El papa Francisco absolvió al sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal de las censuras canónicas
Treinta y cinco años después, el Vaticano levanta el castigo al religioso y otrora militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
El sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal fue “absuelto de todas las censuras canónicas impuestas” de acuerdo a una decisión adoptada por el papa Francisco.
La decisión llega 35 años después de que Juan Pablo II lo castigara, en 1984, con la suspensión “del ministerio debido a su militancia política” en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Cardenar participó en la revolución sandinista, aunque hoy se suma a quienes rechazan el régimen de Daniel Ortega. Actualmente tiene 94 años de edad y se encuentra internado en el Hospital Vivian Pellas de la capital nicaragüense afectado por una infección renal y si bien su estado de salud es delicado, no requiere cuidados intensivos.
A través de un comunicado el embajador del Vaticano en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, informó que el Papa adoptó la decisión teniendo en cuenta que “el religioso aceptó la pena canónica que le fue impuesta y se ha atenido siempre a ella, sin llevar a cabo ninguna actividad pastoral. Además había abandonado desde hace muchos años todo compromiso político”.
Comunicado enviado de la Nunciatura Apostólica en Nicaragua sobre el Sacerdotes Ernesto Cardenal. #ArquidiocesisdeManagua //t.co/nsSkXPgvS4 pic.twitter.com/sd4RY7dmFR
— Arquidiócesismanagua (@arquimanagua) 18 de febrero de 2019
Debido a la sanción eclesiástica que le fue aplicada Cardenal no realizó actividades pastorales, no celebró la liturgia sacramental ni impartió ningún otro sacramento durante los últimos 35 años.
En 1984 el papa Juan Pablo II le impuso la pena eclesiástica a Ernesto Cardenal, a su hermano Fernando, sacerdote jesuita, y al cura Miguel D’Escoto, dado que los tres estaban enrolados en el FSLN y ocuparon cargos ministeriales en el gobierno que entonces encabezada Daniel Ortega, quien también ahora ejerce la presidencia de Nicaragua.
El papa Juan Pablo II amonestó públicamente a Cardenal en el aeropuerto Augusto Sandino durante su primera visita a Managua, el 4 de marzo de 1983. Para Cardenal fue “injusta la reprimenda del Papa”, y aseí lo manifestó en su libro La revolución perdida, merecedor del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2012.
El año pasado, en medio de las protestas antigubernamentales en Nicaragua, Cardenal exigió a su ex compañero Daniel Ortega que «pare inmediatamente esta represión que está sufriendo nuestro pueblo. Desde hace ya varios meses hemos tenido masacres en todo el país, y secuestros, prisioneros, torturas».
Tras conocer la noticia de su absolución, que le había sido notificada el pasado domingo, Cardenal celebró una misa desde la cama del hospital.
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