado en las noticias, hoy analizamos una historia que ha recibido menos atención: los miles de mexicanos que siguen desaparecidos en ese país.
Recientemente, cuatro estadounidenses que viajaron a Matamoros, México, uno de ellos para recibir una cirugía plástica, fueron atacados. Dos fueron asesinados, otros dos estuvieron cautivos durante días, y antes de ser rescatados uno de ellos recibió varios disparos. Además, tres mujeres latinas de un pueblo fronterizo de Texas que cruzaron la frontera están desaparecidas desde febrero después de visitar un mercado en Montemorelos, México.
Mientras tanto, decenas de miles de mexicanos siguen desaparecidos en casos no resueltos, algunos de ellos desde hace décadas. Esto incluye un caso de 2014 que hemos seguido de cerca, el de los 43 jóvenes de la escuela para maestros de Ayotzinapa que fueron atacados y desaparecidos forzadamente.
Vamos ahora hasta Ciudad de Guatemala, donde nos acompaña Kate Doyle, analista sénior de la organización National Security Archives, quien tiene nuevos detalles sobre esta historia, extraídos de los registros sobre Ayotzinapa en los cuatro millones de correos electrónicos y archivos robados a la Secretaría de la Defensa Nacional de México por un colectivo anónimo de piratas informáticos conocido como “Guacamaya”. Doyle es coproductora del podcast del medio Reveal “Después de Ayotzinapa” y acaba de publicar un informe como parte del trabajo de su organización en este caso.
Kate, bienvenida de nuevo a Democracy Now!. ¿Puede hablar de lo que descubrió sobre lo sucedido con los 43 de Ayotzinapa, y de la atención que se presta desde Estados Unidos cuando ciudadanos estadounidenses son secuestrados y asesinados en México?
KATE DOYLE: Claro, Amy. Mucho gusto. Buenos días a ti y a Juan. Bueno, los documentos que encontramos dentro de las filtraciones de Guacamaya indican que la misma impunidad que domina todos los casos, los miles de casos de personas desaparecidas en México también, por supuesto, dominó y sigue dominando el caso Ayotzinapa, la desaparición forzada de 43 estudiantes de la [Escuela Normal Rural de Ayotzinapa]. Unos de los documentos que nos indican las actitudes hacia la escuela al principio, son documentos de los años 2006 y 2007 de vigilancia, de espionaje. Había, es muy claro, había infiltración de la escuela en ese entonces y sigue hoy. Y los documentos, los informes de inteligencia, pintan la escuela, los estudiantes y sus padres, sus representantes legales, las organizaciones de derechos humanos que representan a los estudiantes y los padres, como subversivos, dicen que la escuela está penetrada de ideas extranjeras, etcétera, un lenguaje de contrainsurgencia. Siempre el Ejército de México ha considerado la escuela dentro de ese marco.
Entonces, la gran mayoría de los documentos que hemos encontrado muestran no solo la omisión de acción por parte del ejército durante la noche de los ataques, durante las desapariciones forzadas de los estudiantes en 2014, sino también un esfuerzo deliberado y coordinado dentro del Ministerio de la Defensa de México para protegerse, para obstaculizar las investigaciones y asegurar que sus soldados no iban a [ser] entrevistados o investigados por el Gobierno, ni los expertos internacionales, investigadores de afuera. Y hay muchos más detalles en estos documentos, pero eso te da un poco de la idea.
JUAN GONZÁLEZ: Kate yo quería preguntarle. Cuando Andrés Manuel López Obrador estaba haciendo su campaña para la presidencia, él prometió resolver el caso de los estudiantes de Ayotzinapa. ¿Los documentos de Guacamaya indican un cambio en los militares o en el Gobierno después de que AMLO subió al poder?
KATE DOYLE: Gracias, Juan. Sí, tienes toda la razón. Cuando el presidente López Obrador tomó [el cargo] en 2018, él prometió públicamente y fuertemente su apoyo incondicional a los padres y prometió que él resolvería el caso, o sea, con una nueva investigación, con una comisión de la verdad. Él también llamó a todas sus dependencias, incluso el Ejército de México, [para] cooperar, contribuir, abrir cualquier información necesaria a los investigadores. Y es evidente, de estos documentos de Guacamaya, que aunque el Ministerio del secretario de la Defensa, primero Cienfuegos en aquel entonces, en la época de las desapariciones de 2014-2015, y su sucesor, el secretario Crescencio Sandoval, ambos tenían un discurso público apoyando las investigaciones, pero atrás de la cortina, en sus documentos secretos, sus comunicaciones entre ellos, [era] otra cosa completamente, incluso en las comunicaciones internas durante el Gobierno actual de Andrés Manuel López Obrador.
