BRASIL

Temer decretó la intervención militar de Río para «devolver la paz a los brasileños»

Tras el decreto de Michel Temer las Fuerzas Armadas de Brasil asumirán el control operacional de todos los órganos de seguridad pública del Estado: distintos cuerpos policiales –Policía Civil, Militar y Cuerpo de Bomberos–, el sistema carcelario y los servicios de inteligencia. La oposición lamenta la medida y afirma que sólo traerá una “falsa sensación de seguridad” para las clases más altas, que pensarán que “las cosas mejoraron con los militares”, mientras habrá más jóvenes negros asesinados y abusos de la Fuerza Militar.

Temer decretó la intervención militar de Río para "devolver la paz a los brasileños". Foto: Midia Ninja
Temer decretó la intervención militar de Río para «devolver la paz a los brasileños». Foto: Midia Ninja

El presidente brasileño, Michel Temer firmó este viernes un decreto para que las Fuerzas Armadas se hagan cago de la seguridad pública del estado de Río de Janeiro.

La intervención tiene como objetivo actuar contra la violencia urbana, a la que el mandatario calificó como una metástasis que se desparrama por el país y amenaza la tranquilidad de la población.

La medida, que regirá hasta fines de diciembre, cuando concluya su mandato, supone que las Fuerzas Armadas asuman el control operacional de todos los órganos de seguridad pública del Estado y comandarán los distintos cuerpos policiales –Policía Civil, Militar y Cuerpo de Bomberos–, el sistema carcelario y los servicios de inteligencia.

“El crimen organizado estuvo a punto de hacerse cargo de Río”, manifestó Temer tras la firma del decreto, en el Palacio del Planalto y destacó: “tomo esta medida extrema porque así lo exigen las circunstancias. El Gobierno dará respuestas duras y firmes para derrotar el crimen organizado y las bandas de delincuentes”.

El mandatario explicó que a partir de la intervención militar, las Fuerzas Armadas y la policía estará en las calles, avenidas y en las comunidades y también sostuvo que las prisiones no serán más oficinas de los delincuentes ni las plazas públicas salones de fiesta del crimen.

El decreto necesita ahora ser aprobado en diez días por el Congreso, donde se espera que sea avalado sin problemas debido a la mayoría que el gobierno todavía mantiene en las cámaras. En caso de ser aprobado entrará en vigor la administración de seguridad del jefe del comando Este del Ejército, el general Walter Souza Braga Netto, el mismo que actuó en la operación contra el delito en los Juegos Olímpicos Río 2016. “Recibí la misión ahora y estamos en una fase de planeamiento. Por el momento, no les puedo contar más nada”, afirmó Netto que no dio detalles de cómo se implementará la intervención.

La Constitución de Brasil de 1988 prevé que la figura se use como instrumento extremo para resolver situaciones límite, pero ésta es la primera intervención de este tipo desde el fin de la dictadura militar en 1985. Las fuerzas armadas fueron llamadas desde el fin del régimen a asumir el control de la seguridad en diferentes situaciones específicas, como grandes acontecimientos internacionales o deportivos, pero nunca por un periodo tan prolongado.

La decisión fue tomada luego de que el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, del mismo partido que Temer, reconociera errores en su política de seguridad durante el Carnaval, donde se registró una ola de asaltos masivos, y fueron asesinados tres agentes de la Policía Militar, sumado a la criminalidad asociada al narcotráfico y las bandas criminales, y los enfrentamientos que éstas tienen entre ellas y con la Policía Militar del Estado que están en constante alza desde 2016, así como los tiroteos en todos los barrios cariocas, con muertos por balas perdidas aumentando cotidianamente. Durante las celebraciones del carnaval además se produjeron protestas de la población contra la corrupción y el ajuste neoliberal del gobierno de Temer y el aumento de la violencia.

Críticas

El líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), Guilherme Boulos, consideró que la medida adoptada por el gobierno es “grave” porque, asegura, se demostró que la estrategia de guerra a las drogas implementada en las últimas décadas fracasó y, según él, la violencia no se soluciona militarizando más.
“El Ejército está entrenado para combatir en territorios enemigos. ¿Cuáles son? ¿las favelas? ¿las comunidades?”, se preguntó a través de un vídeo difundido en las redes sociales.

Boulos advirtió del impacto que pueda tener los militares en las favelas y del precedente que crea este tipo de intervención en términos democráticos.
“Es una señal muy peligrosa que puede vaciar aún más lo que quedó de democracia en nuestro país; crear la idea de que los militares lo resuelven todo puede llevar a caminos muy sombríos, ya vimos esa película antes y no terminó bien”, alertó.

Por su parte la concejal del Ayuntamiento de Río de Janeiro, Marielle Franco (del izquierdista Partido Socialismo y Libertad, también cuestionó y lamentó la medida al considerar que sólo traerá una “falsa sensación de seguridad” para las clases más altas, que pensarán que “las cosas mejoraron con los militares”.
Pero asegura que habrá más jóvenes negros asesinados y los abusos de las Fuerzas Armadas serán juzgados por la Justicia Militar, cuyos tribunales están compuestos por otros militares.

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