Ya son 25.000 los muertos por coronavirus en Brasil, pero Bolsonaro sigue en negación
El gigante sudamericano es el segundo más afectado en el mundo por la pandemia, pero Bolsonaro sigue desafiando a los gobernadores estatales e incita a los ciudadanos a hacer caso omiso de las cuarentenas obligatorias.
El coronavirus ya mató a más de 25.000 personas en Brasil, que mira el avance de la pandemia a pasos agigantados mientras el gobierno del ultraderechista Jair Messias Bolsonaro ve las medidas de confinamiento y aislamiento social como una amenaza a la economía.
Los datos publicados por el Ministerio de Salud brasileño el miércoles reportaron 1.086 nuevos decesos en 24 horas, totalizando 25.598, siendo así el sexo país en el mundo con más víctimas mortales.
«En Sudamérica, estamos particularmente preocupados porque el número de casos nuevos reportados la semana pasada en Brasil fue el más alto en un periodo de siete días desde que comenzó el brote», dijo el martes la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Ettiene.
Con 89.483 casos y 6.712 fallecidos, Sao Paulo sigue siendo el estado más impactado por el COVID-19. Le siguen Río de Janeiro, con 42.398 infectados y 4.605, Ceará (37.275 y 2.671), y Amazonas (33.508 y 1.891).
A pesar de los números, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, anunció el miércoles que reabrirá gradualmente la economía desde el 1° de junio. “Mantendremos la cuarentena hasta el 15 de junio, pero con la retomada de algunas actividades económicas”, señaló Doria en una rueda de prensa junto al alcalde de Sao Paulo, Bruno Covas.
Bolsonaro inamovible
Brasil reportó su primer caso de coronavirus el 25 de febrero de 2020, y desde entonces los números han crecido a pasos agigantados. Sin embargo, el presidente Bolsonaro reniega de la ciencia y contradice constantemente tanto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) como a las mismas autoridades sanitarias de su gobierno. En lo que va del año le renunciaron dos ministros de Salud -Henrique Mandetta y Nelson Teich- y ahora la cartera la dirige un militar sin formación científica ni experiencia, Eduardo Pazuello, quien en su primera semana a cargo incluyó el uso de la potencialmente legal hidroxicloroquina en pacientes con síntomas leves, haciendo caso de una orden del mismo Bolsonaro.
Se hace rodear de sus seguidores, cientos o miles de ellos, se toma selfies con ellos sin barbijo y sin distanciamiento social e incluso arenga a la gente a que viole la cuarentena y deje de hacer caso a las recomendaciones de la OMS. Se le ha visto besando y cargando en brazos a niños y abrazando a personas de la tercera edad sin ninguna protección.
Sobre los gobernadores que impusieron cuarentena, dijo: «¡Estos tipos quieren nuestras hemorroides! ¡Nuestra libertad! Eso es una verdad. es lo que esos tipos hicieron con el virus, esa mierda de gobernador de Sao Paulo, ese estiércol del de Rio de Janeiro», vociferó Bolsonaro en una reunión ministerial el pasado 22 de abril y que que quedó registrada en video que fue divulgado por la Justicia.
«Es por eso que quiero que el pueblo se arme, que es la garantía de que un hijo de puta no va a aparecer para imponer una dictadura aquí», añadió el ultraderechista, abierto partidario de la liberalización total del porte de armas.
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