Aumento del trabajo infantil: 8,4 millones más que hace cuatro años
UNICEF y la Organización Internacional del Trabajo afirman que 9 millones de niños se han visto obligados a trabajar, expuestos a distintos riesgos, debido a la pandemia de COVID-19.
Por Nicolás Cella | Redactor periodístico
El pasado 10 de junio de 2021, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentó un informe que detalla que el trabajo infantil ha aumentado a un total de 160 millones de niños en todo el mundo, más una inestimable cantidad que se encuentra en riesgo por la crisis provocada por el COVID-19.
El 12 de junio, conmemorando el Dia Mundial contra el Trabajo Infantil, UNICEF publicó el informe “Trabajo infantil: evaluación mundial de 2020, las tendencias y el camino hacia adelante”, en el mismo, se destaca el hecho de que por primera vez en los últimos 20 años se detuvo el descenso en la tasa de trabajo infantil.
El Director General de la OIT, Guy Ryder afirmó: “No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras una nueva generación de niños corre peligro. La protección social inclusiva permite a las familias mantener a sus hijos en la escuela incluso ante las dificultades económicas”. Además, agregó: “Es fundamental aumentar la inversión en desarrollo rural y trabajo decente en la agricultura. Este es un momento para renovar el compromiso y la energía, para dar la vuelta a la esquina y romper el ciclo de la pobreza y el trabajo infantil”.
En regiones como el África subsahariana las continuas crisis han arrastrado a 16,6 millones de niños al trabajo infantil. En América Latina, el Caribe, Asia y el Pacífico la tasa se había logrado reducir desde 2016, pero la crisis por el COVID-19 pone en gran riesgo este logro. El informe pronostica que 9 millones de niños están en peligro debido a la pandemia. Incluso, si no se les brinda la cobertura de protección social adecuada, este número podría crecer hasta 46 millones.
La educación es la clave
La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, dijo: “En un segundo año de bloqueos globales, cierres de escuelas, trastornos económicos y presupuestos nacionales reducidos, las familias se ven obligadas a tomar decisiones desgarradoras. Instamos a los gobiernos y los bancos internacionales de desarrollo a que den prioridad a las inversiones en programas que pueden sacar a los niños de la fuerza laboral y volver a la escuela”.
Entre otras propuestas para revertir la situación, la OIT y UNICEF piden que todos los niños vuelvan a la escuela y que se brinde un aumento en inversión por una educación de calidad. Se pide la promoción de trabajo decente para los adultos, con el fin de que las familias no recurran a los niños para generar ingresos. Finalmente, se pide la inversión en infraestructura de sistemas de protección infantil.
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