BRASIL

Avanza la militarización de Río de Janeiro en el Congreso, y se suspende la reforma previsional

La reforma del sistema de jubilaciones y pensiones, una prioridad del presidente Michel Temer, quedó suspendida en el Congreso debido a la intervención militar en el estado de Río de Janeiro, vigente hasta diciembre.

Avanza la militarización de Río de Janeiro en el Congreso, y se suspende la reforma previsional.
Avanza la militarización de Río de Janeiro en el Congreso, y se suspende la reforma previsional.

El Gobierno de Brasil anunció este lunes la suspensión de la tramitación en el Congreso de su reforma del sistema de jubilaciones y pensiones, una prioridad del presidente Michel Temer, debido a la intervención militar en el estado de Río de Janeiro.

Temer considera esa reforma como vital para el saneamiento de las cuentas públicas del país y para su recuperación económica.

El presidente del Congreso Nacional, Eunício Oliveira (MDB-CE), solicitó a la Mesa Directiva de la Casa que suspenda la tramitación de todas las propuestas de enmienda a la Constitución (PEC) mientras esté vigente el decreto de intervención federal en Río de Janeiro, previsto hasta diciembre.

El Gobierno de Brasil tenía como fecha límite definida votar la reforma de pensioens en febrero, pero tras el decreto de intervención eso no se puede realizar. Analistas políticos señalan que la suspensión se debe en realidad a que la medida no contaba con el apoyo suficiente como para ser aprobada.

Oliveria participó de una reunión de los Consejos de Defensa Nacional y de la República, y explicó que obedecen a las leyes que impiden que los legisladores aprueben enmiendas constitucionales, incluyendo la reforma de las pensiones.

«Ninguna PEC tramitará, no necesita la oposición entrar con solicitud de liminar, absolutamente nada, porque ninguna PEC tramitará. El mandamiento constitucional en el Artículo 60, ítem 1, determina que, en estado de sitio, en estado de defensa o en intervención, ninguna PEC podrá tramitar, por lo que no habrá cambio en la Constitución «, resaltó.

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El presidente del Senado señaló que, políticamente, no sería posible revocar el decreto y firmar otro a continuación para beneficiarse de la aprobación de cualquier materia en el Congreso. «Ni el presidente Temer ni nadie hará que el presidente del Senado y del Congreso Nacional cambie la posición por conveniencia. (…) Si él revoca [el decreto], se extingue la intervención en el estado de Río de Janeiro automáticamente. Entonces, para hacer una nueva intervención yo no sé si tendría la condición política de hacerlo, tendría que hacer todo el trámite nuevamente. Entonces, ¿qué iba a decir la sociedad, qué decimos en el Consejo? Que no había necesidad de intervención. Y es necesaria», argumentó.

Dl ministro de la Secretaría de Gobierno, Carlos Marun, dijo que no hay seguridad jurídica para interrumpir provisionalmente la intervención en Río de Janeiro para poder votar la reforma.

Finalmente en la madrugada del martes la intervención militar de Temer fue ratificada en la Cámara de Diputados por 340 votos a favor y 72 en contra. Hoy se votará en el Senado.

Movilización popular

Mientras tanto varias ciudades de Brasil llevaron adelante este lunes una huelga general contra la reforma jubilatoria.

Miles de trabajadores salieron a las calles en rechazo a esa medida que entre otras cosas, establece la edad mínima de jubilación en 65 años para los hombres y 62 para las mujeres, cuando hasta el momento los varones se pueden retirar con 35 años de cotización y las féminas con 30, sin límite de edad.

De acuerdo a la Central Única de Trabajadores (CUT), el nuevo marco legal requeriría 49 años de contribución para tener acceso a la jubilación total, con lo cual los jóvenes tendrán que empezar a trabajar a los 16 años para jubilarse a los 65.

#QueroMeAposentar (#QuieroJubilarme) fue el lema y el ‘hashtag’ de la movilización organizada por gremios laborales como la CUT, la Central de Trabajadores Brasileños (CTB), Força Sindical, Intersindical, Nueva Central y la Unión General de Trabajadores (UGT), una iniciativa a la que se han adherido empleados de sectores como la salud, la banca, el transporte, la educación o la metalurgia.

Los brasileños también han manifestado su preocupación por la militarización en Río de Janeiro, ya que puede ser usada para encubrir abusos contra líderes sociales y las favelas, así como la posibilidad de otorgar garantías jurídicas a las Fuerzas Armadas para hacer operaciones en el territorio.


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