UNICEF: Niños rohingya quedaron varados en medio de basura y estiércol en Myanmar
La UNICEF y otras organizaciones humanitarias pidieron acceso urgente a los lugares en donde miles de niños de la etnia rohingya permanecen viviendo en condiciones infrahumanas.
Decenas de miles de niños rohingya yacen «atrapados y olvidados» en campamentos remotos y poco salubres y en aldeas aisladas en el estado Rakhine de Myanmar, aseguraron desde el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF.
Más de medio millón de personas de la etnia rohingya han huido a Bangladesh desde agosto de 2017, después de que, entre otros hechos violentos, sus hogares fueron destruidos en operaciones de seguridad militar que fueron respuesta a supuestos ataques de extremistas islámicos.
Las estrictas restricciones a la migración de los musulmanes rohingya en Rakhine, que se han endurecido en medio del aumento de la violencia en los últimos 15 meses, han dejado a unos 60,000 niños varados y urgidos de ayuda, afirman desde UNICEF. Desde la organización de la ONU describieron el tratamiento de Myanmar de su población rohingya como «un claro ejemplo de limpieza étnica».
Condiciones infrahumanas
Para Marixie Mercado, un vocera de UNICEF que pasó todo diciembre en Myanmar, calificó las condiciones de los campos de refugiados como «atroces», especialmente unos ubicados en Pauktaw, un pueblo ubicado a 500 kilómetros al oeste de la capital Naipyidó.
«Partes de los campos son literalmente pozos negros», dijo Mercado en una conferencia de prensa en Ginebra, Suiza, el martes pasado. «Los refugios están hechos sobre pilotes encima de la basura y los excrementos. En un campamento, el estanque donde la gente extrae agua está separado por una pared de barro baja de las aguas residuales», agregó.
«Los niños caminan descalzos por el barro contaminado. Un director de campamento nos informó de cuatro muertes de niños de entre tres a diez años durante los primeros 18 días de diciembre. Su única petición fue por los caminos adecuados para que no tuvieran que caminar entre sus propios desechos», concluyó la representante.
Las vacunas contra distintas enfermedades tampoco llegan a la mayoría de campos, porque los vacunadores estatales no se atreven a ingresar a ciertos lugares sin la debida seguridad militar.
Antes del 25 de agosto de 2017, cuando cientos de miles de rohingya tuvieron que escapar del estado de Rakhine, Bangladesh, UNICEF atendía a 4.800 niños con desnutrición aguda severa, ninguno de los cuales ahora recibe tratamiento de salud alguno. Los 12 centros de tratamiento terapéutico para pacientes ambulatorios administrados por los socios de la agencia están cerrados. Ninguno de los cinco centros de atención primaria que UNICEF apoyó está funcionando, y no hay suficiente agua limpia o ayuda alimentaria para distribuir.
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