Puigdemont vuelve a Bélgica y sigue adelante con la lucha independentista
El depuesto presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, se comprometió el sábado en Bélgica a "defender la justa causa del pueblo catalán". Se encontró con su sucesor en el cargo presidencial, Quim Torra.
Carles Puigdemont volvió a Bélgica para encontrarse con el actual presidente de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra. «Este no es el final de mi viaje. Viajaré a la última esquina de nuestro continente para defender la justa causa del pueblo catalán», dijo en las oficinas de la delegación de Cataluña en Bruselas, dejando en evidencia que sus planes por que la región sea independiente no han mermado.
La tarde del sábado viajó con su delegación a la ciudad de Waterloo, conocida por la batalla en la que el emperador francés Napoleón Bonaparte perdió una gran batalla antes fuerzas aliadas europeas en 1815, en donde dio otra conferencia.
El ex líder regional de 55 años tiene la intención de establecer un «consejo republicano» en su base de Waterloo para seguir luchando por la independencia de Cataluña, así como una asamblea compuesta por funcionarios locales para trabajar en paralelo con el gobierno catalán.
Trabajando en el exilio
Puigdemont fue removido por el gobierno del entonces presidente español Mariano Rajoy después del fallido intento de secesión por parte de Cataluña el pasado 27 de octubre de 2017.
Fue arrestado en Alemania el pasado marzo a su regreso de un viaje a Finlandia, pero fue liberado bajo fianza y un tribunal alemán dictaminó que solo podía ser extraditado a España por cargos de corrupción y no por «rebelión», que es la causa que argumentó la justicia española.
«Mi actividad política se basará en Bélgica, con el objetivo de cumplir el mandato de la gente» para una Cataluña independiente, dijo Puigdemont en Berlín cuando anunciaba su regreso esta semana.
Desde Bélgica, Puigdemont podrá viajar a donde quiera, excepto a España, donde todavía es buscado por rebelión, que conlleva una pena de hasta 25 años en la cárcel, y por malversación de fondos públicos.
En teoría, podría permanecer en autoexilio durante 20 años, plazo que para el sistema legal de España es el límite de tiempo después del cual el cargo de rebelión queda sin efecto.
Aunque el poder ahora está oficialmente en manos de Torra, Puigdemont continúa ejerciendo una gran influencia en la región y, de hecho, Torra lo sigue considerando el «presidente legítimo» de Cataluña.
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