Líderes del G20 respaldan los impuestos para transnacionales y prometen más vacunas para países pobres

Los líderes de las 20 economías más grandes del mundo se reunieron este sábado en Roma, Italia, y acordaron respaldar la implementación de un impuesto mínimo global destinado a evitar que las grandes multinacionales oculten ganancias en paraísos fiscales y como un intento de redistribución de la riqueza para que no se acumule en pocas manos.

El impuesto acordado es del 15% y la propuesta ya recibió el respaldo de más de 140 países de todo el mundo, y cada nación debe promulgar legislaciones que lo pongan en funcionamiento. Se espera que esté incluido en el comunicado final de la reunión del G20.

“Hoy, todos los jefes de estado del G20 aprobaron un acuerdo histórico sobre nuevas reglas fiscales internacionales, incluido un impuesto mínimo global que pondrá fin a la carrera hacia abajo en los impuestos corporativos”, dijo la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, en nombre del gobierno de Joe Biden cuyo respaldo es considerado histórico siendo que el país norteamericano tiene una tradición de liberalismo y neoliberalismo económico.

Más vacunas para el tercer mundo

La cumbre inició con la disertación del primer ministro italiano, Mario Draghi, anfitrión de la conferencia de dos días que termina este domingo, quien pidió que se aumente la velocidad de entrega y la cantidad de vacunas para países pobres.

Para Draghi, la brecha global de vacunas contra el COVID-19 es “moralmente inaceptable” y remarcó que solo el 3% de las personas en los países más empobrecidos están totalmente vacunadas contra un 70% en las naciones ricas que han recibido al menos una dosis. Estas diferencias, agregó “socavan la recuperación global”.

Draghi instó a sus homólogos del G20 a “hacer todo lo posible” para cumplir el objetivo de la OMS de vacunar al 70% de la población mundial para mediados de 2022.

Se espera que el G20 se comprometa también con este objetivo al cierre de la cumbre. Los líderes de los veinte países más poderosos del mundo se reunieron cara a cara por primera vez desde la pandemia. El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par chino, Xi Jinping, participaron por videoconferencia.