EE.UU. desclasificó 2891 archivos sobre el asesinato de Kennedy; aún quedan unos 200 clasificados
Donald Trump autorizó la publicación de más 2.800 archivos clasificados sobre el asesinato de Kennedy pero mantuvo en secreto unos 200 por las presiones de la CIA y el FBI. Según informó la Casa Blanca el magnate republicano dio seis meses a las agencias de inteligencia para que revisen las razones por las que han decidido mantener ocultos ciertos documentos y "minimicen los extractos censurados" para publicarlos cuanto antes.
Estados Unidos publicó a última hora del jueves más de 2.800 documentos clasificados sobre el asesinato de John F. Kennedy que detallan algunas actividades de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) y del Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI).
El presidente estadounidense, Donald Trump, permitió a los Archivos Nacionales divulgar esos archivos pero ordenó mantener todavía ocultos cerca de 200 documentos por presiones de la CIA y el FBI.
«Hoy ordeno que el velo finalmente se levante» para que «el público pueda estar informado de todos los aspectos sobre este acontecimiento crucial», dijo Trump en un memorando presidencial.
El magnate republicano reconoció que su equipo le había pedido que retuviera parte de la información de los documentos, y que no tenía «otra opción» que aceptar esas censuras en lugar de permitir un daño potencialmente irreversible a la seguridad» de Estados Unidos.
De todas maneras Trump dio seis meses a sus agencias —hasta el 26 de abril de 2018— para que revisen las razones por las que han decidido mantener ocultos ciertos documentos y «minimicen los extractos censurados» para publicarlos cuanto antes, así lo informó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.
Según habían anunciado fuentes oficiales a la CIA y el FBI les preocupaba que los archivos expusieran «la identidad de individuos» que fueron sus «informantes» y pueden seguir vivos hoy; y que dieran detalles sobre «actividades que se llevaron a cabo con el apoyo de organizaciones extranjeras aliadas».
El asesinado de Kennedy sigue generando especulación en sus investigadores. La comisión que investigó el caso determinó que Lee Harvey Oswald, un exmarine, cometió el asesinato solo pero eso no ha convencido a todo el mundo.
Decepción
“Estoy muy decepcionado”, dijo Philip Shenon, autor de “Un hecho cruel e impactante: la historia secreta del asesinato de Kennedy”, sobre la publicación de los documentos por los Archivos Nacionales. “La mayoría de los documentos revelados anoche son documentos que ya hemos visto antes”, dijo. “Los documentos de verdad importantes, algo así como los documentos super secretos, no son parte de la publicación en su mayoría. Tendremos que esperar por ellos al menos hasta abril y temo que nunca los veamos”, lamentó.
Shenon opinó que aunque no hubo revelaciones importantes, si encontraron algunas “golosinas interesantes”. En ese sentido destacó un archivo en el que el entonces director del FBI J. Edgar Hoover dice, solo un día después del asesinato, que es importante “convencer al público de que Oswald es el verdadero asesino”. “Eso fue solo cuando la investigación arrancaba”, dijo Shenon, por lo que “él se estaba apresurando a juzgar” los hechos.
“El FBI, en particular, estaba absolutamente determinado, sin importar los hechos, a probar que Oswald era el único atacante, un lobo solitario, que no había nadie más involucrado”, afirmó Shenon, quien consideró que “querían mostrar que no había forma de que el FBI hubiera podido evitar el asesinato”.
Muchos de los documentos liberados son de inteligencia cruda y sin verificar y gran parte de su contenido ya se conocía, por ejemplo la información sobre que la CIA armó varias conspiraciones para matar al líder cubano Fidel Castro.
Un documento de 1975 detalla cómo en los primeros días de la presidencia Kennedy la CIA ofreció 150.000 dólares al jefe mafioso italoamericano Sam Giancana para organizar el asesinato del líder cubano.
A cambio, Giancana solicitó la ayuda de la CIA para poner un dispositivo de grabación en el cuarto de su amante, de quien sospechaba que estaba teniendo una aventura.
Otras posibles ideas para matar al líder comunista, que se decía era un buzo aficionado, incluyeron contaminar su traje de buceo con bacterias o poner una bomba en un coral.
Uno de los documentos incluye la transcripción de una conversación de Hoover dos días después del magnicidio. Hoover dijo que el FBI informó a la policía de una amenaza contra la vida de Oswald pero no se tomaron medidas y el dueño de un club nocturno, Jack Ruby, lo mató mientras era escoltado por policías hacia un juzgado solo dos días después del asesinato de Kennedy.
También hay documentos sobre la declaración de un reportero británico que recibió una llamada anónima 25 minutos antes de que mataran a Kennedy en la que un hombre le aconsejó que contactara con la embajada de EE.UU. para obtener «noticias importantes».
Al conocer el magnicidio, ese periodista del diario Cambridge Evening News explicó la situación a la Policía local que, a su vez, compartió la información con el servicio secreto MI5 del Reino Unido.
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