Las tarifas de transporte de contenedores por barco se desploman 75% desde los precios “pandémicos”

Las más importantes empresas de transporte marítimo internacional están ordenando la cancelación de decenas de viajes de sus buques de contenedores durante lo que es normalmente su temporada alta, previa a las fiestas de fin de año.

Las cancelaciones se dan en un ambiente de alta demanda, cuando el comercio global busca estabilizarse y acercarse a los niveles prepandémicos. Durante esa crisis sanitaria global, la falta de espacio hizo que las tarifas de transporte de algunos contenedores pasaran a costar, por ejemplo, hasta US$19.000 en 2020 y 2021, bajando a inicios de 2022 hasta el entorno de los US$14.500. Ahora, se ha desplomado hasta ubicarse en un promedio de US$3.900 (según datos de Freight Baltic Index).

Estaríamos hablando de un desplome de hasta un 75% en las tarifas de shipping de contenedores.

Durante las dos primeras semanas de octubre, ya están cancelados al menos unos 40 viajes programados a la costa oeste de los Estados Unidos desde Asia, y 21 a la costa este también desde el mismo origen.

“En la primera semana de octubre, se eliminará un tercio de la capacidad previamente anunciada y, para la segunda semana, será alrededor de la mitad”, dijo al Wall Stree Journal Peter Sand, analista jefe de Xeneta. “El ritmo de descenso en las últimas semanas ha sido muy rápido y parece que los transportistas malinterpretaron los bajos volúmenes de una temporada alta inexistente”. 

Situación generalizada

 

También hay una situación compleja en las empresas de carga aérea: la multinacional FedEx dijo recientemente que cancelaría vuelos y estacionaría algunos aviones debido a una fuerte caída en los volúmenes de envío. Empresas internacionales, como Nike Inc., dijo que están estancados con un 65% más de stock que el año pasado en Norteamérica, por lo que recurriría a rebajas para poder moverlo.

La erosión de las condiciones económicas mundiales, desde la guerra en Ucrania hasta el cierre de fábricas en China, ha asestado un duro golpe a la actividad comercial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó sus previsiones de crecimiento global del PIB varias veces este año, y los precios al consumidor se han disparado tanto en países en vías de desarrollo como en los desarrollados, incluyendo aquellos que no están acostumbrados a la alta inflación como Estados Unidos y la Unión Europea.