Crisis en Brasil: Bolsonaro, la renuncia de Moro y pedidos de impeachment
Siete exministros de Salud brasileños denunciaron al mandatario ante la ONU por "actitud genocida", mientras que Moro lo acusa de querer meter la mano en la Justicia.
La renuncia de Sergio Moro golpeó duro al núcleo militarista del gobierno de Jair Messias Bolsonaro, el mandatario ultraderechista que gobierna Brasil con mano dura pero ignorando sistemática y repetidamente la ciencia en cuanto a la pandemia del coronavirus.
Brasil, que ya tiene más de 4.100 muertos y 60.300 infectados por el COVID-19, se hunde en una crisis de salud pública mientras que el presidente sigue negando que se trate de una pandemia. Para él se trata apenas de una «gripecita» y se muestra visitando a sus seguidores sin respetar ninguna de las recomendaciones de las autoridades de salud.
A pesar del oscuro escenario, la preocupación del capitán retirado devenido en presidente es contener la crisis política que se le viene encima, que comenzó con los pleitos con el exministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, al que despidió porque lo contradijo y lo retó en varias ocasiones. Luego Bolsonaro se distanció de los gobernadores estatales al criticar las cuarentenas y medidas de aislamiento social impuestas por estos y, para rematar, la situación comienza a empeorar con la renuncia en las últimas horas del ahora exministro de Justicia, Sergio Moro.
Moro es una respetada figura anticorrupción dentro de Brasil y manejó el monumental caso del Lava Jato. Antes de irse dejó una bomba que sacudió los cimientos del gobierno: acusó al presidente de intentar controlar y amañar investigaciones de la Policía Federal que se llevan adelante contra políticos cercanos y parientes suyos.
También lo acuso de echar con estos fines al comisario Mauricio Valeixo, director de la Policía Federal, lo que fue para Moro la gota que derramó el vaso y lo que finalmente lo motivó a renunciar.
Bolsonaro le respondió por redes sociales a Moro, quien renunció dando una conferencia de prensa con medios de todo el mundo. Le recordó al exministro el «apoyo» que le dio cuando fue golpeado por la revelación de conversaciones telefónicas hechas en sus tiempos de magistrado de la mayor operación anticorrupción de Brasil, el Lava Jato, que mostraron relaciones impropias con fiscales para encaminar investigaciones.
Moro no se quedó callado: “sobre el reclamo en la red social del Sr. Presidente respecto a la supuesta ingratitud, también apoyé al Presidente de la República cuando él fue atacado. Pero preservar a la Policía de interferencia política es una cuestión institucional, de Estado de Derecho, y no de relacionamiento personal”.
¿Impeachment en camino?
Mientras todo esto sucede, un grupo de exministros de Salud brasileños han acusado a Bolsonaro de llevar adelante un «potencial genocidio» por la forma en que ha manejado la pandemia del coronavirus.
No ha seguido las recomendaciones de las autoridades sanitarias nacionales ni de los científicos brasileños y mucho menos las de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Humberto Costa, José Saraiva Felipe, José Gomes Temporão, Agenor Álvares, Alexandre Padilha, Arthur Chioro y Marcelo Castro, todos ex titulares de Salud durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, manifestaron su “indignación y total desacuerdo” con las políticas del líder ultraderechista ante la pandemia, por lo que indicaron sentirse obligados a “denunciar los graves efectos nocivos”.
En su denuncia remarcaron que Bolsonaro ha minimizado la crisis y negado evidencia científica.
Para cerrar la lista de complicaciones, ya se pide que se le lleve a un juicio político, o impeachment, el mismo mecanismo que separó de su puesto a la expresidente Dilma Rousseff.
Una de las voces que pidió el impeachment fue Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente y exsindicalista metalúrgico, quien alertó que durante la pandemia ha regresado «la pesadilla del hambre» a Latinoamérica.
Acusó a Bolsonaro de cometer no solo «tonterías» sino también «varios crímenes graves». Pidió al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, que tramite algunas de las varias peticiones de juicio político ya que, ante las pruebas existentes, se justifica su destitución.
«el presidente de la República (Bolsonaro) carece de una orientación. No tiene una política correcta para luchar contra el coronavirus porque no creía en él; prefería creer en las tonterías que Trump decía. Prefirió decir que el coronavirus era una gripecita y que si él resultase infectado no le pasaría nada porque era un atleta. Llegó a decir que era una tontería, una cosa de terrorismo, construido por China. Pero Trump rápidamente aprendió la lección: no se bromea con lo que no se conoce (…). El Estado brasileño debería además garantizar que las personas que necesitan estar aisladas y las que no tienen dinero reciban de parte del Estado una contrapartida. El mundo entero lo está haciendo», dijo en una entrevista con un medio local.
Ya son varios los pedidos de juicio político contra el presidente quien sigue negando que el mundo esté ante una pandemia global que dejará al mundo en una situación ciertamente complicada.
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