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McDonald’s anuncia su retiro total de Rusia y absorbe pérdida de US$1.400 millones

La cadena de comidas rápidas se suma a la oleada de marcas internacionales que abandona Rusia después de que Putin lanzara la guerra en Ucrania.

El logotipo de McDonald's en Rusia está adaptado al alfabeto cirílico. Foto: Flickr / Sandra Cohen-Rose
El logotipo de McDonald’s en Rusia está adaptado al alfabeto cirílico. Foto: Flickr / Sandra Cohen-Rose

Este lunes 16 de mayo la empresa estadounidense de comidas rápidas McDonald’s anunció que puso a la venta la totalidad de sus operaciones en Rusia aduciendo que “la crisis humanitaria causada por la guerra en Ucrania y el precipitante entorno operativo impredecible han llevado a McDonald’s a concluir que la propiedad continua del negocio en Rusia ya no es sostenible, ni es consistente con los valores de McDonald’s”.

El director ejecutivo de la firma, Chris Kempczinski, dijo en el comunicado de prensa que estaban orgullosos de los más de 60.000 trabajadores en Rusia y que la decisión fue “extremadamente difícil”, pero que “nuestro compromiso con nuestros valores significa que ya no podemos mantenernos allí».

La salida tiene un peso simbólico importante porque esta cadena fue una de las primeras marcas occidentales en establecerse en Rusia en 1990, en Moscú, justo antes de que la Unión Soviética colapsara para dar paso a la reconstrucción nacional que derivó en la Federación Rusa.

El adiós era ya de por sí la crónica de una muerte anunciada, porque el 8 de marzo habían frenado temporalmente todas sus operaciones en sus más de 850 restaurantes ubicados en todo el país, pocos días después de que Vladimir Putin ordenara una incursión militar en territorio de Ucrania que ya supera los 80 días ininterrumpidos de ataques.

A los empleados se les seguirá pagando hasta que termine la transacción, y esperan que gran parte de la fuerza laboral sea trasladada a los nuevos dueños que operen los restaurantes.

Como parte de la salida, la empresa espera registrar una pérdida de entre US$1.200 y US$1.400 millones.

Seguidilla de salidas

Desde que arrancó la guerra en Ucrania, se han marchado de Rusia diversas marcas occidentales, entre las que destacan las productoras de bebidas Coca-Cola y Pepsi, así como la plataforma de streaming Netflix que dejó de estar disponible para sus abonados en el país.

También cerraron Levi’s, Burberry, Ikea y Unilever, mientras que otras empresas globales siguen evaluando si deben mantener sus lazos con Rusia en medio de decenas de sanciones impuestas sobre el Kremlin, sus funcionarios y sus movimientos de comercio internacional.

Las sanciones también han hecho que sea ilegal que las empresas de EE.UU., la Unión Europea o el Reino Unido presten servicios a algunas de las empresas rusas más grandes, incluidos bancos como Sberbank, Gazprombank y VTB.

 

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