Entonces, por ejemplo, Juan, el secretario de la Defensa, Crescencio Sandoval, dijo públicamente en un evento en 2020 que estaba absolutamente dispuesto a abrir todos sus archivos a los investigadores. También había, todavía siguen siendo, militares, muy pocos, cuatro hasta el momento, encarcelados, esperando sus juicios, acusados de vínculos al crimen organizado en este caso y también a las desapariciones de los jóvenes. Y dice que apoya cualquier resultado de la investigación. Internamente, el mismo secretario de la Defensa, Crescencio Sandoval, escribió, igual en 2020, una carta personal al presidente López Obrador, en efecto pintando uno de los soldados encarcelados, acusado en el crimen de la desaparición, pintándole como una persona inocente, que no tiene nada que ver con este caso, que pobrecito, tiene un hijo de dos años y le hace falta. O sea, hay un doble discurso, es cierto, por parte de los militares hacia este caso.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Y puede comparar los esfuerzos del Gobierno en estos casos, especialmente los militares, con los eventos recientemente de los cuatro norteamericanos que fueron secuestrados y asesinados en Matamoros?
KATE DOYLE: Claro, Juan. Bueno, por un lado, qué bueno, qué bueno saber que los investigadores mexicanos pueden producir resultados en casos de violencia de crimen organizado, porque en el caso de los cuatro norteamericanos atacados, matados dos y secuestrados, como dices, el Gobierno inmediatamente puso todos los recursos para resolver el caso, investigar los responsables.
Y no solo el Gobierno, Juan, sino también el grupo de criminales organizados responsable. Ellos también escribieron una carta nombrando la gente involucrada de su grupo criminal, nombrando los responsables en los ataques contra los americanos. Entonces, evidentemente, cuando no quieren que haya impunidad, no hay impunidad. Pero en los casos, la gran mayoría, casi, casi todo de los casos de los mexicanos desaparecidos, que ahora creo que [son] más de 112.000 personas documentadas con nombre desaparecidas en México, en la gran mayoría de estos casos no hay justicia, no hay una búsqueda, no hay una investigación sólida y eso deja decenas de miles de personas, familiares, colegas, amigos, hijos, hijas, sin nada sobre sus seres queridos. Entonces es un contraste muy fuerte y triste.
AMY GOODMAN: ¿Conoce usted y conoce la gente lo que ocurrió? Los investigadores mexicanos dicen exactamente lo que sucedió con los 43 de Ayotzinapa. ¿Puede también hablar sobre la importancia de tener acceso a los registros militares y policiales en México, y sobre qué está usted investigando?
KATE DOYLE: Absolutamente. Pues mira, Amy, la investigación del Gobierno anterior bajo el presidente Enrique Peña Nieto fue una investigación falsa, una investigación fabricada, [unos] resultados o una resolución inventada. Y solo cuando llegó el nuevo presidente, López Obrador, y ordenó la creación de una oficina de un procurador especial en el caso, una nueva investigación, una comisión de la verdad, nuevas búsquedas, todo, solo entonces, solo ahí [empezaron] realmente investigaciones sólidas en este caso. Pero aún con todo eso y aún con una declaración, orden, sí podemos decir, directa por parte del presidente, tanto pública como bajo puertas cerradas a sus dependencias, su Gobierno, su Ejército, de compartir cualquier información, cualquier documento, archivo, con los investigadores, es evidente, Amy, leyendo estos documentos —esos pocos documentos que hemos encontrado, porque solo estamos comenzando nuestra investigación de los “Guacamaya Leaks”—, es evidente que los militares no dieron todos sus archivos, no abrieron todas sus puertas a los investigadores.
Y yo sé, por una fuente dentro de la investigación actual, que los investigadores ahora, hoy mismo, no tienen la mayoría de los documentos que pusimos en nuestro sitio web el viernes. Entonces es muy claro que los militares siguen escondiendo información de la investigación en la desaparición de los 43.
AMY GOODMAN: Y finalmente, Kate, ¿quiénes son los piratas informáticos de Guacamaya que han obtenido toda esta información militar y de inteligencia?
KATE DOYLE: Bueno, es un grupo anónimo, no puedo decir porque no se han declarado quiénes son, por supuesto. Pero lo que sí dicen es que su jaqueo, su decisión de robar —porque es un robo de información de estos sistemas de computador de los militares, no solo en México, sino también en Perú, El Salvador, Chile, creo que hay cinco países, información de las instituciones de la defensa, las fuerzas de seguridad en todos estos casos—, ellos mismos dicen, Guacamaya dice que su decisión de publicar estos documentos es para desafiar la represión de muchos Gobiernos en América Latina, el uso de una institución de los Gobiernos, la institución castrense como un arma contra sus propios ciudadanos con espionaje, con violencia, con desapariciones forzadas.
Entonces, hay una intención muy bien y explícitamente manifestada por el grupo de que este acto de jaquear los documentos de los Ejércitos es un acto de resistencia.
AMY GOODMAN: Kate Doyle, muchas gracias por estar con nosotros. Analista sénior de la organización National Security Archive que trabajó con su equipo para examinar los registros relacionados con el caso Ayotzinapa que se encuentran entre los cuatro millones de correos electrónicos y archivos robados a la Secretaría de la Defensa Nacional de México por un colectivo anónimo de piratas informáticos conocido como “Guacamaya”.
Su organización acaba de publicar un nuevo informe con sus hallazgos. El año pasado, Kate coprodujo el podcast “Después de Ayotzinapa” en el medio Reveal del Center for Investigative Reporting como parte del trabajo de su organización en este caso.
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