Estados Unidos carece de «plan maestro» para enfrentar la pandemia, asegura experto en salud
Rick Bright dirigió una vez la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico, la agencia gubernamental que supervisa los esfuerzos de vacunación.
Rick Bright es un destacado y respetado virólogo en los Estados Unidos y dirigió la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico, la agencia gubernamental que supervisa los esfuerzos de vacunación que se realicen en el país.
Bright manejaba dicha institución hasta el mes pasado, cuando el presidente Donald Trump lo retiró abruptamente de su cargo, como ha hecho con varias autoridades médicas que lo contradicen.
Durante una deposición a la que fue convocado en el Parlamento, el científico dijo que Estados Unidos carece de un «plan maestro» y advirtió a los congresistas de una segunda oleada de contagios: «Probablemente habrá un resurgimiento de COVID-19 este otoño y se agravará en gran medida por los desafíos de la influenza estacional», dijo. «Sin una mejor planificación, 2020 será el invierno más oscuro de la historia moderna».
«En primer lugar, debemos ser sinceros con el pueblo estadounidense. Los estadounidenses merecen la verdad. La verdad debe basarse en la ciencia. Tenemos los mejores científicos del mundo. Lideremos», continuó.
La política contra la ciencia
Su testimonio destacó la batalla contra la ciencia que lidera el presidente Trump, quien ignora y contradice sistemática y repetidamente a la comunidad científica, lo que ha provocado que el país tenga casi un millón y medio de casos de COVID-19, más o menos un tercio del total mundial. y han muerto 86.900, poco más de un cuarto del total global.
El doctor Bright denunció que se convirtió en el blanco de críticas cuando activó las alarmas sobre la gravedad de la pandemia en enero, cuando apenas habían unos pocos casos en el estado de Washington.
Sus repetidas advertencias sobre la falta de equipo médico y de un sistema de salud pública endeble, asevera, fueron ignoradas y que por eso se perdieron decenas de miles de vidas.
Citó los correos electrónicos que recibió de un importante proveedor médico de los EE.UU. «que indicaban que nuestro suministro de mascarilla, nuestro suministro de respirador N-95 estaba completamente diezmado».
«Desde ese momento supe que íbamos a tener una crisis para los trabajadores de la salud porque no estábamos tomando medidas. Esa fue nuestra última oportunidad para activar esa producción a fin de salvar las vidas de nuestros trabajadores de la salud, y no lo hicimos», agregó.
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